todos estamos igual

sábado, 1 de noviembre de 2014

X JORNADAS KIERKEGAARD 2014 - 6,7,8 de noviembre


Los días 6, 7, 8 de noviembre próximos se llevará a cabo en el ISEDET (Camacuá 282, barrio de Flores, Ciudad de Buenos Aires) las décimas Jornadas Kierkegaard, con el título “KIERKEGAARD: MÁSCARAS, PERSONAJES Y ESPIRITUALIDAD”.

El lector en castellano de Soren Kierkegaard quizás conozca a este autor por sus obras más populares: el Diario de un seductor o Temor y Temblor. Pero puede ser que muchos desconozcan el detalle de que, en su momento, Kierkegaard publicó varios de sus libros firmados por diversos pseudónimos. Y lo que es muy importante: esos pseudónimos no son simples nombres de fantasía de un mismo sujeto de enunciación, sino que ellos encarnan distintas posiciones subjetivas. Por eso, no es posible hacer con todos ellos una sistematización de su pensamiento en el que los distintos pseudónimos confluirían, como simples másdcaras de lo mismo. El pensamiento de Kierkegaard no está en la suma o en el compendio de todas las posiciones, sino en un lugar indeterminado entre las distintas posiciones;  es decir: en los huecos de sus textos, en sus silencios, sus vacilaciones y sus equívocos. Este efecto de discurso quizás sea su aporte más original a la historia de la filosofía, el que lo pone mucho más cerca de nuestra contemporaneidad que de su propia época.

En 1841 defendió su tesis doctoral El concepto de ironía en especial referencia a Sócrates. En 1843 empiezó a publicar sus libros a un ritmo sorprendente. Algunos, los llamados Discursos Edificantes firmados con su nombre real; otros bajo diversos pseudónimos. En 1843 publicó O lo uno o lo otro , Temor y Temblor y La repetición; en 1844, Migajas filosóficas y El concepto de la angustia; en 1845, Estadios en el Camino de la Vida  y en 1846 el Postscriptum no científico a las Migajas filosóficas. Todos estos libros firmados con distintos pseudónimos constituyen lo que Kierkekgaard denominó posteriormente su obra estética, que desarrolló paralelamente a su obra religiosa. En 1846, al final del Postcriptum, Kierkegaard hace público que esos libros pseudónimos fueron escritos por él, cuestión sobre la que se extiende en su libro de 1848, Mi punto de vista, atribuyendo esta “estrategia de escritor” al “método de la comunicación indirecta”.

De ahí en adelante, escribió otros libros firmados con su propio nombre, pero también creó un pseudónimo, Anticlimacus, que no respondía a lo que él llamaba una posición estética sino -según hizo constar en su diario personal- a un cristianismo más perfecto que el que él mismo se sentía capaz de encarnar. Con este pseudónimo escribió dos de sus libros más importantes: La enfermedad mortal (también conocido como Tratado de la desesperación) y Ejercitación del crsitianismo. Con su propio nombre firmó otro de sus libros fundamentales, Las obras del amor , y más discursos edificantes.

El Post-Scriptum fue firmado con las iniciales J.C., de Johannes Climacus. A modo de epílogo, lleva otro título que encabeza unas pocas páginas, esta vez firmadas por el mismo Sören Kierkegaard, que dicen así:

UNA PRIMERA Y ÚLTIMA EXPLICACIÓN

Formalmente y por amor a la regularidad reconozco aquí, cosa que es difícil que alguien tenga interés en saber, que yo soy, como se dice, el autor de Aut-Aut (Víctor Eremita), Copenhague, febrero 1843; Temor y Temblor (Johannes de Silentio), 1843; La Repetición (Constantin Constantius), 1843; El Concepto de la Angustia (Vigilius Haufniensis), 1844; Los Prefacios (Nicolaus Notabene), 1844; Migajas Filosóficas (Johannes Climacus), 1844; Estadios en el Camino de la Vida (Hilarius Bogbinder, Willian Afham, El Asesor, Frater Taciturnus), 1845; El Post-Scriptum Definitivo a lasMigajas Filosóficas (Johannes Climacus), 1846; un artículo en la revista "Faedrelandet", Nº 1168, 1843 (Víctor Eremita); dos artículos en "Faedrelandet", enero 1846 (Frater Taciturnus).



Mi pseudonimia o polionimia no tiene una razón casual en mi persona (ciertamente no por temor a un castigo por parte de la ley, porque respecto de esto tengo conciencia de no haber infringido ninguna ley, y por lo demás tanto el impresor como el censor qua oficial público, contemporáneamente a la publicación del escrito siempre han sido informados oficialmente sobre quién era el autor), sino una razón esencial en la misma producción, la cual a causa del estilo de la réplica, de la variedad psicológica de las diferencias individuales, exigía desde el punto de vista poético el desprejuicio en el bien y en el mal, en la contrición y en la disipación, en la desesperación y en la arrogancia, en el sufrimiento y en la exultación, etc.: indiferencia que no está limitada idealmente más que por la coherencia psicológica, que ninguna persona en carne y huesos podría o querría permitirse en la limitación moral de la realidad. Por lo tanto, todo lo que está escrito es realmente mío, pero sólo en cuanto yo pongo en boca de la personalidad poética real del autor su concepción de la vida, como puede escucharse en las réplicas de respuesta, porque mi relación con la obra es aún más exterior que la de un poeta que crea personajes, y sin embargo es él mismo el autor. Yo soy, en efecto, impersonal o personalmente en tercera persona un apuntador que ha producido poéticamente autores cuyos Prefacios son también producción de ellos, así como lo son sus propios nombres. Por eso, no hay en los libros pseudónimos ni siquiera una sola palabra que sea mía; yo no tengo de ellos ninguna opinión sino como tercera persona, ningún conocimiento de su importancia sino como cualquier lector, ni siquiera la más lejana relación privada con ellos, dado que sería imposible tenerla con una comunicación doblemente refleja. Una sola palabra de mi parte, dicha personalmente a mi nombre, sería un presuntuoso olvido de mí mismo que me habría hecho responsable con esta única palabra, desde el punto de vista dialéctico, de haber aniquilado esencialmente a los pseudónimos. Del mismo modo que yo no soy, en Aut-Aut, el seductor más bien que el asesor, así no soy el editor Víctor Eremita, precisamente del mismo modo; él es un pensador subjetivo poético-real, como se lo vuelve a encontrar en In vino veritas. En Temor y temblor yo no soy Johannes de Silentio como no soy el caballero de la fe que él presenta, y del mismo modo no soy el autor del prefacio del libro, la cual es la réplica de la individualidad de un pensador subjetivo poético-real. En la historia del sufrimiento (¿Culpable-No culpable?) yo no soy ni el Quidam del experimento ni el experimentador, porque el experimentador es un pensador subjetivo poético-real y lo experimentado es su exposición en la lógica psicológica. De esta manera, yo soy el indiferente, es decir, es indiferente lo que yo soy y cómo soy, precisamente porque a esta obra no le interesa en absoluto la cuestión de si también en mi interior es indiferente para mí lo que soy y cómo lo soy. Por eso, lo que de otra manera en muchas empresas dialécticamente no reduplicadas podría tener su feliz importancia en un buen acuerdo con el cuidado de un personaje eminente, no tendría aquí, en lo que respecta al padre adoptivo de una obra, quizá no sin relevancia, más que un efecto de estorbo. Mi facsímil, mi retrato, etc. sería como la cuestión de si uso sombrero o casco, es decir, no podría llegar a ser objeto de atención sino para aquellos para quienes lo indiferente se ha vuelto importante -tal vez como compensación por el hecho de que para ellos lo importante se ha vuelto indiferente. Desde el punto de vista jurídico y literario la responsabilidad es mía [1] , pero en un sentido dialéctico lato, he sido yo quien ha dado la ocasión de escuchar esta obra en el mundo de la realidad, el cual naturalmente no puede ocuparse de escritores poético-reales y por eso, con perfecta coherencia y con pleno derecho, desde el punto de vista jurídico y literario, se atiene a mí. Desde el punto de vista jurídico y literario, porque toda producción poética se habría vuelto eo ipso imposible o bien insignificante e insoportable si la réplica debiera ser la propia palabra (en sentido directo) del autor. Mi deseo y mi ruego es, por lo tanto, que si a alguien se le pasara por la mente citar algún pasaje de estos libros, tenga la cortesía de citar con el nombre del pseudónimo respectivo, no con el mío, es decir que divida las cosas entre nosotros de modo que la expresión pertenezca femeninamente al pseudónimo y la responsabilidad desde el punto de vista civil, a mí. Desde el principio, he visto y veo muy bien que mi realidad personal es causa de una incomodidad que los pseudónimos desde el punto de vista patético independiente deberían desear eliminar: cuanto antes, tanto mejor, o bien volverlo insignificante en cuanto fuera posible, incluso tratando con irónica atención de conservarlo como resistencia repulsiva. En efecto, mi relación con ellos es la unidad de un secretario y, lo que es bastante irónico, del autor dialécticamente reduplicado o de los autores. Por eso, quien hasta ahora se preocupó por el tema, antes de que apareciera esta explicación, me ha tomado sin duda por autor de mis libros pseudónimos; ciertamente la explicación causará en el primer momento el extraño efecto de que en tanto que debería saberlo mejor que nadie, en cambio soy el único que no me considero autor más que de un modo muy dudoso y ambiguo; porque yo no soy el autor más que en un sentido impropio, mientras que soy, de un modo completamente propio y directo, por ejemplo, el autor de los Discursos edificantes y de toda palabra en ellos contenida. El autor creado poéticamente tiene su determinada concepción de la vida y la réplica que entendida así podría estar eventualmente plena de significado, graciosa, estimulante, ¡quién sabe si tal vez en boca de un hombre real particular no tendría un sonido extraño, ridículo, repugnante!


[1] Por esta razón, mi nombre inmediatamente fue colocado como editor en la tapa de las Migajas filosóficas (1844), porque la importancia absoluta del objeto en la realidad exigía la expresión de una debida atención, que aquí hubiera un responsable señalado con su nombre para asumir la responsabilidad de todo lo que la realidad podía ofrecer.



El programa de las X Jornadas Kierkegaard es el siguiente:

JUEVES 6

– 15:30: presenta María José Binetti

APERTURA a cargo de - Juan Carlos Sánchez Sottosanto (Universidad Nacional de Quilmes). “Introducción al pietismo”.

- Miguel PONSATI (ISEDET-IERP), "Algunas huellas del Kierkegaard pietista. "Ejercitación del cristianismo como 'programa' para la conversión de la Iglesia de la cristiandad al cristianismo".

17:30 – Mesa 2: coordina Anna Fioravanti

- Manuel Zelada Pierrend (Pontificia Universidad Católica del Perú), “Algunos apuntes sobre el acceso a la dimensión ético-religiosa en Agustín y Kierkegaard”.

- María José Binetti (Investigadora CONICET), “Kierkegaard y la refundación del cristianismo”.

- Miguel Ángel Razuc (Universidad Nacional del Sur-Bahía Blanca), “El concepto de lo demoníaco como principio subjetivante a través de la figura de Sócrates”.

19:00 - Conferencia a cargo de 
Pablo Uriel Rodríguez (CONICET - UBA - Universidad de Morón), "El amor a sí mismo en O lo uno o lo otro: la amistad con uno mismo como clave de la existencia ética”.

VIERNES 7

15:30 – Mesa 1: coordina Corina Setton

- Liliana Goya (UBA-Centro Descartes), “Personajes, máscaras y espiritualidad en La repetición”.

- Oscar Cuervo (UBA-Biblioteca Kierkegaard Argentina), “Ni esto ni lo otro: difícil que todos los Kierkegaard se pongan de acuerdo”.

16:30 – Mesa 2: coordina: Pablo Uriel Rodríguez

- Juan Carlos Munizaga Vera (Univ. Complutense de Madrid-Universidad de Chile), “Sobre la figura del ironista y del individuo particular en Kierkegaard”.

- Eduardo Fernández Villar (Universidad de Mar del Plata), “Pensando entre caretas - Apuntes para una pedagogía poética (o una poética pedagógica)”.

18:00: Conferencia a cargo de Matías Tapia Wende (Universidad de los Andes); Simón Abdala Meneses (Universidad de Chile), “Kierkegaard en Chile”.

SÁBADO 8

10:30 – Mesa 1: coordina: Corina Setton.

- María Sol Rufiner (Universidad Católica Argentina), “Las estrategias de Søren: Sobre la comunicación indirecta”.

- Alejandro Peña Arroyave (Universidad del Salvador), “Søren Kierkegaard. La im-posibilidad de ser sí mismo. Una lectura desde las paradojas de la melancolía”.

- Yésica Rodríguez (Universidad Nacional Gral. Sarmiento), “El método de la duda frente al escepticismo”.

12:00: Conferencia a cargo de Ángel Garrido Maturano (CONICET - IIGHI ), "Figuras y esencia de la melancolía: una reflexión a partir de S. Kierkegaard”.

No hay comentarios: