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miércoles, 22 de junio de 2011

Los garcas tal como son

Estos días argentinos

por oac

Es obra de un despecho enternecedor la columna de hoy de Carlos Pagni en La Nación. Qué bonito, cómo le jode a la derecha garca que nos ha oprimido desde tiempos inmemoriales la existencia de un liderazgo político indócil a sus intereses permanentes. Qué lindo leer esta columna. Aunque más no sea por eso, por verlos tan amargados, es que vale la pena estar viviendo estos días argentinos. Los días pasan, los gustos quedan.

Sabemos que la historia no conoce de puntos finales y que nada termina de irse del todo. Y menos que nada las clases dominantes, la derecha garca, que seguirá operando sin descanso, ahora mismo y mañana y el primer día del segundo mandato de Cristina, si ella gana, como todo parece indicar. Seguirá apostando a destituirla a Cristina en cuanto ella baje la guardia. Porque la derecha garca tiene alcurnia de mando, tiene la prepotencia en su Adn: nunca se va a dar por vencida en esto. Pero cada día que pasa y se tiene que bancar a Cristina en la Rosada, ejerciendo un liderazgo -que por supuesto no puede ni sabe ejercer el elenco de impotentes también conocido como "oposición"-, cada día que pasa es un trago amargo para la derecha garca.

Pagni exuda amargura. Se queja amargamente del "candor" de "sectores importantes de la dirigencia argentina" (Carrió, Duhalde, Alberto Fernández) que pusieron en duda que Cristina practicara "un modo de hacer política que a lo último que renuncia es al poder"; es decir: que supusieron que Cristina abandonaría el poder antes de que el poder la abandonara. Pagni: "Algún día habrá que preguntarse a qué obedece esa resistencia a aceptar a los Kirchner como son". Je. Lo que la derecha garca detesta en Cristina es precisamente lo que ellos pretenden como privilegio exclusivo: no renunciar nunca al poder. La amargura de Pagni radica en que Cristina ejerza su liderazgo: "su absorbente conducción". Defecto que no se puede achacar a Duhalde, Alfonsín, Macri, Binner, Solanas, Carrió, que se limitan a cumplir el rol que la derecha garca les asigna.

"Gracias a su absorbente conducción, Cristina Kirchner consigue que quienes la rodean se sientan prescindibles. La mejor demostración de esa inestabilidad congénita la proporcionaron ayer Hebe de Bonafini y Hugo Moyano". La ausencia de Moyano y Hebe es motivo de amargura en la derecha garca: leen ahí un signo de autoritarismo. Y si Hebe y Moyano hubieran ido, leerían seguramente otra cosa, pero también la leerían contra Cristina.

Lo mismo que la decisión de quién ocupará el cargo de vicepresidente: "Algunos dirigentes del PJ comenzaron a presentir que la designación del vicepresidente puede ser la manifestación de un capricho". Curioso concepto del liderazgo político, según el cual una candidata a presidenta no tendría derecho a elegir a su compañero de fórmula y debería ceder esa decisión a otros, a aquellos que seguramente se pondrían a operar para que el vice se cobificara en cuestión de semanas. Que Cristina elija para secundarla a un dirigente de su más estricta confianza es una muestra de su estilo -según la derecha garca- monárquico. Preferirían que Cristina elija no a un compañero fiel, sino a un traidor. O mejor aún: que Cristina les preguntara a ellos quién sería el que vaya a traicionarla. (Y de paso: ¿quién eligió a González Fraga? ¿Quién a Das Neves? ¿Y a Norma Morandini? ¿Quizá no fueron Alfonsín, Duhalde, Binner, sino Pagni, los Mitre, la Herrera Noble, Magnetto?).

Personalismo extremo: así es como Pagni piensa el liderazgo de Cristina. Esto lo lleva a entender que, en el mismo día del anuncio de su postulación, Cristina dispuso, a través de su ministra Nilda Garré, intervenir varias comisarías porteñas con la Prefectura y continuar la limpieza en la Policía Federal, después de denunciar a un grupo de gendarmes narcotraficantes. Habrase visto: una presidenta que tenga el tupé de conducir políticamente a las fuerzas de seguridad.

"El personalismo extremo de Cristina Kirchner no puede tener otro remate que el intento de una nueva reelección". En cambio, el despecho de Pagni no es una expresión de su personalismo extremo, sino de tradición garca, pura ansiedad de clase dominante, que por un tiempo más se va a tener que seguir bancando a una líder política indócil a sus directivas en la Rosada. Quién esperaría que Pagni, vocero de esa clase, dejara de exudar amargura y despecho. Hubo quienes, candorosos, imaginaron a los garcas retirándose de sus operaciones habituales, o disfrutando de la contemplación de obras de arte. Algún día habrá que preguntarse a qué obedece esa resistencia a aceptar a los garcas tal como son.

4 comentarios:

espifanía dijo...

La mayor esperanza de la derecha garca es Shocklender. Eso lo dice todo acerca de su desesperación (ya cuasi resignación).

Fuerza Cristina!

Juan Enrique Vicuña dijo...

Encontré este sitio a través de Adriana Menendez. Lo encontré muy interesante y quisiera seguir leyéndolo. Saludos.

ElOtroCampo dijo...

muy buen analisis!
ademas, creo que es la primera vez que pasa en nuestra historia, pero hay un sector de la sociedad que dejó de creer en el "relato oficial" de los grandes medios de comunicacion, LN y CL en este caso.
Esto no quiere decir que pierdan el monopolio del intento de imposición de agenda, masividad, tergiversacion o de la ocultacion, pero perdieron definitivamente la manera de escribir la historia a su antojo. Se les ha abierto una grieta en el corazón de su imperio. No es mortal. Pero es cuestionada.Y esa es una gran batalla ganada.

y claro, como que no, Fuerza Cristina!

Martha dijo...

Es una mujer de una valentía y una capacidad increíble. Tiene toda mi admiración.Y seguro que la de muchos que la vamos a votar. No solo inteligente sino que la suya es una calidad de persona ,que no se puede simular mucho tiempo.
Hay que bancarse 'esto en pleno duelo !