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domingo, 19 de noviembre de 2017

La sociedad civil logró frenar el intento macrista de adulterar la Ley Nacional de Salud Mental

El fascismo de la evidencia científica: hoy a la medianoche en @RadioGrafica893


Ilustración: Carmen Cuervo

La semana pasada comentábamos acá que el régimen neoliberal se instala entre nosotros con consecuencias nocivas para los vínculos sociales y la vida anímica de la población, proceso que se lleva a cabo por medio de una prédica psicotizante de los medios de estupor masivo (estamos expuestos sistemáticamente a mensajes de violencia perturbadora), la intimidación de fuerzas represivas que volvieron a criminalizar la vida cotidiana, la persecución de los sujetos críticos, la supresión de las garantías jurídicas, la inestabilidad laboral y la humillación continua de las clases dominantes contra los sectores más desprotegidos. Una auto-degradación lleva a que amplios sectores medios y medios bajos, a pesar de sufrir las consecuencias del ajuste y el verdugueo social, se entreguen a una crueldad que fomenta su propia ruina. ¿Cómo se da este devenir imperceptible de las prácticas fascistas? ¿Cuándo nos "olvidamos" de la atmósfera cotidiana de la dictadura?

En este contexto, el oficialismo lanzó hace unos días un globo de ensayo contra la actual Ley de Salud Mental, dejando trascender el borrador de un decreto reglamentario que contradecía el espíritu de la ley. Como sucede muchas veces, el macrismo tantea para imponer sus políticas retrógradas  y avanza hasta encontrarse con alguna resistencia fuerte de la sociedad civil, lo que nunca asegura que dentro de un tiempo no lo vuelvan a intentar bajo otro envoltorio o en circunstancias en las que pase desapercibido. Esta contramarcha deja también otra enseñanza: el estado perseguidor logró precarizar nuestras existencias en la medida en que una parte de la sociedad no se resistió, mientras que, como sucedió ante la reacción de los organismos de DDHH contra el fallo del 2 x 1 en favor de los genocidas, el régimen puede encontrar límites cuando esas resistencias aparecen.

Esta vez se logró frenar el intento y así se narra desde dos puntos de vista:

Pudimos pararlo hoy por hoy, breve crónica de un proceso participativo

por Alicia Stolkiner (Profesora de Salud Mental de Psicología de la UBA)

La semana pasada circuló un proyecto de decreto reglamentario para la Ley Nacional de Salud Mental que reemplazaría el vigente y que, al hacerlo, modificaba aspectos sustanciales y de fundamentos de la mencionada ley. El proyecto tenía fecha del 15 de septiembre pero, según circuló. estaría siendo elevado para la firma presidencial.

Hubo una rápida y numerosa respuesta de distintas entidades y actores que se inicició con una declaración del CELS que firmaron muchas entidades, pero luego siguió y sigue con otras. Entre ellas federaciones y colegios de profesionales de la salud mental, órganos de revisión provinciales, instituciones clínicas, etc. Cuando corría el rumor de que la firma era inminente, circuló la información de que la corporación de abogados también había objetado el borrador del decreto reglamentario, un nuevo actor surgido del ejercicio mismo de la ley. Dos organizaciones adhirieron al nuevo decreto reglamentario: la AAP Asociación Argentina de Psiquiatras y APSA Asociación de Psiquiatras Argentinos. Ayer [por el jueves] hubo una nutrida conferencia de prensa en el Congreso objetando el nuevo decreto.

A las 16,40 de ayer [por el jueves], Clarín puso en la web una nota titulada "Polémica por un decreto que modificaría la ley de salud mental", donde se informa que hay más de 50 organizaciones que firmaron su descuerdo y se cita una entrevista que le realizaron a Alberto Timboli, actual presidente de la Federación Mundial de Salud Mental, en la que se afirma que la ley [la que tiene vigencia actualmente] es considerada la mejor del mundo.

En esa misma nota narran que estuvieron siete horas tratando sin éxito de comunicarse con el Director Nacional de Salud Mental, y que finalmente recibieron un mail del Ministerio de Salud en el que se aclara que el borrador que circuló no es definitivo, que están trabajando en ello y que se harán rondas de consulta luego de que, esta semana, cambien las autoridades del Ministerio.

Se deduce del mail que el borrador era absolutamente cierto (para aquellos que pedían esta certeza) y que el nivel de movilización que se produjo tuvo efecto. Agregaríamos que las objeciones de una corporación como la de abogados no deben ser de despreciar. Ahora corresponde mantener la defensa de los aspectos nodales de la ley y el debate, el escenario está planteado.

***

El abogado especializado en Discapacidad y Derechos Humanos Claudio F. A. Espósito escribió:

EL ESTADO ARGENTINO CEDE ANTE LA PRESIÓN DE LA SOCIEDAD CIVIL. 
Suspensión del tratamiento del proyecto de Reglamentación de la ley 26.657 
Ley de Salud Mental.

Celebramos que, por la gestión de Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) y de distintos actores nacionales e internacionales que trabajaron desde distintos espacios y estrategias mancomunadas, se haya suspendido la firma de la propuesta de reglamentación de la ley de Salud Mental que retrocedía en el ejercicio de los DDHH de las personas con discapacidad mental, intelectual y adicciones, y limitaba el ejercicio de la profesión de abogado/a.

Si bien la noticia es alentadora, porque el gobierno dio marcha atrás por ahora en consolidar sus prejuicios y estereotipos nocivos en detrimento de la violación de los DDHH, demostrando que no está a la altura de las circunstancias y que su paso por la administración pública será en el silencio del suspiro de su mediocridad, las OSC, y en especial aquellas que nuclean a usuarios, familiares, y en este caso abogados/as debemos buscar distintas estrategias participar del proceso de reglamentación, para que nuestras voces sean oídas y escuchadas.

Tuvimos idea de lo que los que no saben pueden hacer. Corresponde ahora a todos/as promover que no se vuelva a repetir.

Claudio FA Esposito

Uno de los puntos más llamativos del proyecto momentáneamente archivado es su recurrencia a la idea de una "evidencia científica" en el tratamiento de los problemas psicológicos. La reiterada alusión a este concepto tan opaco muestra el grado de penetración y peligrosidad que el modelo positivista aún tiene en nuestra sociedad. ¿De qué evidencia científica se habla cuando se trata de naturalizar la opresión? Solo desde una mezcla de profunda ignorancia epistemológica y mala fe se puede depositar tal poder en una presunta evidencia científica.

En el programa de esta medianoche de La otra.-radio (0:00 hs. del lunes, FM 89,3, Radio Gráfica, online acá o acá) vamos a seguir indagando sobre el tema

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