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viernes, 17 de julio de 2015

El Grupo de Tareas de Clarín en la casa de Víctor Hugo: los muchachos están nerviosos

El fin de ciclo de Magnetto




No hay duda de que los muchachos de Magnetto están muy nerviosos. Solo así puede explicarse esta exhibición de prepotencia desembozada que ayer practicaron contra Víctor Hugo Morales. Por un juicio que viene llevando el Grupo contra el periodista uruguayo desde que en el año 2000 Víctor Hugo se animó a poner en el aire en su programa de canal 7, Desayuno, una pantalla de tv donde se mostraban fragmentos de un partido de fútbol que solo podían ver los que tenían la telvisión paga del Grupo. Víctor Hugo fue desde mucho antes de que existiera el kirchnerismo un duro crítico de las maniobras monopólicas de Clarín, especialmente en el campo de las trasmisiones futbolísticas. De alguna manera es el mentor anticipado de Fútbol para Todos, mucho antes de que Néstor tuviera la visión de que podía desmembrarse el poder omnímodo del Grupo a partir de la decisión de democratizar el fútbol por tv. Fue un golpe durísimo para Clarín, algo de lo que todavía no se puede reponer.

Víctor Hugo no cesa de decir desde hace muchos años que la práctica de Clarín es mafiosa y, cuando Magnetto se convenció de que no podía comprarlo, se propuso destruirlo mediática o judicialmente. Los periodistas de Telenoche hace unos meses escracharon el domicilio privado de Morales. Más recientemente, personal de seguridad de Clarín le tiró un auto encima al periodista cuando estaba haciendo una nota sobre un muro ilegal que el Grupo impuso en su sede de Barracas, con la connivencia del gobierno macrista. Ahora, con la anuencia de un sector dócil del poder judicial, el apoderado de Clarín irrumpió ayer violentamente en el domicilio de Víctor Hugo, para registrar los bienes embargables que pudiera hallar en la casa. El apoderado que ayer llegó con el grupo de tareas judicial, el colorado que hace dos años pasó vergüenza con un pobre desempeño en la audiencia pública que hizo la Corte Suprema para decidir la constitucionalidad de la ley de servicios audiovisuales, ayer amenazó a la esposa de Víctor Hugo con que si no le abría la puerta de la casa, se la iban a tirar abajo.

Cuando llegaron Víctor Hugo y las cámaras de otros canales, la maniobra intimidatoria quedó en evidencia y el Grupo de Tareas apuró el trámite. Quedaba feo verlos en cámara ejerciendo semejante atropello persecutorio.

Evidentemente los muchachos están perdiendo las formas. Desde hace muchos años que su poder extorsivo es inmenso, pero antes lograban meter miedo sin necesidad de exponerse tanto. Ahora, Magnetto cae en un acting que es inevitable asociar a las persecuciones de la dictadura. La causa judicial en trámite es vieja e irrisoria, pero a Clarín las cosas no le están saliendo como las planeaba. Quizás estos actos de exposición de su prepotencia sean la admisión de la derrota política que les infligió el kirchnerismo. Probablemente el fin de ciclo de Magnetto llegue antes que el de Cristina.

Anoche hubo una emisión excelente de 678, donde un grupo de personalidades de la cultura y el periodismo mostró su solidaridad con Víctor Hugo.

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