todos estamos igual

martes, 3 de septiembre de 2013

Todos los Dylans y algunos Werner

La otra.-radio para escuchar clikeando acá






Salí ayer a la noche nada más que a dar una vuelta
pasé a buscar a Little Sadie y la hice bajar
fui derecho a casa y de ahí a la cama
con una cuarenta y cuatro sin humo en mi cabeza.

Empiezo a pensar en lo que hice
tomo mi sombrero y me echo a correr
hago una buena corrida pero voy muy lento
y me alcanzan en Jericó.

Parado en la esquina mientras tocan el timbre
se adelanta el sheriff de Thomasville
me dice: "joven, ¿usted se llama Brown?
recuerde que usted disparó a Little Sadie?"

"Ah, sí, señor, mi nombre es Lee
yo asesiné en primer grado a Little Sadie"
"En primer grado y segundo grado
si tiene algún documento, me lo facilitaría?"

Bueno, me llevaron al centro y me vistieron de negro
me metieron en un tren y me mandaron de vuelta
no tenía a nadie que pagara la fianza
me metieron en una celda llena de gente
oh, sí, eso hicieron.

El juez y el jurado sentaron posición
el juez tenía los papeles en la mano derecha
Cuarenta y un días, cuarenta y una noches, cuarenta y un años
para arrastrar la bola y vestir a rayas
Oh, no.

Salí ayer a la noche nada más que a dar una vuelta
pasé a buscar a little Sadie y la hice bajar
fui derecho a casa y de ahí a la cama
con una cuarenta y cuatro sin humo en mi cabeza.

Entonces cuando Dylan se había convertido en la celebridad más hipster que hubiera existido, con el vestuario más cool y los gestos más desafiantes, cuando todos querían que fuera el vocero de su generación, entonces Dylan pegó otro giro brusco y los volvió a descolocar. ¿Qué-es-esta-mierda? dijo la Rolling Stone cuando escuchó Self Portrait, el disco más desconcertante de su carrera. De estar en la cresta de la hola y ser la espuma de la espuma de la espuma, Dylan había virado a crooner pasado de moda. ¿Qué pasaba por su cabeza? ¿Se estaba burlando de todos? El contó varios años después:

«En esa época yo estaba en Woodstock y estaba teniendo un cierto grado de notoriedad por no hacer nada. Entonces tuve el accidente de moto que me dejó fuera de servicio. Después paré, recacité y pensé que estaba trabajando para todos esos parásitos. Y no quería hacerlo. Tenía una familia y todo lo que pretendía era ver crecer a mis hijos. Entonces llegaron las grandes noticias sobre Woodstock, sobre los músicos yendo ahí... y era como una oleada de locura alrededor de mi casa, día y noche. Entrabas en casa y te encontrabas con gente, venían del bosque y golpeaban la puerta a cualquier hora del día. Era deprimente. Y no había forma de atenderlos a todos. Era como si estuvieran chupándote la sangre. Pensé: "Momento, estos no pueden ser mis fans. Ni siquiera pueden ser. Y siguen llegando. Me tengo que ir de acá". Entonces llega el Festival de Woodstock, que fue el colmo de toda esa mierda. Parecía que tenía que ver algo conmigo, con la "Nación Woodstock" y todo lo que representaba. No podíamos ni respirar. No podía encontrar espacio para mi familia ni para mí. Me hartédel asunto y nos fuimos. Nos mudamos a Nueva York. Había una casa disponible en MacDougal Street, y siempre me había parecido un lugar entrañable. Así que compré esa casa sin siquiera verla. Pero no era tan entrañable cuando llegamos. La "Nación Woodstock" había tomado también MacDougal Street. Y dije: "Bueno, al carajo. Espero que todos estos se olviden de mí. Voy hacer algo que odien. Lo vana  ver, lo van a escuchar y van a decir: "Busquemos a otro, este ya no tiene nada que decir. Ya no nos va a dar lo que queremos". Pero el tiro me salió por la culata. El disco salió y la gente dijo: "esto no es lo que queremos" y se volvieron más resentidos. Dibujé un autoretrato para la tapa. Quiero decir: el disco no tenía ni título. Hice la tapa en cinco minutos. Y dije: "Bueno, se va a llamar Self Portrait"».

Fue un disco lleno de covers que aparentemente poco tenían que ver con la imagen de profeta de la época que se había ganado a su pesar. Pequeñas canciones satíricas, o melosas, o ridículas, con la expresa intención de auto-demoler su reputación. Por poco lo consigue.

Ahora que salieron estos Bootlegs con versiones alternativas y temas inéditos termina de completarse y comprenderse el gesto del Dylan de fines de los 60: en ese período subvalorado y mal entendido se condensaban los Dylan de todas las épocas, los que habían sido, los que iban a ser después y los que podrían ser y no fueron. Por eso, si hay un período que puede reunir las piezas faltantes, es 1969/1971: todos los Dylans juntos.

A esto le dedicamos un tramo del programa del domingo pasado. 

Y después escuchamos a Marikena Monti y nos pusimos junto a Alejandro Ricagno a hacer un balance de la retrospectiva del alemán Werner Schroeter que terminó ese mismo domingo. Y nos detuvimos especialmente en De la Argentina, la película que Schroeter filmó acá en 1985, en pleno comienzo del fin del sueño alfonsinista. Para escuchar el programa clickeen acá.

Werner Schroeter durante en rodaje de De la Argentina. Fotografía de Kino González

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