todos estamos igual

martes, 30 de abril de 2013

Cine escrito - Debate en la Feria del Libro

Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. ZONA FUTURO


Diálogo entre revistas de cine argentinas y mexicanas. Un encuentro de publicaciones clásicas y recientes para pensar los modos de abordar la crítica cinematográfica en América Latina.
Cuándo: mañana miércoles 01 de mayo de 2013. 18:00 a 19:00 hs.

Participan Abel Muñoz (editor de ICÓNICA, la revista de la Cineteca de México),Emilio Bernini (Kilómetro 111), Oscar Cuervo (La Otra), Diego Trerotola (El Amante) y Hernán Rosselli y Julieta Mortati (editores de la revista LAS NAVES).

Dónde: Stand Zona Futuro, pabellón Ocre. Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, La Rural. Ingresos: Avda. Cerviño 4474.

Como a ti mismo

A 200 años del nacimiento de Soren Kierkegaard
El hijo (dirigida por los hermanos Dardenne) 
Proyección y debate con Mónica Giardina y Oscar Cuervo




Al principio de El hijo (Le fils, Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne, Bélgica, 2002) vemos a Olivier, hombre de clncuenta y pico, anteojos, enfundado en mameluco azul y encorsetado. Anteojos, mameluco y corset hacen de su cuerpo un bloque que se mueve de manera brusca por los pasillos de un establecimiento. Bruscos son también los movimientos de la cámara que lo sigue. El verbo está empleado en sentido literal. La cámara de los Dardenne va siguiendo a Olivier apenas unos pasos detrás, lo que nos obliga a ver casi siempre su nuca; es decir: nos impide observar el rostro de Olivier para descubrir los motivos de su extraño comportamiento. Pronto sabremos que él espía obsesivamente a Francis, un adolescente que va a una escuela de carpintería en la que Olivier es instructor. Como el planteo cinematográfico de los Dardenne es muy riguroso, nunca a lo largo de todo el film abandonará el seguimiento de Olivier, lo que nos produce una extraña inquietud, como si de pronto advitiéramos que el cine está destinado a fracasar cuando intentamos comprender a un personaje por sus movimientos exteriores. El arte de los Dardenne es admirable no tanto por aferrarse de modo obcecado a este punto de vista, sino porque esa insistencia nos permitirá, llegado el caso, ser contemporáneos de una revelación extraordinaria.

No conviene contar casi nada de lo que esa cámara desasosegada nos va a ir revelando paso a paso. Olivier y Francis saben cada uno de ellos sólo una parte acerca del vínculo que los une. El espectador sabe menos que ambos. El film es el proceso en el que todos -Olivier, Francis y nosotros- iremos aprendiendo, cada uno lo suyo. El hecho de que Olivier sea el severo instructor de carpintería de este grupo de jóvenes entre los que está Francis trasmite al film una ética del aprendizaje serio y humilde. El trabajo con la madera, la forma en que las manos humanas dialogan con la resistencia, las rugosidades y la pesantez de la materia, tiene una cualidad física que impregna a la obra, como la película oliera a madera. Sobre esa fisicidad los Dardenne enhebran un sentido metafísico y finalmente religioso (en esto son aprendices aplicados de Robert Bresson).

En muchas películas los personajes saben un secreto que al ser revelado nos produce sorpresa. En otras, el espectador se da cuenta de algo antes que los personajes (el típico ejemplo de Hitchcock, donde vemos una bomba a punto de estallar mientras los personajes conversan de temas triviales), lo que nos sumerge en un angustioso suspenso. En El hijo no hay nada de eso, porque lo que está por verse (no encuentro otra expresión más precisa para describir el estilo cinematográfico de los Dardenne) es algo que permanece en la incertidumbre. Ni sorpresa ni suspenso: es el misterio de la libertad humana a la que ni Dios puede anticiparse.

El punto de vista se sitúa en el estricto presente en el que las cosas están a punto de ocurrir; mejor dicho: en el instante en el que las decisiones se van a tomar. Lo que están por hacer Olivier y Francis es filmado en presente continuo (lo mismo podría decirse de los protagonistas de La promesa y Rosetta, los dos films anteriores de los Dardenne). En el depósito Olivier está pensando, lo mira a Francis mientras examina las maderas, va a decirle algo, se lo dice, le dice... Se trata de una concentración de la atención máxima y a la vez frágil, porque lo que ellos están a punto de hacer ocurre en un instante fugaz pero tiene un peso infinito. La mirada de los Dardenne no acomoda la cámara para que en una posición se vean prolijamente los movimientos y reacciones de los actores, sino que corre desesperada detrás de ellos. Para eso, cuenta con unos "modelos" (según la terminología bressoniana) difíciles de olvidar: Olivier (Olivier Gourmet) y Francis (Morgan Marinne) no son exactamente grandes actores, sino presencias poderosas: hay momentos en que los no hacen nada o hacen algo trivial, como comer un sandwich o llevar unas tablas, pero la vibración que se produce entre ellos alcanzaría para alimentar de energía eléctrica a diez ciudades como Buenos Aires.

El viernes a las 19:00 veremos El hijo y haremos un debate, con la participación de Mónica Giardina (doctora en filosofía), en la semana del bicentenario del nacimiento de Soren Kierkegaard. Encontramos entre el cine de los Dardenne y la obra del pensador danés conexiones que permiten iluminarlos recíprocamente (ampliaremos). En Biclioteca Kierkegaard, Carlos Calvo 257.

lunes, 29 de abril de 2013

Lo que Macri, el represor, destruyó, lo reconstruímos: es ahora, depende de vos


El mural fue demolido. Las personas que lo hicieron no.

Militancia


Organizaciones del Borda, Movilización a la legislatura

Concentramos este martes a las 11:00 hs. en la estatua de Don Quijote en Av. de Mayo y 9 de Julio.

Exigimos:

- No al Centro Cívico, derogación del acuerdo Pro-K

- Mantenimiento del uso en Salud de los terrenos del hospital, cumplimiento de las leyes 448 de CABA y 26.657 de Nación.

- En contra de la represión.

- Juicio político a los responsables: Chaín, Montenegro y Macri.

Frente de Artistas del Borda
Cooperanza Salud Mental Colectiva
Pan del Borda

Postdata del editor:  Alguien que haya visto ayer a Lanata, ¿me puede decir si hizo un informe sobre la represión en el Borda?

domingo, 28 de abril de 2013

Imágenes paganas: la canción, no la película

El post Bafici VI



Con esta canción me gustaría rescatar mi recuerdo de Federico Moura, después de haber visto la muy floja película que Cucho Constantino le dedicó a Virus y que pudimos ver hace poco en el BAFICI. Evidentemente el arte de Moura está muy lejos de la sensibilidad de Constantino, que toma todas las decisiones equivocadas para contar esta historia. Los momentos ficcionales son innecesarios, filmados para colmo en clave de un erotismo berreta, antitético del refinamiento de Moura. La traducción en clave heterosexista además contradice la intención política de Federico quien, en el clima represivo y machista de la Argentina de los primeros 80, quiso desoír los consejos de su discográfica y exponer una sutil sensibilidad gay que transgredía los códigos usuales del rock argentino. Las imágenes que Constantino crea para acompañar estas canciones invitan a cerrar los ojos para poder seguir disfrutando la música de Virus. 

El documental tampoco le dedica una mínima atención a las diversas etapas de la discografía de la banda ni al análisis de sus letras. Varios de los personajes largamente entrevistados cumplieron un rol irrelevante en la historia de Virus y en cambio se le dedica muy poco espacio a otros que fueron decisivos, como Roberto Jacoby. Cucho Constantini había tenido una muy buena aproximación al arte de Miguel Abuelo en Buen día, día. Pero en esa película se notaba el amor que el director le profesaba al músico. No es el caso de Imágenes Paganas.

sábado, 27 de abril de 2013

Borda: Loca represión

Las balas de la Metropolitana dejaron un tendal de heridos. Tiraban al cuerpo a unos pocos metros de distancia. No hubo muertos de casualidad.



por Guillermo Villalobos
Fotografías bajo licencia: CC BY-NC-ND 3.0 - M.A.f.I.A.

Entraron de madrugada. Cientos de policías de uniforme onda Robocop y otros tantos de civil rompieron los candados y ocuparon el Taller número 19 que estaba siendo protegido por los trabajadores del Borda desde hace meses. En ese taller los internos del hospital aprendían carpintería para poder tener un oficio una vez que fueran dados de alta. Poco a poco fueron llegando los trabajadores para defender este espacio del Hospital Neuropsiquiátrico. La respuesta fue represión con balas de goma, gas pimienta y palazos. Cobraron los laburantes, los internados, los de ATE, los legisladores, los periodistas, los fotógrafos, los cronistas, los médicos, los enfermeros, los diputados, los militantes y los que nos acercamos a apoyar la lucha de los que defienden ese pedacito de estado.

Dejaron un tendal de heridos y detenidos.

Tiraban al cuerpo a unos pocos metros de distancia.

No hubo muertos de casualidad.

Hay pacientes del Hospital que tuvieron que ser asistidos por los golpes recibidos.

Palos y tiros para terminar demoliendo con topadoras un galpón escuela que quedó reducido a un montón de escombros.

Macri se victimiza luego de cagarnos a palos a todos y no se hace cargo de la represión brutal que ordenó. Había no mas de diez encapuchados que tiraban piedras, repudiados por la gran mayoría de los presentes y que, como siempre, terminan dándole argumentos a estas bestias para cargar con saña contra todos los que estábamos repudiando la destrucción del espacio público. Todo esto sucedía a la vista de las personas internadas que miraban horrorizadas.

Eran imágenes del 2001, de ese pasado violento donde movilizarse era arriesgarse a perder la vida.

Los locos no son los que estan internados en el Borda, no. Locos, represores e hijos de la dictadura son los que lastiman a la gente para quedarse con un pedazo del Estado dentro del predio de un hospital que se cae a pedazos. Hace muchos años que se viene denunciando un proyecto inmobiliario del gobierno de la ciudad que intenta “modernizar” la zona sur lo que en la práctica implica el traslado hacia la provincia de los sectores de menores recursos que viven en esa zona. Macri gobierna para los “blancos” que tienen guita y la idea es desalojar el predio que ocupan el Infanto Juvenil, el Borda y el Moyano, 30 manzanas, y construir en su lugar edificios caros para la gente de su clase. Para los internados la propuesta es externarlos y que Dios los ayude.

Doscientos ochenta millones se van a gastar para construir la sede del gobierno de la ciudad y en el hospital no hay gas para cocinar y calentarse durante el invierno. Es obvio que Macri, Vidal y Rodríguez Larreta, responsables de la represión, tienen la protección de los grandes medios para poder reprimir, ya lo demostraron en la sala Alberdi del Teatro General San Martin. Y también es obvio que esto es lo que harían si gobiernan el país, destruir el Estado y reprimir a la población. Esto ya lo vivimos y por eso me parece imprescindible acompañar la movilización que los trabajadores del Hospital van a realizar el próximo martes en la sede de gobierno que encabeza este millonario que solo piensa en facturar.

“Estos tipos estan mas locos que yo”, me dice uno de los muchachos internados mientras nos fumábamos un faso en la puerta del Hospital. Los dos nos reímos de su cuerda ocurrencia.

El martes los trabajadores del Borda junto con todas las organizaciones que los acompañan realizarán una marcha a la jefatura de gobierno de la ciudad para repudiar la brutal represión ordenada por el dialoguista Mauricio.

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Los pacientes deambulan entre los escombros y los enfermeros intentan contenerlos

Los internos del Hospital José Borda deambulaban esta noche en los alrededores del Taller Protegido demolido tras la represión de la Policía Metropolitana y los enfermeros intentaban contenerlos y consolarlos. (continuar leyendo acá)

El video de FM La Tribu que documenta la brutal represión macrista

viernes, 26 de abril de 2013

Hoy no habrá cacerolazos en repudio a la represión macrista en el Borda: por eso Macri sigue doblando la apuesta represiva


Interno del Hospital Borda herido de 21 disparos de balas de goma durante la represión de la Policía Metropolitana. Fotografía bajo licencia: CC BY-NC-ND 3.0. M.A.f.I.A.


Que Macri es un facho lo sabemos desde siempre.
Pero también sabemos que estamos en una ciudad que consiente estas represiones.
La Metropolitana reprimió en los últimos meses a los vecinos y vendedores de Parque Centenario. Y ya lo había hecho en los talleres protegidos del Borda.
Hace apenas semanas el macrismo reprimió salvajemente a los integrantes de la Sala Alberdi. Usaron balas de plomo. La oposición al macrismo, salvo honrosísimas excepciones, no hizo nada para impedirlo. Y esto incluye al kirchnerismo porteño y a los sindicatos municipales. Ninguna fuerza importante repudió la represión en la Alberdi porque las víctimas no eran militantes de ningún partido. Incluso muchos bromearo con que eras "hippies sucios". Merecerían acaso por eso las balas de plomo, ¿cierto?
Macri no solo tiene cobertura mediática, sino cobertura política por parte de su oposición: él mismo lo recuerda en el sexto tuit que aquí se reproduce. "La Ley que autoriza fue aprobado [sic] por otros bloques además del PRO". Se refiere a la construcción del Centro Cívico.

Hoy no habrá cacerolazos, marchas, etc. Los porteños se muestran indiferentes e incluso complacientes a esta política represiva. Dos de cada tres porteños votaron a este energúmeno para que gobierne durante ocho años a la ciudad más culta y sofisticada de Sudamérica.
Si todos lo dejamos subir la apuesta, todos somos responsables.

Buenos Aires da asco.

La Tribu Noticias:
Repudiamos la represión impulsada por el Gobierno de la Ciudad a través de la Policía Metropolitana en el Hospital Borda. Entre lxs heridxs está nuestro compañero de FM La Tribu Patricio Tejedor, quien recibió cinco balazos de goma y por suerte ya se encuentra bien. Nuestra solidaridad con todos lxs heridxs. Libertad a lxs detenidxs. Que el Gobierno de la Ciudad cumpla con la ley de salud mental 448. Ninguna política pública se puede implementar a balazos.

REPRESIÓN EN EL BORDA / MAFIA REPORTA:
Un fotógrafo de nuestro equipo fue herido con balazo de goma en una pierna. Repudiamos la represión y nos solidarizamos con los trabajadores de prensa agredidos y detenidos.

El artista popular

Pablo Dacal presenta El corazón es el lugar, su nuevo disco, en La otra.-radio




El artista popular - Pablo Dacal y las Guitarras del tiempo.

Paseo por la calle
San Telmo, Buenos Aires
a pie o en bicicleta,
en bondi, taxi, subte o tren.

Si alguno me saluda
ya no tengo duda
estoy metido en este baile
vine para continuar
la vida del artista popular
que no tiene lugar
no tiene principio
no tiene ataduras ni final
puede terminar
pero su canción no callará.

Si afuera hay una guerra
cantamos en la fiesta
de cumpleaños, casamiento
y hasta defunción.

Mientras vamos andando
te escucho y voy silbando
le puse melodía a la función
en que un actor pidió
la vida del artista popular

que no tiene lugar
no tiene principio
no tiene ataduras ni final
puede terminar
pero su canción no calla.

Este domingo a la medianoche en La otra.-radio, Pablo Dacal presenta su nuevo disco, El Corazón es el lugar. FM La Tribu. 88,7. Online.

jueves, 25 de abril de 2013

El aborto: entre el crimen y el derecho


Macri en una intervención desesperada

por Laura Klein *

Hace unos días vi un graffiti en la calle que me cortó el aliento. Quizá llevaba semanas allí. Se refería a Macri y a sus desgraciadas relaciones con el aborto no punible. “Macri: que Dios le dé a tus hijas el doble de lo que le hacés a la mujer que pide abortar”, escribió alguien en una pared de la Ciudad.

Necesité revisar los diarios para recordar cómo habían sido exactamente las cosas en el caso al que la pintada hacía alusión: quién había hecho qué, en qué momento, quiénes eran responsables y de qué, a ver si esto me ayudaba a procesar el impacto que me causó el graffiti.

Comparto con ustedes una breve cronología de los hechos con todos sus incidentes:

El 1º de octubre, con un embarazo de nueve semanas, una mujer se presenta en la guardia del Hospital Ramos Mejía. Allí cuenta que había sido capturada por una red de trata de personas el pasado 26 de julio en una vivienda del barrio de Belgrano, adonde había concurrido atraída por la promesa de conseguir un trabajo como auxiliar de limpieza en clínicas y sanatorios que resultó en secuestro. Obligada a prostituirse, encerrada en algún lugar de la provincia de Chubut, sólo hacía unos días, el 29 de septiembre, había logrado fugarse de su cautiverio. Como consecuencia de las reiteradas violaciones, estaba embarazada. Se informó de la situación a la Oficina de rescate y acompañamiento a personas damnificadas por el delito de trata del Ministerio de Justicia y a la Unidad fiscal de asistencia en secuestros extorsivos y trata de personas. La mujer, de 32 años y tres hijos, solicitó la interrupción de este embarazo. Justo la semana anterior, el 28 de septiembre, y cumpliendo con lo dispuesto por la Corte Suprema en marzo de este año, la Legislatura porteña había reglamentado la realización de los abortos no punibles en la Ciudad. Amparados y obligados por esta legislación, los médicos establecieron fecha y hora para practicar el aborto: el martes 9 de octubre a las 8. Sin embargo, algo sucedió en la víspera: la mujer fue víctima de un escrache en su domicilio y a la mañana siguiente otro frente al hospital donde se iba a realizar el aborto. Y no fueron sólo manifestaciones de repudio. La Asociación Pro Familia había presentado una medida cautelar que fue aceptada por la jueza Myriam Rustán de Estrada el mismo martes 9 de octubre (el viernes se había presentado a otro juez y había sido rechazada) y el aborto se suspendió.

¿Cómo fue que el caso de esta mujer llegó a oídos justamente de los grupos que podrían llegar a entorpecer la realización de este aborto legal? Todos los medios de comunicación coinciden en este punto: el jueves 5 de octubre, durante una cena de Consenso Republicano, el jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, luego de anunciar que iba a ejercer su poder de veto dejando sin efecto la ley de aborto no punible votada por la Legislatura, contó, no se sabe si deliberadamente o por un descuido imperdonable, que el martes 9 se iba a realizar “el primer aborto legal” en la ciudad de Buenos Aires a una mujer que “pasó por todas las instancias legales”.

Dadas las circunstancias de conflicto y violencia social que produce el tema, no se debía revelar dónde y cuándo iba a realizarse el aborto. Está claro que no es lo mismo que revelar dónde se hará el primer trasplante de médula ósea. Esta infidencia tuvo gravísimas consecuencias: no sólo violaba la intimidad de la mujer violada, dejándola en una situación de tremenda exposición a merced de las acciones de los fanáticos antiabortistas, sino que la puso en riesgo frente a los tratantes de los que escapó.

¿Cómo es que Macri se entera cuando se realiza un aborto legal en un hospital? ¿Cómo funciona esta red de infidencias que va desde los centros de salud pública a las asociaciones que militan para impedir la realización de los abortos legales, pasando o no pasando por el Gobierno de la Ciudad?

El 10 de octubre representantes de la mujer violada apelaron la medida cautelar que suspendía la práctica del aborto. Ese mismo día legisladores y comuneros elevaron una denuncia penal contra el jefe de gobierno porteño por incumplimiento de sus deberes de funcionario público, al haber hecho públicos datos privados y sensibles sobre la interrupción del embarazo que posibilitaron frenar la intervención.

Fue necesaria una nueva intervención de la Corte Suprema, dos días después, para obligar al Gobierno de la Ciudad a cumplir con carácter de urgencia lo que dicta la ley. El 14 de octubre se realizó finalmente el aborto a la mujer. El 24 de octubre, a través del decreto 504, el jefe de gobierno porteño ejerció su poder de veto y rechazó la norma votada por los legisladores porteños sobre la no punibilidad de la interrupción de embarazos en casos de mujeres violadas, tal como lo había prometido en la cena de Consenso Republicano.

“Macri, que Dios le dé a tus hijas el doble de lo que le hacés a la mujer que pide abortar”, releo en la foto que atiné a sacarle al graffiti.

¿Qué tiene que haber sentido alguien para que se le ocurra una frase así y se anime a escribirla en una pared? ¿Qué tuvo que haber vivido? ¿Qué tienen que ver las hijas con lo que hace su padre, con las decisiones de poder con que el jefe de gobierno porteño incide sobre los cuerpos, la vida y la muerte de las mujeres de nuestra ciudad?

Más que un deseo de venganza, esta maldición parece ser un grito, una intervención desesperada contra la impunidad. Pero, entonces, qué es lo que produce tanto rechazo del graffiti: ¿los propios (malos) sentimientos? ¿la injusticia contenida en esa frase? ¿el temor de sentir que esa frase cae sobre los culpables, o sobre los que la pronuncian, o sobre los que la hacen suya en silencio? ¿O sobre todos ellos juntos y fulmina como un rayo?

Quien se sienta vulnerado por esta pintada, quien crea que flota un mal deseo sobre la familia del jefe de la Ciudad, es porque sabe o piensa que éste ha sido cruel, injusto, al menos hipócrita, despreciativamente indiferente o directamente despiadado. Y esto hace que la pintada se vuelva revulsiva y produzca temor.

Qué habrá querido exactamente quien hizo la pintada, es difícil saberlo. El texto es tan contundente como ambiguo. Lo que se desprende a las claras es que, a través del miedo, pretende hacerle un careo al jefe de Gobierno de la Ciudad: que se enfrente con las consecuencias de sus actos, que dé cuenta de que sus decisiones caen pesadamente sobre personas concretas, con una cara, una historia, un cuerpo y una sola vida, igual que la de cada una de las mujeres de su familia.

¿Acaso aplicaría la misma decisión a sus hijas, su esposa, sus hermanas, si sufrieran un embarazo tras una violación?, parece preguntar el graffiti en un silencio que no puede dejar de oírse. La inquietud que genera interrumpe por un momento el blablá, la inercia con que circula la opinión, la indignación con que nos llenamos la boca y nos enorgullecemos de nosotros mismos.

Lo extraño es que entre estos dos actos suene más cruel la voz que surge del fondo anónimo del resentimiento y le desea al gobernante que sus hijas sean también destinatarias de sus decretos, que el decreto mismo que condena a abortar clandestinamente a una mujer ya condenada por la vida a demasiado sufrimiento. Parece más feroz una intervención contra la impunidad que la impunidad misma.

Tampoco me queda claro si lo que busca esta pintada se dirige más al jefe de gobierno metropolitano y a su entorno que a contagiar a los habitantes de la Ciudad. Como si este graffiti quisiera ser el puntapié inicial de un alerta colectivo: para que cada decisión vital o mortífera que cada funcionario, juez, médico o pinche tome sobre las vidas de otros les rebote como un boomerang sobre su propia vida o sobre la de sus seres cercanos.

Alguien a quien ya no le quedan más recursos sale a la calle y escribe una maldición en la pared: “Macri, que Dios te dé el doble ...”. Estas palabras ya no quieren denunciar. Las denuncias de la impunidad, multiplicadas cotidianamente hasta el infinito, apiladas unas sobre otras, neutralizándose entre sí, una tras otra, entre la ineficacia y la impotencia, ya no tienen ninguna fuerza. Esas palabras pretenden hacer justicia.

Porque a nadie le es liviano maldecir. Tampoco abortar.

* Este texto, aparecido originalmente en Página 12 el 24/12/2012, es el epílogo del libro de Laura Klein Entre el crimen y el derecho. El problema del aborto, que se presenta mañana en la Feria del Libro.

Lukas, el extraño

Lukas the Strange, de John Torres
Poesía filipina en celuloide
El post Bafici V


por Lucas Ka

Horror: intento escribir sobre esta película y mi cabeza organiza el relato en forma orgánica. No soy fiel al espíritu del film. No soy poeta.

La película no es narrativa, no al menos del modo convencional. Se puede decir que trata sobre un equipo de filmación que llega a un pueblo remoto filipino y en el medio aparece Lukas… Dejando su niñez, comienza su adolescencia y se entera de algo siniestro en su origen. Peor aún: quien puede tranquilizarlo es su padre pero desaparece.

La película toma la forma del ánimo de Lukas. Temblequea, se vuelve una ebullición de imágenes oscuras, saltos en el plano, imágenes de desastres naturales, voces en off que no lo son, blanco/negro, colores saturados. La textura del film cuenta la historia de Lukas. Forma y contenido confluyen. Poesía que intranquiliza.

Película casi onírica, sobrenatural; ¿delicias del cine fantástico?

miércoles, 24 de abril de 2013

El brillo del día

The Shine of Day, de Covi y Frimmel: cine que ilumina
El post Bafici IV



por Lucas Ka

Phillip es actor de teatro. Está en su momento más productivo. En su vida toca timbre su Tío Walter. Este necesita rearmar vínculos con Phillip. Ambos parecen dos desconocidos, pero de a poco descubren que tienen muchas cosas en común. Se bancan, discuten, se potencian, se acompañan, se escuchan, se quieren.

La búsqueda de sentido en sus vidas es el motor que los hace andar; no importan sus edades. Ellos siguen esa dirección e irradian tanto en el mundo del film, como en el del espectador, ese camino a seguir.

Así como lo presentaron en La Pivellina, Covi y Frimmel lo ponen en marcha en esta película. Reafirman la existencia de seres que van más allá de una mirada individualista para con su alrededor, no como un deber, sino como una forma de abrirse al registro del otro. La visión se expande e integra en forma solidaria al más allá del mundo propio.

Dice el Tío Walter:”No tengo mucho que perder” en cambio a su entrada edad, el cariño y la sensibilidad por sus vecinos le abren otros mundos impensados.

¿Momentos perdidos?

Los Ilusos, de Jonás Trueba
El post BAFICI III


por Lucas Ka

A modo de homenaje nada solemne, la película nos presenta una historia sobre los tiempos débiles o muertos de un director que necesita terminar su obra. ¡De débiles o muertos no tienen nada! Justamente a partir de utilizar esos retazos, escenas que para el cine convencional serían poco narrativas, dinamiza el proceso de construcción de su película.

Dialogando con aquellos genios de a Nueva Ola francesa, Trueba elige filmar en 16 mm y en blanco/negro. Utiliza casi todos los mecanismos y tópicos de aquel movimiento de ruptura.

La cámara sigue el deambular de un director de películas tras sus criaturas. Encuentra por las calles del barrio Antón Martín de Madrid muchas disrupciones que darán historias muy frescas que contar. Madrid cobra un aire parisino, un poco fuera de foco, de tiempo, extraña, ya que estos personajes hablan en el mejor español madrileño. Las problemáticas de estos seres conservan cierto toque romántico de los 60, pero con un perfil existencial actual de generaciones de treinta y pico. Por momentos, irónica, con muchos guiños cinéfilos, la película sea tal vez la mirada de Trueba, el director, que vagabundea en los fragmentos del pasado, buscando su propio estilo.

martes, 23 de abril de 2013

Hombres como chispas al anochecer marcan un camino para luego liberarnos



Otro rompehielos que se va
habiendo abierto a muchos su lugar
deja de mirar para pasar
a un mundo que si existe encontrará

Caen los maestros como vos
se sabe que también caerá este sol
¿cómo sujetarse cuando ves
que nada es resistible a perecer?

Algo nos motiva a sostener y hacer
como si el final quisiera coronarnos
hombres como chispas al anochecer
guardan un camino para luego liberarnos.

Si hay una herramienta y precisión
la máquina supera a su inventor
parte del abismo del terror
perder algo de cuerpo por pasión.

Una mente puesta en dibujar
el riesgo creativo de escapar
ver que el tiempo es más que algo lineal
que puede darse vuelta y no avisar.

Y algo nos motiva a sostener y hacer
como si el final quisiera coronarnos
hombres como chispas al anochecer
marcan un camino para luego liberarnos.

Justo que se había abierto el cielo
no era un día oscuro para creerlo
el amor como el terror daban su lección los dos
cerca de vos y todos tus misterios
frágil como en ese último encuentro
¿para qué decirle adiós a alguien?
Estará con vos aunque no haya espacio ni voz.

Una mano aferrada a la tierra de frente al cielo
somos vos y yo construyendo sobre una ilusión.
Puede ser que al final todo esto construya un tiempo
más allá de ser, existir o estar fingiéndolo, fingiéndonos
fingiéndolo, fingiéndonos.

Lucas Martí insiste en hacer canciones extraordinarias. Esta es un adelanto de su nuevo disco y se llama "Rompehielos".

Macao y la fiebre

El post BAFICI II
sobre A Última Vez Que Vi Macau 
de João Rui Guerra da Mata y João Pedro Rodrigues


“Pensé en un laberinto de laberintos, en un sinuoso laberinto creciente que abarcara el pasado y el porvenir y que implicara de algún modo a los astros. Absorto en esas ilusorios imágenes, olvidé mi destino de perseguido. Me sentí, por un tiempo indeterminado, percibidor abstracto del mundo”.
Jorge Luis Borges, "El jardín de los senderos que se bifurcan”

por Lilián Cámera

¿Cómo se filma el territorio elusivo de la infancia? Cómo entramos en esa deriva de la patria más ajena, donde el recuerdo así como las fronteras mismas se reinventan, dejan huellas de otra colonización posible?

La última vez que vi Macao intenta con su registro fascinante, mezcla de documental, ensayo, policial negro y ciencia ficción apocalíptica dar cuenta de estas preguntas. Y lo hace desde ese cruce donde se unen el relato de quien supo vivir allí los momentos más felices de su infancia (João Rui Guerra Da Mata) con la memoria de quien jamás pisó sus calles (João Pedro Rodrigues), y reconstruye la ciudad a través de lo que la literatura y el cine pudieron elaborar sobre ese Oriente misterioso.

Candy (la trans Cindy Scrash que ya participó en Morrer como um homem) canta en el inicio You kill me doblando a la Jane Russell de Una aventurera en Macao (Josef von Sternberg, 1952). Detrás y separados por una alambrada un grupo de tigres se pelean, juegan o gruñen. No son tristes animales de circo, son los “otros” tigres de Borges:” el tigre vocativo de mi verso/es un tigre de símbolos y sombras,/una serie de tropos literarios/y de memoria de las enciclopedias/…” (En su mundo no hay nombres ni pasado/ni porvenir, sólo un instante cierto)”. Esta escena brindará los primeros indicios de una profecía que comienza a desplegarse y se cumplirá al final.

Candy ha llamado a su amigo Guerra da Mata para contarle que está en graves problemas y él acude. Pero la cita se malogra, porque siempre se extravía, confunde sitios, pregunta y ya nadie lo entiende en esa ciudad que ha sido colonia portuguesa por 400 años. Aparecen extraños signos, mensajes amenazadores, disparos en la noche, gritos y crímenes ocurren en un fuera de campo. Los directores eligen fragmentar los cuerpos y no muestran los rostros de sus personajes, solo detalles: pies, manos que sostienen un arma o levantan una peluca rubia al borde del agua , una misteriosa jaula cuyo contenido se desconoce pues siempre está cubierta y pasa de mano en mano. Unos dedos enjoyados, que se presumen son los de Madame Lobo, temible jefa de la secta que persigue a Candy, acomodan sobre la mesa las pequeñas figuras del horóscopo chino, un tigre, un perro y una serpiente. Casi como quien decide el destino de cada uno de los protagonistas. Ese poderoso fuera de campo juega en su entramado con la visibilidad de las ruinas del Macao presente, el que pudo o supo ser en la infancia de Guerra da Mata , apenas sugerida en sus fotos de los años setenta.

La imagen de un zapato con taco aguja en el asfalto preanuncia lo peor y nos remite a ese mismo plano de un corto anterior de la dupla, Alvorada vermelha (2011). Otro intento excepcional de atrapar la mítica ciudad, convertida en Las Vegas china, con sus contradicciones y su espesura emocional y física.

En otra escena la voz que lleva el relato nota que los perros lo siguen permanentemente a lo largo de su periplo. Son perros que a veces se detienen y miran a cámara, aquellos que le sugerirán al extraviado y perseguido Guerra da Mata, la secuencia de una mutación que traerá finalmente la felicidad tan deseada: un escenario donde reinen otras criaturas.

Si a través de la elegancia de esos felinos y la cofradía perruna es posible entender de qué va esa felicidad, en el laberinto dentro del laberinto por donde emerge el imaginario propuesto por los directores se puede vislumbrar la trampa de un pasado idealizado, el amor por el cine, la infinita belleza de esos senderos que se bifurcan, de aquello imposible de nombrar y retener como la vida misma.

PD. Aclaración sobre el título: me tocó ver La última vez que vi Macao en medio de una fiebre que arreciaba como una tormenta, crecía y decrecía, colándose en todas las escenas. La fiebre acompañó el proceso como un indicio más sumado a la trama, porque yo creo que las buenas películas provocan efectos físicos, se sienten con todo el cuerpo.

lunes, 22 de abril de 2013

Un día muy particular

El post-BAFICI I


por Liliana Piñeiro

Tratando de superar mi frustración por no haber podido ver Like someone in love (soy una de las damnificadas por la fallida función de este viernes, tal cual relata Gabriela López Zubiría en nota anterior), apuro las impresiones de las películas que pude ver el sábado, esta vez sin inconvenientes.

¿Vedere Macau e dopo morire? ¿Se trata de un thriller, un misterio de transmutación? Nada de eso: en mi opinión, todo fue una excusa para la belleza. Cada imagen es un poema en sí misma. También eso sucede en P3ND3JO5, insuperable en su poesía oscura y desgarrada. Aquí, en cambio, se trata de una poesía deslumbrante, un broderie, una especie de tela suntuosa que se despliega ante nuestros ojos. La película de Joao Pedro Rodrigues y Joao Rui Guerra da Mata me dejó plena de vitalidad.

Después me esperaba el suave devaneo del deseo de las películas de Hong Sang-soo. En este caso se trataba de Nobody’s daughter Haewon y el encanto de su protagonista femenina. Debo decir que en este Bafici tuve una sobredosis de Hong: los personajes se me aparecen confundidos, encontrándose y desencontrándose, bebiendo y amando con sus múltiples variaciones. Como cuando se sueña, y si el sueño no nos satisface volvemos a dormirnos para modificarlo. Omnipotencia del soñante, dirigiendo nuestra propia película… si el inconsciente nos deja, claro.

Por último, vi Closed Curtain, con su estructura de cajas chinas, y la desesperación creativa de Panahi dentro de ellas, tratando de burlar la prohibición de filmar. Y la fidelidad de su perro, un personaje que opera como testigo de la opresión que tensiona todo el film. Una película cuya complejidad requiere más de una visión.

A modo de consuelo, la particularidad de este día fue evidente: el cine vence a la organización… a veces.

El BAFICI acaba en La otra.-radio

En el programa de anoche juntamos a los artífices de las películas argentinas ganadoras de la edición 2013:
Mejor película: La Paz (su director Santiago Loza y su protagonista Lisandro Rodriguez).
Mejor director: Raúl Perrone (por su película P3ND3JO5)
+ Roger Koza (amigo, crítico, programador de los festivales de Hamburgo y Ficunam) + Alejandro Ricagno (nuestro camarada de armas tomar)


Un programa para descargar clickeando acá

Ya es una tradición que nos enaltece: el BAFICI acaba en La otra.-radio.

Staff: Guillermo Villalobos, Martín Farina, Lucas Carrizo, Oscar Cuervo.
Operador de sonido: Maxi Perel.
Ingeniería psíquica: Maxi Diomedi, Sofía Grenada, Carmen Cuervo, Anto Diomedi.
Canciones: Regina Spektor, Depeche Mode, Fito Páez, Antony and the Johnsons.
FM La Tribu. 88,7. www.fmlatribu.com

domingo, 21 de abril de 2013

Mariano Ferreyra y Néstor Kirchner: dos vidas

Escrito el 7 de noviembre de 2010:



por oac

Hay dos hechos y no sólo uno -la muerte de Néstor Kirchner- que marcan el comienzo de esta nueva etapa de la política argentina. Son dos muertes, episodios singulares del orden de lo corporal, que responden a series causales independientes, pero estarán inevitablemente ligadas en la batalla de la interpretaciones por el sentido del presente. Todos hablan aún del deceso de Néstor y de la manera irreversible en que alteró el tablero. El fallo de su corazón podría haber sido hace pocas semanas un golpe de suerte para una derecha que no acertaba a articular una respuesta frente a lo que aparecía como un leve repunte del gobierno. Todavía no pasaron dos meses desde que escribí esto:

"...las usinas corporativas saben que tienen más chances si la sociedad entre Cristina y Néstor se debilita por motivos contingentes, como la salud de uno de ellos. Esa posibilidad no es un destino inexorable, pero es más factible que se quiebre por ese lado antes que el licuado opositor dé a luz un plan de gobierno y un líder político capaz de llevarlo a cabo. No habrá tembladeral, pero uno puede imagninarse que esta intervención quirúrgica [la que le hacían a Kirchner a principios de septiembre de 2010] va a disparar todo tipo de operaciones en el cuartel de Magneto. El sistema cardíaco de Néstor es para la derecha argentina un terreno más propicio que el sistema nervioso de Lole, Lilita o Mauricio".

El colapso del sistema cardíaco de Kirchner precipitó un cambio brusco en la relación de las fuerzas, pero paradójicamente esa debilidad corporal se volvió una fortaleza política que dejó a la oposición en estado de shock y al kirchnerismo más cerca que nunca antes de alcanzar un tercer mandato. Con esto no pretendo hacer ninguna predicción: la política argentina tiene un margen de indeterminación tan grande que la situación es siempre increiblemente fluida y puede variar de modo imprevisible. Solamente propongo constatar el notable cambio de clima que comenzó a partir del funeral de Néstor, acontecimiento que terminó por convertirse en un hecho político fundacional. Varios pre-candidatos a la sucesión post-kirchnerista vieron de pronto reducidos sus futuros a poco menos que la nada (porque el sentido exclusivo de su relevancia se agotaba en oponerse a la figura de Néstor) y algunos dilemas que el oficialismo no sabía cómo resolver (cómo traducir las perspectivas económicas favorables en una consolidación del rumbo político; cómo elegir al mejor candidato posible para enfrentar las elecciones de 2011) fueron resueltos por el peso inexorable de la muerte.

La despedida popular que se le brindó a Kirchner podría terminar siendo no sólo el impulso para la reelección de Cristina (con el alineamiento disciplinado de todo el peronismo, que días antes se mostraba díscolo y proclive a explorar otras variantes), sino incluso el comienzo de una trasmutación del peronismo en kirchnerismo. La visibilización de una nueva militancia juvenil (que se templó en las movilizaciones por la 125, la ley de medios, el matrimonio igualitario, y fue articulando un discurso alternativo al de los medios hegemónicos a través de la blogosfera, Facebook y el programa 678) parece ser el signo de los nuevos tiempos. Hoy se instala la figura de Néstor como el ícono de una nueva generación politizada y se lo exalta como militante. Hasta hace poco, los dirigentes políticos trataban de ser hombres cualunques, "gente como la gente"; hasta hace poco, "militante" era una palabra pronunciada con sorna, para burlarse de los veteranos "setentistas" de Carta Abierta, esos que se habían ilusionado con el aroma a choripán que los transportaba imaginariamente a otras plazas de antaño. La plaza de la despedida de Néstor fue juvenil, entusiasta, trabajadora, estudiante, bloguera y gay.

La Campora Diversia

Y junto con ellos, la cara más visible del naciente kirchnerismo, salieron a la calle las organizaciones sociales, los beneficiarios de la asignación universal, los jubilados agradecidos y las amas de casa maduras admiradoras de Víctor Hugo y de Orlando Barone. La trabajosa construcción de un país invivible, crispado y aterrorizado por la inseguridad con que machacó la tele durante tres años agobiantes perdió su eficacia simbólica ante la irrupción de esta nueva multitud que protagonizó el funeral más optimista de la historia política contemporánea.

Marcha del orgullo de ayer

Esta combinación humana tan atractiva está haciendo su propia experiencia vital y no simplemente rememorando las gestas de sus mayores de los años setenta: no se parecen a Bombita Rodriguez, no sienten ninguna nostalgia por los Montoneros ni veneran especialmente al general Perón. Pero su programa de acción no se agota tampoco en el reclamo de juicio y castigo a los criminales de la dictadura: hay nuevos motivos para pelear en el mundo de hoy, que no se oponen al castigo a los dictadores, sino que lo dotan de un sentido más imperioso y actual. La lucha de Madres y Abuelas por la justicia podría haberse extinguido con la muerte inminente de estas venerables mujeres; hoy ya no se trata de "recordar" lo que fue hace 30 años, sino de pelear por lo que puede ser de un momento a otro.

Pero empecé diciendo que dos hechos marcan esta nueva etapa. Hubo una muerte pocos días antes de la de Néstor: el asesinato de Mariano Ferreyra por manos de la patota de la Unión Ferroviaria. Desde el comienzo, incluso antes de la muerte de Kirchner, sostuvimos en este blog el punto de inflexión que este asesinato marcaba, que podía transformar esta tragedia humana en una oportunidad para que el kirchnerismo ajustara sus cuentas pendientes con el pasado peronista. El kirchnerismo puede alcanzar una nueva instancia política, superadora del peronismo, si resuelve este crimen de la patota de un modo inédito. Porque el enemigo que asesinó a Mariano está adentro del movimiento; y porque ese enemigo no se reduce solamente a una patota desbocada de barras bravas: es toda una forma de construir poder desde la burocracia sindical que se nutre de la traición a los trabajadores y se vale del crimen político. Si el asesinato tiene, además de una resolución judicial con sus ejecutores presos, un corte político que marque el comienzo del fin del sindicalismo patotero (una rémora de los sectores más reaccionarios que siempre anidaron en el peronismo), entonces el kirchnerismo se habrá parido como un movimiento popular digno de ese nombre; si el gobierno queda enredado en la confusión de estas alianzas non sanctas, entonces no habrá podido escapar del destino autodestructivo que ensombreció la historia peronista.

No puede asegurarse que el kirchnerismo sea capaz de hacerlo. Pero lo que sí se sabe es que Néstor pasó sus últimos días obsesionado por castigar este crimen: es posible que intuyera que se trataba de una prueba decisiva para su proyecto político. La semana pasada citamos una frase de Máximo en el funeral de su padre: “Al matar a ese pibe en Constitución también mataron a mi viejo. Estaba indignado. Todos esos tipos tienen que ir en cana”. Esa frase fue escuchada por Horacio Verbitsky y reproducida en su nota del domingo 31 en Página 12. Que Máximo la dijera y que Verbitsky la reprodujera son datos políticos de gran relevancia. Desde la vereda ideológica opuesta, en la edición de hoy de La Nación, vuelve a afirmarse la idea de la última obsesión de Néstor:

"Seis días antes de morir, Néstor Kirchner participó personalmente del operativo en que se involucró el Gobierno para aportar a la Justicia el testigo reservado cuya declaración llevó a las detenciones de gremialistas y barrabravas por el asesinato del militante del Partido Obrero (PO) Mariano Ferreyra".

Nadie puede decir si el ataque cardíaco de Néstor fue acelerado por su preocupación última; pero a esta altura parece innegable que murió entregado a esta tarea aún inconclusa. Ahora se trata de que sus sucesores se pongan al frente de esta misión.

POSTDATA DE ABRIL 2013:

José Pedraza fue condenado a 15 años de prisión.

- Juan Carlos “Gallego” Fernández: (15 años de prisión): secretario administrativo de la Unión Ferroviaria y segundo en la línea de mando después de Pedraza. Coordinó telefónicamente la represión sobre los tercerizados. Condenado por partícipe necesario del homicidio.

- Pablo Díaz (18 años de prisión): titular de la Comisión de Reclamos de la ex línea Roca. Respondía a Pedraza y Fernández. Armó y manejó directamente la patota ferroviaria que reprimió a los tercerizados. Condenado por partícipe necesario del homicidio.

- Gabriel “Payaso” Sánchez (18 años de prisión): guarda de la estación de trenes Constitución, barra de Racing y miembro de la patota ferroviaria. Uno de los tiradores durante la represión a los militantes del Partido Obrero. Condenado por coautor material del homicidio.

- Cristian “Harry” Favale (18 años de prisión): barra de Defensa y Justicia y miembro de la patota ferroviaria. Fue uno de los tiradores. Condenado por coautor material del homicidio.

- Salvador Pipito (11 años): delegado de la Unión Ferroviaria en los talleres de Remedios de Escalada de la ex línea Roca. Interceptó las cámaras del canal C5N. Condenado por coacción agravada en el homicidio.

- Jorge González (11 años): delegado de la Unión Ferroviaria en los talleres de Remedios de Escalada de la ex línea Roca. Interceptó las cámaras del canal C5N. Condenado por coacción agravada en el homicidio.

- Claudio Alcorcel (8 años de prisión): delegado de la Unión Ferroviaria en los talleres de Remedios de Escalada de la ex línea Roca. Convocó a Favale a la patota ferroviaria. Condenado por partícipe secundario del homicidio.

- Juan Carlos Pérez (absuelto): portero de los talleres de Remedios de Escalada de la ex línea Roca. Acusado de participar en la recolección de armas tras el tiroteo.

- Guillermo Uño (absuelto): picaboletos de la línea ex Roca. Acusado de participar en la recolección de armas tras el tiroteo.

- Luis Mansilla (10 años): comisario de la Policía Federal y jefe del Departamento de Control de Líneas. Dio orden de liberar la zona para que la patota ferroviaria reprima a los militantes del Partido Obrero. Condenado por partícipe necesario del homicidio.

- Jorge Ferreyra (10 años): comisario de la Policía Federal y hombre a cargo de la División Roca. Dio orden de liberar la zona para que la patota ferroviaria reprimiera a los militantes del Partido Obrero. Condenado por partícipe necesario del homicidio.

- Hugo Lompizano (2 años en suspenso): comisario mayor de la Policía Federal e integrante de la Dirección General de Operaciones. Participó en la liberación de la zona para que la patota ferroviaria reprimiera a los militante del Partido Obrero. Condenado por incumplimiento de deberes de funcionario público.

- Gastón Conti (2 años en suspenso): oficial de la Policía Federal e integrante de la Dirección de Operaciones. Participó en la liberación de la zona para que la patota ferroviaria reprimiera a los militante del Partido Obrero. Condenado por incumplimiento de deberes de funcionario público.

- Luis Echevarría (2 años en suspenso): oficial de la Policía Federal e integrante de la Dirección de Operaciones. Participó en la liberación de la zona para que la patota ferroviaria reprimiera a los militante del Partido Obrero. Condenado por incumplimiento de deberes de funcionario público.

- Rolando Garay (Absuelto): subcomisario de la Policía Federal e integrante de la comisaría 30ª y a cargo de los móviles. Acusado de participar en la liberación de la zona para que la patota ferroviaria reprimiera a los militante del Partido Obrero.

- David Villalba (Multa de 12.500 pesos): cabo de la Policía Federal y camarógrafo policial. Dejó de filmar cuando comenzaron los disparos. Sancionado por incumplimiento de deberes de funcionario público.

Dice Pablo Ferryra, hermano de Mariano, hoy, unas horas después de conocerse las duras condenas a José Pedraza:

"Cuando leyeron las penas, empezaron a gritar los familiares de los imputados que estaban en la parte de arriba de la sala. Christian Favale (otro de los condenados como tirador) se paró, miró hacia donde estábamos nosotros y nos acusó diciendo: “Se están riendo de mí y de mi familia”. Desde arriba gritaban “zurdo, te vamos a matar”, y me hacían con la mano el gesto de degüello. Pensé que nos iban a tirar algo desde ahí. El tribunal hizo desalojar esa parte de arriba, pero los familiares bajaron y rompieron un vidrio, lloraban. Favale se quedó mirándome fijo. La verdad es que estábamos tan asustados y nerviosos ¿cómo íbamos a reírnos? Nos costaba procesar todo lo que decía el presidente del tribunal. (...)

Yo sigo pensando que Pedraza quiso aleccionar a los trabajadores tercerizados que pedían el pase a planta permanente y que ponían en jaque su hegemonía política y su patrimonio económico. Sigo creyendo que instigó el asesinato ante la protesta. Pero hoy a la mañana (por ayer) me levanté muy bien, sentía un gran alivio personal, fuera de la esfera de las cuestiones políticas. Me sentía bien. Cuando escuché la pena de 15 años me desilusioné un poco, pero después entendí que los 15 años no importaban sino que lo importante es que el Tribunal Oral N° 21 consideró a Pedraza como cómplice del asesinato de Mariano, y eso conforma mis expectativas."

sábado, 20 de abril de 2013

Los desastres del BAFICI Panozzo

“...un público que no es capaz de comprender...” 
(aka un público de mierda)


por Gabriela López Zubiría

Con este BAFICI, ¿por dónde empezar? ¿Por el final? Bueno.

Son las 11 de la noche del viernes 19 de abril y recién llego de no ver Like someone in love de Abbas Kiarostami en la sala Lugones del Teatro San Martín. ¿Motivos? Simple. A los 30 minutos de la proyección (aproximados), en la escena en que los protagonistas –el profesor y Akiko, la universitaria escort- se conocen y se sientan a charlar (imaginamos que ese es un momento clave del relato, ¿verdad?), la película salta a la escena siguiente –como en un chiste sobre la censura- y del interior del departamento de él en noche cerrada pasamos al interior del coche de él en mañana luminosa… Los subtítulos desaparecen y la película, que transcurre en Japón, sigue.

Empiezan los aplausos, los pedidos de que interrumpan la proyección, los ánimos se caldean –ánimos caldeados y mucha indignación, que parecen ser el leit motiv del BAFICI Panozzo– y la proyección sigue y nadie nos dice nada hasta que, finalmente, uno de los “chicos” (no sé si son pasantes, personal contratado o carne de cañón; aunque me inclino por esta última y ustedes ya verán por qué) nos dice que hay “un problema que no se puede solucionar (sic) que la proyección no se puede parar hasta que termine el rollo, que el problema es que el rollo está mal armado”, todo esto a los gritos sobre el audio de la película y con la sala a oscuras. Pero la cosa no termina acá. Empiezan a circular los rumores de que la volverían a pasar desde el principio, que sí, que no…

Finalmente nos informan que, si queremos retirarnos, nos devolverán el dinero en la boletería, con las disculpas del caso, claro.

Mientras esperamos el ascensor preguntamos a uno de los “responsables” (las comillas son casi un gesto de cariño, porque no creo que ninguno de estos chicos esté en condiciones de hacerse responsable de nada de lo que pasó allí: los verdaderos responsables brillan por su ausencia) si había alguna posibilidad de que la proyección continuara. La respuesta, muy amable, fue que no. Que el rollo estaba mal armado, que quedaban al menos 20 minutos de proyección en esas condiciones y que, una vez cambiado el rollo, no había garantía alguna sobre la presencia de los subtítulos. Ya que lo teníamos a mano le hicimos las preguntas más obvias como: “¿nadie que chequea los materiales estén en condiciones, nadie ve las películas antes de que se proyecten en las salas?”. “Sí, -respondió- de eso se ocupa la gente de técnica del festival”… Y nos fuimos…

De haber sido este un hecho aislado en el contexto del festival sería un hecho bastante grave, pero no lo fue, lo que lo convierte en un hecho gravísimo y no hablo sólo de mi experiencia. El profundo desprecio por el espectador, por los realizadores, por el hecho cinematográfico en sí, es la constante que atraviesa al 15 BAFICI.

Algunos ejemplos: (en estricto orden cronológico, porque estamos furiosos pero somos prolijos):

Jueves 11 de abril. Sala: Arte Multiplex Belgrano

- En la proyección de Centro Histórico el fragmento de Pedro Costa se corta, se des-sincronizan los subtítulos y se interrumpe la proyección. La solución fue adelantar el resto de la película hasta el final, como cuando hacemos flash forward en el reproductor. 

- En la misma sala pero en la proyección de Sobreviven de Carpenter comienza la película sin imagen y adelantada, interrumpen 10 minutos y después reinicia sin problemas.

Sábado 13 de Abril: Village Caballito. Sala 7

Nos ubicamos en la sala y llega, bastante agitado, un muchachito que nos da la bienvenida al 15 BAFICI (después veremos ese horrendo manifiesto del lugar común que es el institucional de la cumpleañera en vestido rosa y escenografía rococó). Tras un recorrido discursivo por todos los tópicos remanidos y de muchas referencias a su “desastroso” estado físico (el del chico agitado, claro) nos agradece el “acompañarlos en este festival, su proyecto” (!!!).

A la 1 y monedas de la tarde inicia la trilogía Paradise de Ulrich Siedl con Love. La cosa viene tranquila a pesar de que las butacas del Village están en pésimas condiciones (asientos rotos y prácticamente todos respaldos vencidos) hasta que, más o menos, a los 10 minutos de iniciada la función, se interrumpe. Pasan unos minutos y de la organización nada… Finalmente una señorita nos dice que hay un problema con el retroproyector, y que en cuanto lo solucionen volverán a pasar la película desde el principio porque no se puede adelantar… Bueno, una excusa dudosa pero estábamos tiernos y recién llegados.

Reinicia la peli y, en el momento en que funde a negro para presentar el título (toda la trilogía inicia in media res), un cierto escozor recorre la platea que ya temiendo lo peor se relaja y ríe. Pero fue solo un momento, no va que salta y se corta otra vez. Ahora la cosa se pone espesa, la paciencia se agota, hay quejas, aplausos, reclamos y circula una cierta indignación entre los espectadores. Mientras tanto… el tiempo pasa.

Retoma Paradise Love justo ahí dónde se había quedado… Pero ¿no era que no se podía adelantar? Y, así como su protagonista Theresa va abandonando su candidez y transformándose en un depredador, nosotros también. Antes del final otro corte, en total fueron tres (si, leyeron bien, la proyección se cortó 3 veces).

En la sala estaba presente Veronika Franz, coguionista de la trilogía. Sus primeras palabras fueron: “en este momento deberían estar escuchando una canción sobre los títulos de cierre, cada episodio de la trilogía termina con una canción que lo sintetiza”. Un auténtico papelón, a pesar de que Veronika le puso muchísima onda a la situación, incluso a la inconcebible grosería con la que la traductora se dirigía al público.

La función que debió terminar a eso de las 3 y 20, terminó a las 4 de la tarde. Salimos de la sala y nos dicen que a las 4 y 10 inicia la función de Paradise Faith. En esos 10 minutos descubrimos que estamos atrapados en el Village y que nos van a asaltar cobrándonos una botella de agua saborizada entre $12 y $18. Hacemos, prolijamente, la fila para reingresar a la sala que es la misma. De más está aclarar que salimos últimos y entramos últimos. Pero no todas son pálidas, en el fondo de la fila nos reconocemos y compartimos indignaciones, se van formando lazos (¿de resistencia?)

Paradise Faith se corta, claro… dos veces (sí, dos veces más). Nos piden mil disculpas, el proyector es una máquina malvada que sólo nos trae disgustos, y siguen las excusas pueriles. Ahora estamos enojados, nos tratan como a idiotas. A eso le sumamos el alegre bullicio proveniente de la sala de proyección y un episodio delicioso que nos llevó a conocer a Flor, otra de las “empleadas” (honestamente, no sé cómo llamarlos) del Festival, cuando en medio de la película ingresa a la sala con el handy abierto y se escucha un “Flor, ¿me copiás?”. ¿No es una divina? Entre corte y corte los reclamos se hacen oír, estamos enojados –repito- y gritamos y exigimos y, en realidad, no nos cabe una excusa más.

Ya no tenemos ni idea de qué hora es y estamos decididos a no abandonar la sala. Esto es un piquete. La cosa ya está espesa. Encima, otra chica (notable cómo rotaron y cuántos eran: al chico agitado, por ejemplo, no lo volvimos a ver) no tiene mejor idea que aducir que necesitan “hacer unas pruebas con la sala vacía para la próxima película”. La respuesta es obvia e inmediata: “Noooooo!!! No prueben nada, si ya está saliendo todo como el culo”. En algún oscuro rincón nos estamos divirtiendo, los espectadores, claro.

Momentos de tensa calma, llaman a Seguridad (sí, llaman a Seguridad para desalojar la sala). Llega la ley encarnada y nos mira, aclara que no es policía sino bombero (¿?) y nada… Fue en ese momento en el que sentí, brevemente, cierta compasión por todos los “chicos 15 BAFICI”, absolutamente superados por la situación, sin argumentos, sin competencias y tomando las peores decisiones. Solos frente a nosotros, los espectadores, indignados y virulentos. Pero duró poco. Como nada funcionaba y no nos movíamos de nuestros asientos, casi al borde de las lágrimas de impotencia, Lucrecia Lionti (así se presentó, no tengo forma de chequear si está correctamente escrito, ya que en la página del BAFICI sólo aparece su director artístico, Marcelo Panozzo) nos regaló una hermosa reflexión: “ustedes son un público que no es capaz de comprender…”. Era lo que faltaba, no sólo nos estábamos fumando esa situación, por la que además, habíamos pagado, sino que además éramos... ¡¡¡culpables!!! Pero esta vez la victimización no funcionó.

Negociamos quedarnos en la puerta de la sala, salimos y volvimos a entrar. Llegamos al final, Paradise Hope que, obviamente, se cortó. Y claro, por qué iba a ser diferente. Sería ocioso describir la reacción de la sala. Lo pueden imaginar. Dan luz y, en este caso, Flor fue la responsable de la excusa: “hay que cambiar la placa del proyector”, lo que generó una creativa respuesta del público: “sí, la placa bacteriana…” y las risas de la concurrencia. Al borde del desmadre hace su ingreso (preventivo) el Seguridad antes mencionado que es recibido con un cerrado “bombero, bombero”. Y sí, a esta altura esto ya es una joda… Casi sin interrupciones transcurre Paraíso: esperanza. Termina y nos vamos, son más de las 9 de la noche, llevamos hora y pico de atraso…

Domingo 14 de Abril: Sala del Centro Cultural San Martín.

Pendejos, de Raúl Perrone. Acá la cosa estuvo bastante tranquila, apenas un problema técnico (en un momento la pantalla viró al magenta), la proyección se interrumpió y Pablo Ratto, su productor, que fue el encargado de presentar la película, informó al público. Rápidamente se solucionó y, tras retomar en el punto en el que se había producido el problema, la cosa siguió su curso con normalidad.

Miércoles 17 de Abril: Village Caballito.

Post Tenebras Lux, de Carlos Reygadas. Los 10 minutos finales de la película fueron proyectados con las luces de la sala encendidas. ¿Se habrán puesto literales? Eso sí, del clima del relato, ni noticias…

A modo de conclusión, pedido esperanzado y propuesta (aunque no en ese orden):

Me considero una usuaria del BAFICI al que concurro, casi sin interrupción, desde su segunda edición. Disfruto muchísimo de la posibilidad de acceder a miradas sobre el mundo y relatos que, de otra manera, no conocería. Le debo al BAFICI el deslumbramiento que me produjeron muchos directores que hoy son mis favoritos. Agradezco la posibilidad de tener todos los años un festival de cine a mano, al que puedo ir. Nada de esto evita que me sienta profundamente indignada con los responsables de esta edición. Nunca, JAMAS, en todos los años que llevo de festivales padecí algo así. Me puedo fumar la deleznable campaña gráfica de este 15 BAFICI, pero no estoy dispuesta a dejar pasar el maltrato, la improvisación, la ineficiencia, la incapacidad.

Me llama poderosamente la atención que, habiendo tanta prensa acreditada, no he(mos) leído nada acerca de las condiciones de exhibición de las películas, del trato recibido por los empleados (aunque es cierto que no por todos), de la constante presencia de “fallas técnicas”, siempre atribuidas a otros –el caso de los subtítulos en Centro Histórico la culpa fue de ¡Pedro Costa! que los mandó así, en el caso de Like Someone in Love el rollo estaba mal armado…-, la cantidad de excusas pueriles y falaces que recibimos frente a cada uno de los episodios y, esencialmente, que estos episodios fueran una constante. También es notable la ausencia de los responsables del Festival en todos estos casos.

En la organización de cualquier festival de cine –y esto lo se por experiencia propia- entre la recepción de los materiales y su exhibición hay un tiempo estipulado para chequearlos, la cosa es simple: si el año pasado no incluyeron en la grilla a Tierra de los Padres de Nicolás Prividera fue porque alguien vio la película y decidió que no le interesaba incluirla. ¿Nadie notó los problemas que tenían alguna de las películas mencionadas? ¿Nadie vio que faltaban los subtítulos en Centro Histórico o que el rollo de Like Someone in Love estaba mal armado? ¿No se chequearon los equipos, los proyectores y sus placas? Son preguntas simples que ameritan respuestas simples, sin tecnicismos. ¿Cuál es la función de “la parte de técnica del Festival”? ¿No se supone que el Director Artístico, entre otras cosas, se ocupa de ver –al menos algunas- de las películas que después incluirá en la grilla de su festival?

Y ya que venimos de preguntas, me pregunto: ¿alguien tuvo la posibilidad de ver en alguna función con director o guionista presente que alguna de las “autoridades” del BAFICI lo presentara? Yo no y esto, en las ediciones anteriores era un clásico.

Claro que también era un clásico el circuito geográfico que se generaba a partir del festival y sus sedes. Creo que parte del diseño de cualquier evento de este tipo está directamente relacionado con la geografía, con cierto núcleo de proximidad que hace que los asistentes (todos ellos, espectadores, realizadores, prensa, productores, etc.) circulen y se relacionen con el espacio y entre ellos. Este 15 BAFICI (ya podríamos llamarlo sin ponernos colorados el BAFICI Panozzo) destrozó la posibilidad del encuentro, de la charla, del boca a boca, de la optimización del tiempo entre películas. Llegar de Caballito a Belgrano, por ejemplo, no fue cosa fácil.

Creo que la mejor noticia para el BAFICI sería que este debut de Marcelo Panozzo como su director sea también su despedida. Alguien tiene que hacerse responsable y no somos nosotros, el público.