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jueves, 3 de abril de 2014

Vecinos y delincuentes: ¿quién anda ahí?

Linchamientos



por Cristian Bonomo

El marciano podía tomar cualquier rostro; solo bastaba que alguien lo pensara y creyera reconocerlo. Entonces podía ser el hijo, el esposo, el ladrón, el viejo, la niña, podía ser todos los nombres.

Rodeado por una multitud que lo reclamaba, fue tantos rostros una y otra vez que con un último grito de terror cayó al suelo:

“Quedó tendido sobre las piedras, como una cera fundida que se enfría lentamente, un rostro que era todos los rostros, un ojo azul, el otro amarillo; el pelo castaño, rojo, rubio, negro, una ceja espesa, la otra fina, una mano muy grande, la otra pequeña”.

En esta historia de Crónicas Marcianas, encontramos una de las formas de linchamiento. En otra, ocurrida en Rosario, o en Palermo, en La Rioja, o donde toque, los nombres pueden ser muchos, pero el rostro es uno solo.

Así al menos le parece a un lector de Clarín: "Jodete, vestite como gente normal, bañate y afeitate y nadie te va a confundir con un pibe chorro. Seguí jodiendo con Pasión tropikal".

Como dijo mi amigo: En Rosario hay 1 ladrón menos, y 50 asesinos más.

Seguimos contando.

6 comentarios:

Daniel dijo...

Mi sobrino es rubio; se afeita cada tanto y a veces no se baña, no se viste como "gente normal" y jode todo el día con la música de Pablo Lezcano y similares (esta descripción es real). Nadie jamás lo confundiría con un "pibe chorro", estoy seguro. Qué curioso.

Daniel dijo...

Ayer Maslatón aseguraba en Duro de Domar que esto de los linchamientos nada tiene que ver con el racismo...

julieta eme dijo...

tengo el libro. lo leí de más joven pero ya no recuerdo casi nada. voy a buscar ese cuento.

Carlos G. dijo...

No me gusta el término "linchamiento" me parece más apropiado asesinato.
¿Falta mucho para que a Maslatón y al resto de los que justifican o apañan estos asesinatos, se los acuse por el delito de provocación a la violencia?

Unknown dijo...

El cuento se llama "El marciano"
Corresponde en la cronología a septiembre de 2005.
Saludos.

julieta eme dijo...

ya lo leí. es terrible el cuento de Bradbury. inmensamente triste. muy bueno.

"Un policía descubre la figura veloz. El policía gira sobre sí mismo, ve el rostro, pronuncia un nombre y echa a correr. ¡Alto! Había reconocido a un criminal. Y en todo el trayecto, la misma escena: hombres aquí, mujeres allá, serenos, pilotos de cohete. La fugitiva figura era todo para ellos, todas las identidades, todas las personas, todos los nombres".