viernes, 10 de octubre de 2014

El artista y el Estado

Sergio Raimondi, poeta y funcionario


por Oscar Cuervo

El domingo pasado le dedicamos la segunda parte de nuestro programa a hablar de algunos libros: Carmen Cuervo se refirió a un hermoso libro de poesía de Arturo Carrera, El Coco; Maxi Diomedi habló del poeta de Bahía Blanca Sergio Raimondi, autor de Poesía Civil y hasta hace poco director del Instituto Cultural de su ciudad; y a mí me tocó hablar del libro de ensayos de Martín Rodríguez, Orden y Progresismo. Los años Kirchneristas.

Acá pueden escuchar esa parte del programa.

Pero además Maxi había estado días antes en Bahía Blanca y pudo entrevistar extensamente a Sergio Raimondi. Y pasó el audio de esa entrevista en el programa que tenemos los sábados a las 17:00 en FM La Tribu, Patologías Culturales. Así que le cedo la palabra a Maxi y los invito a escuchar también la entrevista (en ese mismo programa yo hablé de la gran película de Joaquim Pinto, ¿Y ahora? Recuérdame, que se da por pocas semanas en el MALBA; aprovecho a recomendarla una vez más).


(Publicado originalmente ACÁ)


por Maximiliano Diomedi

Sergio Raimondi es poeta. Formó parte de los Poetas Mateístas que a comienzos de los 80s escribían versos (propios y ajenos) en las paredes de Bahía Blanca. Trascendió las fronteras de la ciudad gracias a Poesía Civil, poemario editado en 2001 donde trabaja con una serie de ideas, materiales, restos y relatos vinculados al experimento que significó el neoliberalismo en los infames 90s.  "Tal vez, el objetivo mayor fue ampliar el espectro de lo que podía entenderse como material de la poesía -explica Raimondi-. (...) El libro todo el tiempo está trabajando con una especie de arqueología de la ciudad que la conecta con la historia argentina y mundial. Ahí aparece la idea de la literatura como una producción económica a la que hay que pensar en relación a la economía, a la historia y a la política. Una literatura que no es autónoma. Ese es el eje del libro".

En 1992 ingresó a trabajar al Museo del Puerto de Ingeniero White - a 7 km de Bahía Blanca- como encargado del Archivo de Relatos Orales. "Durante 12 o 13 años, mi tarea consistió en ir a las cocinas para hablar con inmigrantes italianas de 70 u 80 años que me contaban cómo hacían su comida a partir de recetas que trajeron con ellas, con mozos de cantinas de IW de los años 60, con estibadores que habían pertenecido a la cooperativa de estibaje del 50 o del 70, con ferroviarios, con prácticos... Eso fue mientras estudiaba en la Universidad Nacional del Sur y me empezaba a especializar en literatura latina (siglo I A.C). Significó una gran conmoción para mi propia formación", nos contó.

Su historia (personal) se fue amasando al compás de las conquistas de la democracia y de esa otra historia (general) que transcurrió en las calles de una Bahía Blanca llena de tensiones. Entre esos ríos es que Raimondi fue construyendo su mirada (poética). 

Su trabajo allí lo llevó a ser Director del Museo del Puerto y en 2011 se hizo cargo delInstituto Cultural de la ciudad. Ah, olvidaba decir que Raimondi se reivindica también como empleado municipal. En tiempos en que la función pública sigue gozando de desprestigio (todos escuchamos hablar pestes de quienes ocupan cargos públicos sin aplicar la misma vara al grado de responsabilidad con que asumen su propia tarea), él decidió asumir el compromiso al frente del Instituto Cultural -el equivalente a ser Secretario de Cultura- para poner en juego una idea de gestión (si es que vale la palabra) con oídos abiertos, abarcadora e inclusiva, que lo ubica muy por encima de otros responsables de áreas de cultura de municipios o gobernaciones.

Lo cierto es ocupó su cargo durante 2 años y 8 meses. Renunció cuando el intendente de BB, Gustavo Bevilacqua, del FPV,  dió el salto al massismo. 

Lo interesante para subrayar -además del gesto político de su renuncia- es que su paso por el Instituto puso en circulación una concepción amplia de lo que es la cultura y de lo que debían ser las políticas culturales. Formulado así parece poco pero no lo es. Expresó la intención de pensar la relación entre artista y Estado, y puso en valor prácticas (populares) a las que el Estado siempre (siempre) les dió la espalda. No fue en vano. Su renuncia generó por parte del los sectores ligados a la cultura una repercusión nunca vista en la ciudad desde el regreso de la democracia.

Rescatamos un fragmento de la charla que aparece en el programa y que está relacionado con su manera de pensar el vínculo artista/ Estado, a la vez que lleva esa problemática al terreno de la primera persona, o sea de sí mismo, para ilustrar cómo pensó esta cuestión al momento de tomar la decisión de aceptación un cargo público:

"Había un tema muy fuerte que era: ¿Será posible, con esta política cultural, generar las bases para que el artista se repregunte cuál debería ser, en este momento particular de la historia, su relación con el Estado? Para mi eso era un trabajo. Es un tema dificilísimo porque el artista está formateado históricamente. La tradición romántica es muy fuerte en términos del individuo con respecto a la sociedad, del artista que se piensa en términos individuales con respecto a la masa, a la sociedad en su conjunto; y también el artista y su libertad con respecto a un Estado más coercitivo. De hecho, cuando te hablaba de los Poetas Mateístas a comienzos de la democracia, la feria de la cultura, los grupos de rock que emergieron en ese época, todos nos relatábamos a nosotros mismos en términos de resistencia 'frente a'. A mi me pareció que después de 30 años de democracia ese relato hacía ruido, se volvía anacrónico; el Estado ya había resuelto demandas históricas de estos sectores y empezaba a generar una nueva agenda de avanzada con respecto a demandas que tenía el ciudadano o el artista. La vuelvo como una pregunta con respecto a mí mismo: sentí, en algún momento, que no era una época para escribir Poesía Civil II, suponete, sino que tenía que escribir expedientes, memos, escuchar, hablar, operar y hacer algo desde el Estado, ocupar un rol en el Estado. Si lees ese libro -que está totalmente atravesado por la década del 90, por el experimento social que significó el neoliberalismo en Argentina- te das cuenta de que está sostenido por la ausencia del Estado, por una modificacion sustancial con respecto a la centralidad del Estado en la vida común". 

(Hasta aquí parte de la historia que podrán escuchar con mayor detalle en los audios. La transcripción completa de la entrevista la estaremos publicando en breve). 

Publicado originalmente acá.

Audio de la entrevista acá.