todos estamos igual

lunes, 12 de agosto de 2013

Y si llueve, me mojo, pero no me enojo. porque no encojo

Un programa para bajar a la realidad clickeando acá


Es nuestro destino de programa radial cuyo extraño horario elegimos (lunes a la hora 0) tener que apechugar estos momentos de la medianoche del escrutinio. Cuando los resultados son los que uno anhela, todo bien. Cuando no, como anoche: todo bien. El encanto de la radio en vivo es esta obligación de decir algo cuando a nuestras ideas les falta un golpe de horno. Ahí recordamos nuestra debilidad de seres destinados a perderlo todo, ya que todo está perdido. Y al instante siguiente la necesidad de seguir luchando, puesto que todo es posible. El tiempo es lo único que no pasa. El tiempo está después.

Golpe de horno nos faltó, pero no nos faltó golpe de urnas. Irónicamente no fue Sergio Massa el ejecutor de nuestra derrota. Fue el pueblo de todo el país. Esa fue la sorpresa (ya sé, los que saben todo dirán que lo sabían, pero esto que escribo ahora y lo que escribí antes y lo que escribiré después no está dirigido a los que saben todo). El triunfo de Massa en la provincia de Buenos Aires por 5,35 puntos de ventaja estaba dentro de lo posible. En cambio, el pobre resultado a nivel nacional enfrenta al kirchnerismo con el porcentaje más bajo de esta década (26 % si se cuenta solo la boleta del Frente para la Victoria o 29,95 % si se agregan los partidos aliados). Es decir, no ganó Massa, perdió el kirchnerismo. Perdió la mitad de los votantes de 2011. Es por ahí que hay que empezar a pensar.

Ok: son elecciones de medio término y son las PASO: no se decidió aún ningún resultado. No pongamos la alerta roja entonces, pongamos la amarilla. Pero hay algunas evidencias contundentes. Ya no somos el 54%. Desde esta certeza hay que empezar a pensar la situación. Hay una regla de oro de la praxis que dice: "si aplicas el mismo procedimiento, obtendrás idéntico resultado". La prudencia indica que hay mucho que cambiar. No se trata solo de "seguir trabajando", como dijo anoche Cristina, sino de pensar (con premura y sin renunciar a la frialdad racional) qué es lo que alejó al tercio de los argentinos que no apoyaban al gobierno en 2009, lo apoyaron con fuerza en 2011 y ahora le volvieron a dar la espalda. 

La ventaja que tenemos es que las PASO funcionan como una (dura) advertencia y la partida decisiva es a fines de octubre. Es poco tiempo, sí, pero es tiempo. La desventaja es que la foto de las PASO es del domingo a la tarde, es decir, de antes de que se conocieran los resultados. El solo hecho de que se hayan conocido va a producir una perturbación en la trayectoria de las partículas. Se vienen semanas de gran fluidez, aquellas donde ocupan el centro del escenario los oportunistas, los que vienen desde hace años esperando su venganza, y también el momento de los que abandonan el barco cuando creen que esto se termina (estos son los que a mí particularmente me resultan prescindibles). No hay que perder tiempo con ellos, sino pensar en nuestras propias fallas.

Si escuchan el programa que hicimos hace apenas unas horas, ahí encontrarán algunas primeras ideas que nos fueron saliendo. Recomiendo, además, la lectura de Errores propios de Gerardo Fernández , primer texto escrito por un compañero después de conocerse los resultados, pensando en caliente pero sin calentura. Cosas así nos vienen bien.

Y la inmensa sapiencia de Charly: no te enojes con la lluvia que te moja.

El programa de anoche lo pueden escuchar acá. Nuestro tesoro espiritual son las canciones (Kanye West, Nina Simone, Bob Dylan, Fernando Cabrera, Charly García, Liliana Herrero, Carmen Pi y Leopo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bajandooooo...

Aprovecho para agradecerles porque la semana pasada pasé a buscar el disco de Leopo y la revista con tapa de Lisandro Alonso (de colección!).

Me dieron ganas de escribir algo sobre el cine de Lisando, prometo hacerlo cuando tenga más tiempo. Mientras tanto los invitamos a pasar por Revista NARCO:

https://www.facebook.com/RevistaNarco
http://revistanarco.wordpress.com/

Abrazo!
Laudrup