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lunes, 11 de julio de 2016

Imágenes de la negación de la Independencia según M.A.f.I.A

CC BY-NC-ND 3.0 - M.A.ƒ.I.A - www.somosmafia.com.ar


Notable cobertura de M.A.f.I.A. sobre los "festejos" del bicentenario de la Independencia, con el desfile militar en la ciudad de Buenos Aires.

Junto con el pedido de perdón de Prat Gay por el sufrimiento de los capitales españoles, la invitación del corrupto rey de España a Tucumán, la ausencia de mandatarios sudamericanos y de presidentes de la democracia argentina, la insólita alusión presidencial a la "angustia" de los próceres que declararon la Independencia (dirigida al corrupto Borbón), la jura de Macri en el momento de asumir la presidencia en la que eliminó de su fórmula el patriotismo, los animalitos en los billetes en lugar de las figuras históricas... No se trata de torpezas comunicacionales sino de una deliberada reescritura de la historia argentina desde un nuevo/viejo paradigma colonial post-moderno. Torpeza no es: es la licuación de la memoria, con los milicos que en Malvinas torturaron a sus propios soldados y una militarización de las fechas patrias. 

Esta reescritura pone en cuestión la idea de que el macrismo se trata de una derecha "nueva". Es la reafirmación del orgullo de los clases tradicionalmente aliadas al poder trasnacional. Por supuesto, es inevitable que haya rasgos nuevos, porque la historia nunca se repite idéntica -puede repetirse como farsa, puede venir incluso una nueva tragedia-, pero el cualunquismo discursivo, la gigantesca transferencia de ingresos en favor de los ricos, el desprecio de clase de los sectores dominantes y la reposición de los milicos en su rol de "parteros de una Nación" que vuelve a subordinarse a los poderes coloniales e imperiales funcionan como reparación simbólica en favor de los sectores sociales que apoyaron las dictaduras, una reconciliación con la posición de dependencia nacional y un borramiento de los motivos históricos de la radical desigualdad que este régimen viene a restaurar.