todos estamos igual

jueves, 28 de febrero de 2013

Ahora sí las cosas están cambiando en Italia

N. del E: Desde Italia mi amiga Lidia Ferrari me envía una carta para contarme su punto de vista sobre las recientes elecciones en aquel país. La comparto con los lectores del blog:


Quizá estamos viviendo el tiempo en que la frase de Lampedusa “es preciso que todo cambie, para que nada cambie” ya no exprese a la política italiana.

Sólo la historia dirá lo que significa esta llegada a la cultura italiana del Movimiento 5 Stelle di Beppe Grillo (M5S), pero ya se pueden observar algunas de las consecuencias.

Porque el M5S no dice que hay que cambiar, sino que hace el cambio. Deja atrás la frase de Il Gattopardo que expresa la política de los políticos que sólo quieren defender su silla y sus intereses.

Desde que vivo aquí, hace cuatro años, escuchaba por doquier que aquí nada cambia. Llegué a apostar que la crisis iba a llegar pues la mayoría estaban convencidos de que en Italia las cosas siempre van a seguir como están. Tanto que me convencieron. Es difícil entender la realidad italiana para quienes no viven aquí.

Digo cultura porque la burocracia en Italia es parte de la vida cotidiana, una verdadera burocracia, un establishment hecho de dinosaurios embalsamados, ni siquiera vivos. El corporativismo aquí es algo serio y fuera de serie. No por nada la mafia representa a Italia. Las corporaciones profesionales son fuertes y ejercen su primado provocando una cultura de castas que llega a toda la sociedad. No estoy exagerando. Las farmacias son pocas porque la casta es poderosa y cerrada. Pero este corporativismo lo practican todas las profesiones: los escribanos, los abogados, los psicólogos, los ingenieros, los médicos. Y la casta de los políticos está por encima de todos ellos, para serle útiles a todos, para conservar las cosas como están: es decir, los privilegios de la casta.

La izquierda, representada en su mayoría por el PD, no escapa a este paisaje cultural. Como dice un amigo, la curia romana del PD, con sus cardenales, no pudo convencer que quiere cambiar las cosas. En las campañas hablaban de cambio en sentido abstracto. Ninguna idea relevante de cambio concreto. Es que para ellos cambio sería matar su propio estatuto político. En Pagina12, el político Massimo D’Alema, un ex Cardenal Primado del PD desde hace más de 20 años, lo confesó en plena campaña electoral: ninguna negociación con los Grillistas, sí con Monti. ¿Cómo? ¿El PD es un partido de izquierda? ¿Declara que podrían aliarse con el representante de las políticas de austeridad de Europa? Así les fue.

Mucha gente de izquierda votó M5S porque quiere izquierda, no retórica vacía para que nada cambie. El PD gobernó alternadamente con el berlusconismo y no hizo nada para cambiar esto que ahora parece urgente cambiar y que sólo el M5S parecería dispuesto a jugar: un cambio cultural verdadero. Los puntos álgidos son la ley electoral, el costo de la política que en Italia es sideral, y tantas otras que la “izquierda” del PD no realizó cuando pudo hacerlo. Ahora todos hablan de la necesidad de alianzas, porque así el país es ingobernable. El PD tendría que aliarse con M5S para poder hacer algo. Pero el M5S sostiene ahora, como lo dijo antes, que no hace alianzas, sino sólo acuerdos en torno a algún proyecto o Ley en la que estén de acuerdo. Y lo cumplen.

El M5S es un movimiento que está cambiando la Italia que nunca cambia. Gira en torno a este cómico Beppe Grillo, acusado de payaso populista. Lo acusan de protagonizar la escena televisiva porque todos hablan de él, aunque nunca se presenta en TV. Beppe Grillo no aparece en Televisión porque lo echaron de la TV hace muchos años, cuando dijo algo en contra de Bettino Cratxi, un socialista que dejó de ser socialista en cuanto accedió al poder, y dejó como herencia a su hijo político dilecto: el mismísimo Berlusconi. Escuchando al Beppe Grillo de hace treinta años se tiene la impresión que nada ha cambiado desde entonces. Y es así. Grillo osó criticar a Cratxi en la TV en 1986, y a partir de allí no pudo trabajar nunca más en la RAI, otra de las corporaciones duras de Italia. La otra grande corporación mediática es la de Berlusconi.

Pero la RAI es del estado. Y el M5S quiere transformar la RAI. Y lo pueden hacer, porque han obtenido un número impresionante de votos: más del 25% de votos y se constituyen en el partido político más votado (sin ninguna alianza). Los ganadores de la alianza de centroizquierda y de la alianza de centroderecha deberán prestar oídos a estos jóvenes si quieren gobernar.

Un placer escuchar a una chica de 25 años que va a ser diputada por M5S. La periodista que entrevistaba a esta inteligente grillista, pensaba que no sabría responder, pues ellos, los de la casta, sí que tienen experiencia. Por derecha y por izquierda los acusan de que no tienen experiencia política. Y esta chica supo responder a todo, y fue muy clara sobre lo que van a hacer y sobre lo que no van a hacer. Hace cinco años que trabaja para este momento.

En un país donde no se mueve un dedo sin una rentabilidad asegurada, este movimiento hecho de voluntarios que renuncian (los que ya están en cargos) a la enorme cifra de sus sueldos, no es poca cosa.

Escuchar a Grillo en vivo en la plaza de cada pueblo italiano y ver quiénes son los que llenan las plazas hizo que sintiera por primera vez que esta gente está cambiando la cultura italiana.

Esta casta de Sentados Vitalicios se preguntan qué van a hacer estos imberbes en el parlamento. ¿Donde van a ponerse ustedes, grillistas? preguntan: A lo que Grillo, que no es candidato de nada, les responde: nos sentaremos detrás de ustedes, para controlarlos. Por primera vez en la historia de Italia se presenta una situación en la cual entran jóvenes a la política y desde una política diferente. Ya han debutado en Sicilia y en Parma. Allí han sido reelegidos porque están cambiando las cosas en serio.

Quizá a partir de ahora se pueda dejar de lado la frase gatopardiana y decir que el M5S está protagonizando “un cambio para que todo cambie”.

Lidia Ferrari

Treviso, 26 febrero 2013

miércoles, 27 de febrero de 2013

Años de rock

Palo Pandolfo y el Gnomo
Un programa para descargar clickeando acá


En la medianoche del domingo pasado, FM La Tribu, Palo Pandolfo recorre con su memoria su ya extenso camino en el rock: ¿Treinta años ya?

- Treinta años o más, porque teniendo en cuenta que el primer recital lo hice en el 79... la banda es del 78 y salimos a tocar al año siguiente, habría que hacer bien la cuenta pero son más de treinta. Era una mezcla entre Aquelarre, Pescado Rabioso y Color Humano, las tres bandas que se forman después de Almendra, que son como el núcleo duro de la música del 70, amén de Sui Generis, Vox Dei, Pappo's blues... Sempiterno era la banda. Por momentos teníamos algo cuasi-progresivo, desde la canción siempre, pero teníamos cambios de ritmo. Pero cuando surge la banda éramos bien rockeros, teníamos vestigios de Pappo's blues. Teníamos 13 años. Hasta el 83 duró la banda, hasta que terminamos la secundaria y teminó la dictadura. Y ahí formamos Don Cornelio, en el 84.

De ahí en adelante, hasta llegar al nuevo disco que está fabricándose ahora mismo y sale en abril, en el que, después de cultivar su lado acústico-folklórico en Ritual Criollo (2008), Palo vuelve a su faceta opuesta complementaria: un disco de rock, eléctrico, de batería, de expresividad bien salvaje. Palo recorre los 80, Patria o muerte, su padre, los 90, el folklore, el tango, su etapa solista, el trance que vive arriba del escenario, el último show de Spinetta que vio, su aproximación que él llama la "Nueva Vanguardia": Pablo Dacal, Tomi Lebrero, Lisandro Aristimuño, Alfonso Barbieri, el Gnomo:

- Fue un despertar del post 90, que me parece muy plomo en la cultura del aguante. Lo que me interesa es la investigación poética, la búsqueda de originalidad, el dejarse llevar por ritmos ancestrales de toda esta nueva vanguardia. Se quieren parecer a sí mismos, tener una voz propia. Obviamente somos una bola de influencias y vivimos en una cultura totalmente penetrada por vectores globales, pero con eso construir una voz propia. Y eso me parece interesante de la gente que nombramos y de muchos otros- dice Palo.

En el programa, en nuestros estudios, el mismísimo Gnomo, alma mater de la Filarmónica Cósmica, conversó con nosotros y cantó temas de sus tres discos y algunos nuevos.

Para descargar el audio completo del programa, clickear acá: 


Este sábado Palo y la Filarmónica Cósmica del Gnomo tocan en el Konex.

martes, 26 de febrero de 2013

Es implacable, invisible, infatigable, incuestionable, innegable, así que... ¿cómo puede ser que sea tan lindo?

Llovió toda la noche, Thom Yorke, Atoms for peace
Busco la canción del verano VIII


Y llovió toda la noche
y limpió de toda la suciedad
bajo el drenaje
de los aires acondicionados
de Nueva York
los click click clack
de los trenes negro oscuro
un millón de motores en neutral.
El tictac de la bomba de tiempo
cincuenta pies debajo del suelo de concreto.
Una pequeña fuga se transforma en un lago,
dice la vocecita en mi auricular.
Así que me entrego al ritmo
el click click clack
estoy demasiado agotado para pelear.
Tic tac hace el péndulo
del viejo reloj del abuelo.
Puedo verte,
pero nunca te puedo alcanzar.
Y llovió toda la noche
y después todo el día.
Las gotas eran del tamaño
de tus manos y tu cara.
Los gusanos salieron
a ver qué pasaba.
sacamos los coches del río.
Es implacable, invisible, infatigable,
incuestionable, innegable,
Así que ¿cómo puede ser que sea tan lindo?
¿cómo fue que la luna se cayó del cielo?
Puedo verte,
pero nunca te puedo alcanzar.

La sed

Las raíces existenciales de Kierkegaard


“¿De qué me serviría, entonces, encontrar la así llamada verdad objetiva, esforzarme con los sistemas de los filósofos y poder, cuando se me exigiera, mostrar las inconsecuencias de cada cuestión particular? - ¿De qué serviría, además, que desarrollara una teoría del Estado y combinara en una totalidad las particularidades tomadas de múltiples lugares, que construyera un mundo en el que jamás viviría, sino que sólo expondría a los ojos de los demás? - ¿De qué me serviría ser capaz de desarrollar el significado del cristianismo, ser capaz de aclarar muchos fenómenos particulares, si ellos no tuviesen para mí mismo y mi vida un sentido más profundo? […] ¿De qué me serviría que la verdad estuviera delante de mí, fría y desnuda, indiferente a ser reconocida o no, produciéndome un angustioso estremecimiento antes que una confiada devoción? Por cierto, no negaré que yo presupongo un imperativo del conocimiento, a través del cual es posible actuar sobre los hombres, pero para eso es necesario asumirlo vitalmente, y esto es lo que considero esencial. Mi alma tiene sed de esto, como los desiertos africanos tienen sed de agua.”

Søren KIERKEGAARD, Los primeros diarios
(trad. María José Binetti, Universidad Iberoamericana, México, 2011, pág. 80)


El filósofo danés Søren Kierkegaard hubiera cumplido 200 años en 2013. Este evento se celebrará alrededor del mundo, y la Embajada de Dinamarca en Argentina, junto a varios colaboradores, también celebrará el año de Kierkegaard aquí en Argentina. La Embajada de Dinamarca ya puede presentar su primer evento, que dará inicio a la celebración argentina:


BIBLIOTECA KIERKEGAARD ARGENTINA

con el auspicio de la

EMBAJADA DE DINAMARCA EN ARGENTINA

organiza

“Las raíces existenciales de Kierkegaard: Gilleleie 1835”

Conferencia ofrecida por Luis Guerrero Martínez

(Doctor en Filosofía por la Universidad de Navarra, España)

Participan: Prof. Oscar Cuervo y Lic. Silvio Maresca

8 de marzo 2013 a las 18:30 hs.en Carlos Calvo 257 – C.A.B.A

Libre y gratuito

lunes, 25 de febrero de 2013

Argo, Lincoln, Amour, Django, Pi, la CIA, Michelle Obama y la señora Bigelow




El premio a Argo como mejor película lo otorgó Michelle Obama. Más allá de la irrelevancia artística del Oscar, el castigo que anoche recibió La noche más oscura me reconforta, aunque comprendo las razones políticas que hacen que el Hollywood obamista prefiera la versión softcore de la CIA que presenta Argo. Ninguna de las dos vale nada. Pero Bigelow es peorísima. No sé quién decía: la hipocresía es un tributo que le rinde el mal a la virtud. En ese sentido la hipocresía expresa una tensión interesante, el reconocimiento de un límite que el fascismo no acepta. La película de Bigelow rinde culto a una eficiencia técnica que remite al especialista Adolf Eichmann, preocupado porque la máquina de la muerte funcione. Pero Hollywood no puede celebrar con tranquilidad una fría descripción de procedimientos de tortura, invasión y asesinatos. Prefiere entonces una CIA que se dedique a hacer películas, aunque sean falsas. ArgoLa noche más oscura son dos intentos de diseñar una imagen aceptable de las intervenciones del imperio en territorios enemigos. A pesar de las diferencias ambas muestran que la CIA es una especie de empresa colectiva falible, que deja un buen margen a la iniciativa individual de sus integrantes. Son metáforas del liberalismo libertario. Políticamente no parece que todavía hayan dado en la tecla en ninguno de los dos casos. Son películas que solo pueden despertar entusiasmo en algunos críticos argentinos y que están destinadas a un olvido rápido. El Oscar a Argo demora ese olvido unos meses.

Argo: el triunfo de la mediocridad

Argo practica un convencionalismo genérico desesperante: no hay en la película de Ben Affleck un solo planteo narrativo, una resolución dramática, ninguna caracterización de personajes, ningún ritmo o enfoque de la mirada que no se atenga a una retórica gastada. Argo habla una lengua muerta. La textura visual, que en su fotografía, su vestuario y ambientación, incluso en la fisonomía de los personajes remite inmediatamente a la memoria del cine setentista (es decir: del cine pre-digital), solo se funda en una conciencia reactiva y culposa del mainstream hollywoodense. Affleck finge hacer un cine adulto en reacción a la puerlidad del Hollywood actual. Pero su reacción es tan pueril como el cine que pretende esquivar.

No es reprochable que los partidarios del Ayatollah parezcan tan tontos: tonta es la mirada que echa Affleck sobre el mundo que pone en escena. Es estúpido el sentimentalismo con que el grupo de diplomáticos norteamericanos afronta su peripecia. Y la vuelta del agente encarnado por Affleck al ámbito de su resguardo familiar, al final, es también estúpida. Los norteamericanos no quedan mejor pintados que los iraníes en Argo. (Completo acá)

La noche más oscura: el equívoco de la eficiencia

En la película de Bigelow la eficiencia es una coartada. Hay un isomorfismo entre la sequedad emocional de la protagonista y la del punto de vista de la directora. Esta analogía crea una confusión en cierta crítica, porque La noche más oscura no es una máquina narrativa eficiente: sus fallas estructurales son ostensibles. (Ver acá)

Lincoln: Spielberg desangelado

El premio a la macchietta que se le otorgó ayer a Daniel Day Lewis habla una vez más del concepto de "buena actuación" que maneja la Academia. Creo que con esta estatuita el actor se transforma en el más premiado de la historia. Lo cual no significa nada. Spielberg se fue con las manos vacías y está bien. Cuando se quiere poner serio no tiene suerte. La película tiene algunos momentos encantadores a cargo de Tommy Lee Jones y es bastante obvia su reivindicación de la práctica política como asunto de negociaciones impuras. Es algo más interesante que la puerilidad que usualmente cultiva Spielberg, pero no hacen falta casi tres horas de charlas para que la idea se entienda. El año que viene Spielberg hará seguramente algo más infantil y más taquillero.

Amour: al prójimo

Esos reglamentos absurdos de la Academia pemiten que esta película haya sido doblemente nominada, como mejor film y mejor film en idioma extranjero. Todo el mundo sabía que no tenía chances de ganar en la primera categoría y que era número puesto en la segunda. La película de Hanecke es, junto con la de Tarantino, el único indicio que ofrece el Oscar de que el cine existe. Hanecke se mete con uno de esos asuntos intratables: el proceso que lleva a la muerte, la declinación vital de una persona, desde el punto de vista de su pareja. Indudablemente la pareja protagónica (interpetada por los extraordinarios Emanuelle Riva y Jean Louis Trintignant) se ama. No hay ironía en el título. Si lo comparamos con lo que hubiera hecho un norteamericano con un tema así, Hanecke es un dechado de sobriedad. Desde las primeras secuencias, con el extenso plano de la platea escuchando un concierto de piano, queda establecido que lo suyo será el realismo del plano secuencia y la tensión entre lo que se ve y lo que no se ve. Pero hay un gusto por la crueldad que en algunos momentos lleva a Hanecke a pasarse de la raya, a estirar la duración del plano para ejercer una doble crueldad: hacia sus personajes y hacia el espectador. No es la posición artística que yo prefiero. Me parece que su pequeño exceso sádico le impedirá siempre rozar la grandeza. 

Django sin cadenas: la gran película del año

Al menos si nos guiamos por el recorte de la Academia: por supuesto que hay muchas otras grandes películas cuya existencia la Academia directamente ignora. Los Oscars al actor de reparto (el genial Christoph Waltz) y al guión original (del propio Tarantino) son merecidísimos. Ya hablé de Django en este blog (acá) y voy a seguir hablando en la próxima revista.

Una aventura extraordinaria: Ang Lee
El taiwanés que debería haber sido premiado por Secreto en la montaña finalmente le birló a Spielberg el Oscar al mejor director con esta Life of Pi. Sabrán disculpar que no la haya visto. Y que tampoco la vaya a ver.

domingo, 24 de febrero de 2013

Aliverti, Cristóbal López y Todos Nosotros


"Voy a contar un único episodio. Perfil montó una guardia enfrente de mi casa, con fotógrafa, en un taxi estacionado de contramano sobre la esquina. Lo habíamos visto desde la noche del jueves. Ayer (por el viernes) a la mañana seguía ahí. No aguanté más. Salí de mi casa. Salió la fotógrafa del taxi. Le dije al conductor “disculpame, no es con vos”. El conductor me dijo “Eduardo, no puedo hacer nada, soy un laburante”. Enfrenté a la piba, a la fotógrafa. Me saqué y le dije, dos o tres veces, “por qué me hacés esto, hija de puta”. La piba me dijo “es mi laburo, entendeme, trabajo en Perfil”. Yo seguía sacado. En medio de la furia, conseguí decirle “pero ponete un límite, ponete un límite, buscá un trabajo donde no tengas que hacer esto”. La piba me dijo “conseguime otro trabajo y me voy”. Se subió al taxi y se fueron".

El lamentable episodio que termina con la muerte de un ciclista atropellado por Pablo García, episodio que trasciende mediáticamente por la circunstancia de que García es hijo de Aliverti, pone en evidencia lo insuficiente que viene siendo el proceso iniciado con la sanción de la nueva ley de servicios audiovisuales. La lapidación mediática desatada contra el periodista requiere un cretinismo pocas veces visto: hostigar política y mediáticamente a un hombre por el presunto acto de su hijo muestra que la máquina comunicacional mantiene su fiereza intacta, que la ley y todos los debates que la acompañaron no parecen haber disminuido. Quizá fuera ingenuo esperar que una ley pudiera alterar una práctica consustancial a esta fase del capitalismo. Algo así como la "prensa" ya no existe: lo que hay es una enorme máquina de picar carne y perturbar mentes. La ley de medios audiovisuales puede ser el comienzo de algo, de una conciencia pongamoslé, pero el fin de nada.

Pero hay síntomas políticos a pensar una vez que se ha perdido la ingenuidad de creer que la ley sola bastaba. Uno: no somos ingenuos si seguimos pretendiendo que estas prácticas, violatorias de los derechos humanos (esto que a falta de mejor nombre podemos llamar "lapidación" mediática) deben dejar de ser el modelo naturalizado de comunicación: mientras este modelo siga naturalizado, mientras no nos escandalice que una corporación de medios puede usar su poder destructivo para estigmatizar no ya a alguien que podría haber cometido un delito sino incluso a sus parientes, mientras aceptemos estas canalladas como algo normal, nuestra libertad de conciencia está seriamente amenazada. Dispositivos como el que esta semana ostentó C5N son un arma muy peligrosa contra la convivencia civilizada y el respeto a los derechos civiles. Este exceso de saña no puede ser tomado simplemente como un exabrutpo de un conductor telvisivo (el siniestro Eduardo Feinmann, por caso). El mecanismo activado tiene todos los rasgos de ser sistémico. No se lo puede encarar como si se discutiera contra un periodista excedido. Hay que reconocer las condiciones que hacen posible que esta cadena de ultrajes se realicen sin sanción social. 

Cadena de ultrajes: no es solo Aliverti el agraviado, ni tampoco su hijo: incluso el hombre que murió es agraviado cuando su muerte se instrumenta para un ataque tan artero. Y por último, pero no por eso menos importante: la conciencia de toda una comunidad es agraviada cuando los medios corporativos se permiten pasar por alto el derecho a la defensa en juicio y predisponer a la masa consumidora al odio fascista.

Noté con preocupación a compañeros que temen pronunciarse contra esta abominable máquina de terror persecutorio porque ceden a un chantaje sentimental: como hay un hombre muerto no se puede salir a repudiar el amarillismo de los medios. Como si la muerte de un hombre nos inhibiera de percibir en qué cloaca estamos metidos. Nada de lo que digo cambiaría si García fuera efectivamente encontrado culpable de un homicidio. Ese resultado no podría legitimar el agravio cometido por la barbarie mediática. También me sorprendió que me respondieran que era más importante discutir la fallas en las políticas viales, como si una falla en este terreno permitiera devaluar la canallada que se comete desde el terror de los medios. El crimen de García es presunto y será inocente hasta que se demuestre lo contrario. La canallada de los medios es evidente y aunque no hubiera una figura penal que la caracterice, su peligrosidad política está a la vista. Estas maneras de comunicarnos nos enferman, nos perturban y nos predisponen a endurecer nuestra convivencia. Un choque entre un auto y una bicicleta, cualquiera sean sus motivos, no pueden llevarnos a un estado de linchamiento simbólico. Es algo que se debe dirimir en los tribunales y no en las pantallas. No podemos ser tan frívolos como para creer que como teleespectadores tenemos algún derecho a sumarnos a la banalización de la muerte. No lo tenemos.

Y una última cosa. ¿Cristóbal López era un empresario K? Mirá qué bien. Porque esta vez no fue TN, no tenemos chances de reducir este agravio a la guerra Clarín - Gobierno. ¿Cómo no advertir su responsabilidad empresarial en el sostenimiento de una línea editorial tan repudiable? En cualquier momento, si no ya, López puede convertirse en una lacra tan nociva para la democracia como el propio Magnetto.

sábado, 23 de febrero de 2013

Canción son

Palo Pandolfo y La Filarmónica Cósmica
Mañana a la medianoche en La otra.-radio. FM La Tribu. 88,7. OnlineEl sábado próximo en el Konex.




Canción cántaro

Canción cántaro
lleva tu tristeza
y la duerme entre la hierba
canción cántaro, un poco de amor
un poco de rocío de aquí para allá.

Canción cántaro
tus emociones más profundas
las más superficiales
canción cántaro artesanal
canción fuente, canción herramienta.

Canción cántaro
vierte la leche en la taza
de tu melancolía
canción cántaro, se hizo de la arena
y la arcilla del hueso del abuelo italiano
canción cántaro, de mi raza que se vuelca
la tierra nueva de la reconciliación.

Canción cántaro, la noche del hambre,
la noche del frío
la noche del fuego
canción que lleva algún consuelo
o tal vez fe para seguir luchando
canción que lleva la furia contenida
que ya hubo bastante sangría.

Canción cántaro, lleva sulfamida
para curar tus heridas
sobre todo las de tu piel
Oh! caminante de la tierra
llévate mi cántaro canción
vuélcalo en los caminos
sé alimento de los pájaros
a través de las semillas
que broten de este riego.

Canción cántaro, se vierte
canción cántaro, contiene
Canción cántaro, lleva
Canción cántaro, se vacía.
Canción cántaro, se llena
Canción cántaro, se vacía.



El son del amor

Mi vida se llena de amor
y nadie me dice cómo hacer
hay risas a mi alrededor
hay gente bailando también.

No quiero perder la razón
no quiero tener tanto miedo
si se presenta la ocasión.

Otra vez, una chance bajo el sol
de abrir un poco más los ojos
buscando un poco de calor.

Puede ser
solo la imaginación
no tengo los pies en la tierra
estamos en una canción.
Corazón de la tierra, son de la guerra, son del amo.

Tu vida se llena de amor
cuanto más libre quieres ser (¿Qué quieres ser?)
Si escuchas a tu corazén
el mundo no se va a caer
si mientras canto esta canción
mi vida se llena de amor.


viernes, 22 de febrero de 2013

¿Qué sería el peronismo?

Una conversación entre José Pablo Feinmann y Horacio González



En el post de ayer cité una frase de Alejandro Kaufman, no exenta de temblores: "¿Por qué el peronismo es la única opción? Porque si es derrotado, lo que viene después es borrar todo. Eso está en el aire, de esos hablamos todos. Si no hay re-reelección, porque si no la hay...". Digo  temblores porque inmediatamente surge la pregunta: ¿a qué se refiere Kaufman cuando dice que hoy en Argentina el peronismo es la única opción?. Y esta otra: ¿qué es el peronismo? ¿que será?

En su contexto, Kaufman afirma tácitamente que el proyecto político de Néstor y Cristina es la continuidad histórica del primer peronismo : "El problema de fondo de la Argentina es que las clases dominantes no pueden aceptar el piso que estableció el primer peronismo. No es una cuestión de que argumentes nada, porque no lo quieren aceptar, quieren borrarlo, volver a como era antes, quieren volver al año 40". Su tesis parece señalar una continuidad reconocible en las reacciones de odio visceral que tanto aquel peronismo como este cristinismo han despertado en las clases dominantes y en los sectores medios culturalmente identificados con esas clases.

Pero, claro, como tantas otras cosas, la identidad peronista está puesta en la Argentina actual en disputa. Personajes como Julio Bárbaro, Jorge Asís o Hugo Moyano coinciden hoy en que Cristina se apoderó de manera ilegítima de la identidad peronista y que el peronismo esencial (en el que ellos creen) más temprano que tarde se va a rebelar contra esta usurpación. Asís caracteriza la política de Cristina como un "frepasismo residual" que causa un "creciente hartazgo" en los peronistas. Es un lugar común en estos días: la derecha se hace ilusiones de que, como en el 74 lo hizo el propio Perón, ahora los "peronistas" van a echar a los infiltrados (la cúpula cristinista, la Cámpora, el frepasismo, etc.) y van a reponer el peronismo de Perón. Que hoy vendría a ser representado por... ¿Moyano y Benegas? ¿por Sergio Massa? ¿por Lavagna? ¿por De La Sota? La derecha parece asumir que no hay otra salida del kirchnerismo que no pase por el peronismo, nadie cree que pueda venir por el lado de Macri, el radicalisimo, Binner ni, ja... Claudio Lozano y Humberto Tumini. Y cada uno espera y calcula quién desde ese menemismo residual, duhaldismo residual, tardovandorismo o conservadurismo joven va a dar "la voz de aura", para que después se alineen detrás de él todos los gobernas, los barones del conurbano y el MOO (una graciosa fórmula que tiene la burocracia sindical para adjudicarse la representación de la clase trabajadora).

Resumiendo: hay quienes creen que el kirchnerismo es el peronismo posible en el mundo de hoy y hay otros que esperan que el kirchnerismo muera a manos del "peronismo de Perón": el tercer Perón, el León Vegano, el que volvió descarnado en el 73, el que echó a los infiltrados... ¿el que dejó a López Rega?.

No creo posible que este dilema se resuelva teóricamente: no creo que haya una identidad peronista esperándonos ahí atrás, en el origen, a la que podamos recuperar intacta. Lo que el peronismo vaya a ser está por verse: no está en el pasado sino en el futuro. Cristina y Néstor se dicen peronistas, algunos de sus más acérrimos enemigos también. Pero hete aquí: las mismas clases que abominaron del primer peronismo abominan hoy del cristinismo. Es curioso leer a Morales Solá y al diario La Nación preocupados por incidir en la interna peronista y por propiciar una decantación que expulse a los infiltrados. No hay esencia peronista a la que adecuarse: hay tarea.

Pero ¿qué será el peronismo?

Este verano estoy leyendo un libro muy interesante: Historia y Pasión. La voluntad de pensarlo todo (Planeta, 2013), las conversaciones que sostienen José Pablo Feinmann y Horacio González con el periodista Héctor Pavón. Feinmann no es un tipo que me caiga bien, incluso su faceta como divulgador filosófico me parece muchas veces desacertada: tuve ocasión de escribir una reseña muy negativa sobre su novela "filosófica" La sombra de Heidegger. Pero reconozco que su enorme libro sobre el peronismo (Peronismo. Filosofía política de una persistencia argentina, tomos I y II, Planeta) tiene una voluntad exhaustiva que lo lleva a zarandear la historia de este movimiento político como pocos están dispuestos a hacerlo. González, en cambio, es un escritor que me resulta muy valioso y estimable, leí su Lengua del ultraje. De la generación del 37 a David Viñas (Colihue) con mucho interés. Y también me parece que su intervención en la formación de Carta Abierta fue un momento clave de la consolidación del kirchnerismo: supo poner énfasis en la necesidad de encontrar nuevas palabras para mencionar configuraciones novedosas de la política argentina, proceso que aún parece lejos de estar terminado. González y Feinmann comparten una historia de encuentros y desencuentros en la militancia política y en la intervención cultural, y el peronismo ha sido para ambos una identidad con la que se relacionaron no sin tensiones. En su libro de conversaciones hay varios pasajes en los que se animan a cuestionar la historia peronista, sin esquivar sus momentos más incómodos. Ahora quiero rescatar uno de esos pasajes y otro día por ahí vuelvo sobre el tema:

José Pablo Feinmann: Quiero señalar y no quiero que me digan que soy malo con Perón. Señalo dos situaciones. Perón vuelve en el 72. ¿Qué necesita? Seguir siendo el Perón combativo, el Perón del socialismo nacional, para ganar las elecciones. Llega Perón ¿y a dónde va? A la Villa 31. Y Mugica no estaba, no sé a dónde había viajado.
Horacio González: Es la primera visita que hace a un lugar candente.
JPF: Sí, sí, sí. Perón se retira de la Villa 31 y después lo recibe a Mugica, y Perón le dice "El mundo marcha al socialismo". Lo matan a Mugica, Perón vivía, Perón ni aparece. Analicemos eso con los buenos peronistas, que me putean porque digo estas cosas de Perón. ¿Qué, era porque estaba tonto, porque se dormía cuando hablaba? No. No aparece. En el 72 va porque lo utiliza, y cuando lo matan en el 74, ahí nomás, lo matan en vida de él. Perón no va y hubiera sido muy bueno que fuera, hubiera sido, creo que hubiera sido una cosa...
HG: Por momentos parecía que quería parar eso, yo me acuerdo de un discurso de Perón, que lo vi en el cine, en un noticiario, no sé qué película fui a ver, un discurso en la CGT; por esos días debió ser, habría que buscar en los diarios, decía: "No quisiera que esta contraposición, este conflicto fuera entre unos denominados burócratas y otros denominados troskos". Podría haber concluido que había que generar otra situación donde ese conflicto no se desatara de modo...
JPF: Pero ahí saca la teoría de los apresurados y los retardatarios...
HG: ¿En ese mismo discurso?
JPF: Sí, primero dice algo simpático: "Hay algunos que si no se rompen cosas, creen que no se hace nada y hay otros que no quieren hacer nada. Bueno, hay que llegar a encontrar un término medio".
HG: Fue un discurso de términos medios que no estaba usando por esa época.
JPF: Y hay algo muy interesante...
HG: ¿Cómo analizar esa conciencia entonces? ¿Quería un término medio, restituyendo el papel de conciliamiento y todas esas...?
JPF: Es que Montoneros no creía en conciliamientos posibles, cuando Perón saca la consigna "Para un argentino no hay nada mejor que otro argentino" es un disparate eso. Para cualquier concepción, para nosotros mismos. ¿Cómo para un argentino no hay nada mejor que otro argentino? Si nosotros creíamos en una historia de conflictos, antagonismos, y veníamos de eso. Perón lo que dice, y acá quiero reivindicar la inteligencia de Portantiero y de la revista Pasado y Presente cuando dice: "Lo que pasa es que hay una lucha entre apresurados y retardatarios. Algunos quieren ir muy rápido, que son los apresurados y otros los retardatarios, que quieren ir demasiado lentos". Entonces Portantiero le dice lo que había que decirle: "Disculpe, General, pero lo que ocurre es que apresurados y retardatarios no van a la misma meta, lo que ocurre es que tienen metas y proyectos políticos distintos. No es que uno vaya más rápido y otro más despacio, no los puede poner en un mismo proyecto y decir que unos van más rápido que otros". Impecable.
HG: Es una frase del Perón anterior, el que mantiene la correspondencia con Cooke. Cooke los ve sí como apresurados pero en el mismo campo de posibilidades.
JPF: Perón le hubiera respondido: "No, Portantiero, usted se equivoca, lo que pasa es que apresurados y retardatarios van en una misma línea porque yo los conduzco. Y usted no aprecia la conducción política del líder de masas", que hubiera sido una respuesta atendible de Perón.
HG: Sí, puede ser esa la estructura moral de la historia, cosa que no es fácil hablar con nadie hoy, diría. Porque todo el despliegue de Perón en la Historia Argentina son cuarenta años o más. No pueden ser analizados fácilmente ni el final ni el pasado de Perón, ni el pasado de Perón esclarecer  exactamente su responsabilidad en aquella época, ni ese presente echar tan oscura luz sobre sus actos de iniciación.

JPF: Yo creo, quiero decir algo, que cuando saco la revista Aluvión, esto lo analizo, y defiendo la situación  de Perón en estos términos, diciendo, contestándole a Portantiero que lo que no entiende es que apresurados y retardatarios, sí, aunque tengan proyectos políticos diferenciados, tienen una conducción que los lleva al mismo punto. Pero Aluvión sale un mes después de que muriera Perón, así que ésas eran las tragedias de la época, así que nos tenemos que meter todo eso en el orteli, digamos. Qué lástima, porque hubieran sido muy interesantes estas discusiones. Pero se muere Perón, los Montoneros pasan a la clandestinidad y empieza ahí una lucha entre aparatos armados, terrible.

¿Que será el peronismo?

jueves, 21 de febrero de 2013

La violencia simbólica de las clases dominantes precede al linchamiento y la persecución

"¿Por qué el peronismo es la única opción? Porque si es derrotado, lo que viene después es borrar todo" le dice Alejandro Kaufman a Carlos Barragán. Un programa para descargar clickando acá.


En estos días volvió Lanata a la radio y tuvo la oportunidad de justificar y hasta culpar a Kicillof por la patoteada que sufrió: "“Si Kicillof en lugar de ser un pibito soberbio hubiera hablado con la gente, cambiaban las cosas en el Buquebús”, dice Lanata. Parece la consagración del derecho al linchamiento y la condena de las víctimas del mismo: te insultan, te rodean, te echan y vos sos el culpable porque tenías que haber respondido a las patoteadas con argumentos. El tipo de justificación que consagra Lanata (precedido por otros voceros de la derecha mediática como Gustavo Noriega y Ari Paluch) se inscribe en una lógica que prepara la posibilidad de nuevos actos de mayor gravedad. La violencia simbólica que se inyecta cada día desde los medios derechistas prepara el terreno para la más directa violencia física. No hace falta abundar en detalles acerca de la práctica cotidiana del insulto y la injuria con que Lanata o Elisa Carrió justifican por adelantado cualquier linchamiento. Los comentarios de lectores de las ediciones digitales de los medios de derecha (Clarín y Perfil, especialmente, y en menor medida La Nación) instalan un grado de violencia que puede preparar otras peores. Ya se vio en los cacerolazos: no solo los carteles y las consignas racistas y con exhortaciones a la muerte, sino actos de violencia concreta contra periodistas y un clima de intimidación a todo aquel que planteara interrogantes sobre la legitimidad de esa violencia, como pude comprobar personalmente cuando intenté dialogar con los caceroleros.

Este crescendo simbólico que puede convalidar futuras violencias mayores, e incluso intentos de golpe y persecusión política, parece no encontrar una respuesta adecuada de parte de quienes adherimos al gobierno. Nuestros recursos argumentales parecen ineficaces. Cuando Clarín le otorga a Lanata la voz cantante, pasa a una nueva fase que desecha la posibilidad de la lucha argumental e instaura el insulto y la demonización sistemáticos. Podemos aventurar que en este año electoral la gimnasia de la injuria, la violencia de género y el insulto racista va a agudizarse. La derecha quiere provocar respuestas de violencia equivalentes. Caer en eso sería dirimir la lucha en un escenario que por tradición le es propicio a esa derecha golpista: las clases dominantes saben de sobra aplicar la secuencia "estigma/masacre".

Del lado del kirchnerismo tenemos el esquema 678, que se creó para otra coyuntura. La respuesta a una agenda impuesta cada día por la derecha, el tener que dar lugar a funcionarios que salgan a defenderse de las injurias, el recurrir al viejo truco de los archivos que demuestran las contradicciones de las figuras políticas, ya son recursos ineficaces y agotados. Eso es lo que quise decir cuando dije que 678 es un esquema agotado. No se trata de abogar por el levantamiento de un programa ni de pedir que cambien los panelistas, ni de hacer objeciones estéticas, mucho menos de "disparar" contra los amigos. Se trata de constatar la poca flexibilidad de un recurso político, su ineficacia. Hay aquí un doble problema: ideológico y técnico. Un formato televisivo no sale de la nada, sino de la concepción política desde la cual se lo piensa. Desde el lockout patronal agrario pasaron ya 5 años. Lo que se agotó es una política comunicacional cuyo único recurso es el estilo Gwirtz de los informes binarios contra el clarinismo. ¿Por qué en la TV Pública no hay otros espacios que incluyan a nuevos actores políticos y comunicacionales, nuevos estilos y otro ejercicio del pensamiento que nos permitan cuestionar nuestras propias posiciones?

En la TV Pública no los hay y no sabemos si los habrá. Por eso cada noche nos limitamos a esperar 678 y al final del programa sentimos una nueva decepción. Un blog como este, colocado en los márgenes, puede darse el lujo de ensayar otras posibilidades que en el centro del oficialismo no aparecen. Es lo que venimos haciendo.

El 24 de agosto pasado Alejandro Kaufman estuvo en el programa de medianoche de Carlos Barragán en Radio Nacional. La radio de la medianoche puede ser también un margen propicio para el autocuestionamiento que no es posible en los lugares centrales. Recomiendo efusivamente que escuchen el audio completo de este programa, del que acá transcribo apenas el comienzo:

Kaufman: La violencia simbólica es una violencia que no es física pero tiene un correlato y consecuencias eventualmente físicas. Y precede a la violencia física. Siempre que va a haber violencia física viene precedida por la violencia simbólica. En los colectivos sociales la violencia no ocurre de repente. Cuando se trata de situaciones de linchamiento, de discriminación, de racismo y de genocidio antes hay una sistemática situación de violencia simbólica que puede durar mucho tiempo y que se parece mucho a lo que está ocurriendo en estos años. Todavía no se comprende bien ese problema, el peronismo no lo comprendió porque es un movimiento político y no se vive a sí mismo como víctima, sino como resistente, como luchador. Hay un conflicto entre defenderse de la violencia simbólica y hacer política. Si el peronismo no fuera como es, si se hubiese puesto en una posición de víctima, te puedo asegurar que la masacre de 1955, de centenares de personas en la Plaza de Mayo, crimen de lesa humanidad indudablemente, sería recordado y conmemorado como el peor atentado de la historia argentina. Y eso no es así: en la propia resistencia peronista se hablaba de bombardeos, como si no hubiera muerto nadie ahí.



En las democracias modernas las cosas han cambiado un poco y aparece la problemática de los derechos humanos. Y los derechos humanos están relacionados con combatir la violencia simbólica, porque esta precede a las atrocidades. Carrió, por ejemplo, no está loca, lo que hace es construir un arma letal de tipo verbal que está disponible para cuando sea necesario usarla, es un arma linchadora. Cuando ella dice "lo que viene ahora es Rumania y Roma", está llamando al linchamiento de la presidenta.

Esto nos lleva a una de las debilidades que tenemos en este momento: esto no es una discusión sobre argumentos, no es una discusión sobre la verdad y la mentira, lo que hacen no es representar a la realidad de un modo falso, sino insultar. Cuando vos insultás, cuando alguien te compara con un cerdo [como hizo Lanata con Barone], eso implica el ejercicio de una violencia que sepulta la posibilidad de todo diálogo. Si alguien te grita y te insulta, no está hablando con vos, entonces no le podés replicar con argumentos.

Barragán: Ahí hay un nivel de psicopatía, porque el mismo tipo que te dice que sos un ladrón y que sos un chancho, te dice "vos sos un fascista que no querés conversar conmigo".

Kaufman: La injuria, el insulto busca vulnerarte, mancharte, de modo que vos no puedas permanecer sentado junto al otro. El que insulta lo que busca es debilitarte, desmoralizarte. Clarín lo que hace es insultar, injuriar, todos los días, todo el tiempo. Eso produce un efecto.

Barragán: Esto no es que hay un grupito de inadaptados, está el poder detrás de eso.

Kaufman: El poder ha hecho eso siempre: con los esclavos, con las brujas, con los judíos, con los negros, con los colonizados, con los indios. Es lo que pasaba en los campos de concentración. Primero tenés que hacer que una persona deje de ser persona, que se convierta en una basura. Lo hicieron los genocidas es organizarlo sistemáticamente para que funcionara en serie. En la vida común también ocurre en otra escala muy diferente, pero no es ajena a eso. Busca derrotar al adversario a través de esos métodos, no le da cuartel, no lo puede escuchar, no puede convivir con él.

El problema de fondo de la Argentina es que las clases dominantes no pueden aceptar el piso que estableció el primer peronismo. No es una cuestión de que argumentes nada, porque no lo quieren aceptar, quieren borrarlo, volver a como era antes, quieren volver al año 40. Es una cuestión de distirbución de la riqueza y de derechos. ¿Sabés lo que produce tanto odio? La persona que adquirió derechos es otra persona, no la podés tratar como una basura. Las clases dominantes no aceptan eso, no aceptan tener una economía que sea compatible con este piso de derechos. ¿Por qué el peronismo es la única opción? Porque si es derrotado, lo que viene después es borrar todo. Eso está en el aire, de esos hablamos todos. Si no hay re-reelección porque si no la hay...

Barragán: ¿Entonces por qué después nos parece una perversión el binarismo? ¿Qué otra cosa que no estar de aquí o de allá?

Kaufman: El problema del binarismo es que es ineficaz. Si el que te insulta te lleva a vos a responder del mismo modo, ganó él. La política de 678 era oportuna durante un momento, el primer año 2009, relativamente. Pero después empezó a perder eficacia, porque el espectáculo de ver que uno miente y el otro desmiente permanentemente, eso confirma una metodología de la mancha y el insulto que la gente lo que intenta es alejarse de eso. Es como la riña de gallos. ¿Qué querés ver en eso? Que uno quede muerto y otro quede vivo, pero eso no es lo que queremos para la vida en común...

Después la charla entre Barragán y Kaufman sigue y se interna por terrenos tanto o más problemáticos: el amarillismo, la violencia de género y de clase que se practican no solo en los medios de la derecha, sino incluso en algunos del propio kirchnerismo (Kaufman señala concretamente a la productora PPT; a lo que podríamos agregar, después de haber visto el pernicioso amarillismo de C5N en estos últimos días, a los medios de Cristóbal López) y la necesidad de que la violencia simbólica que propagan los medios sea criticada en el marco de la lucha por los derechos humanos. El programa completo se descarga acá: acá.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Cordobazo


Nuevas generaciones de cantautores sensibles están poblando paso a paso los bares y las redes argentinas, más allá de los circuitos tradicionales y establecidos de difusión y circulación del país. Hay, por ejemplo, una nueva trova que llega desde Córdoba. Jóvenes de 20 años que sienten el deseo de aunarse y moverse en bandada, para sostener entre ellos sus diferencias y compartir la alegría de vivir, para cantar y crear. Proponemos entonces una serie de nombres propios a tener en cuenta por aquellos curiosos y atentos a los movimientos de la tierra musical pop. (La nota de Gonzalo Aloras continúa en la edición impresa de revista La otra nº 27, ahora en los kioscos).


DÓNDE CONSEGUIR REVISTA LA OTRA Nº 27:

En el kiosco de Av de Mayo 1113. (Hay también números anteriores). En Tienda Cine Si (Pje. Giuffra 311,
hay también números anteriores). Videoclub Liberarte (Corrientes 1555, hay también números anteriores).
Librería Fedro (Carlos Calvo 578, hay también números anteriores). Kioscos: Corrientes 119, Santa Fe 3714, Santa Fe 2195,
Corrientes 1596, Corrientes 1587, Corrientes 1505, Corrientes 1894, Corrientes 1998, Corrientes 2082, Corrientes 2964,
Las Heras 2320. Y muchos otros kioscos de Centro, Barrio Norte, Belgrano, Palermo, Constitución
Retiro (Terminal de ómnibus).

martes, 19 de febrero de 2013

Un enigma dentro de otro enigma

El coro de chicos de la cascada
James Blake & Bon Iver
Busco la canción del verano VII



Todo al fuego, ahogando el mar
un rojo amanecer, una fuente roja
atrapado en el mar, todo en el mar
si tan solo... si tan solo
si tan solo... si tan solo.

¿Quisiste encontrar un camino?
¿pelear? ¿volar lejos?
yo siempre vi que amo
yo voy a ser que el amor sea
voy a hincar el diente
esperaré a que crezca
y nos conoceremos
y antes de que te hayas ido.

Arriesgando la cima
mascullando
fui a dar al camino abierto
voy a esperarte, lo sabes
acabaremos solos
si solo nos hubiéramos conocido.

Todo al fuego, ahogando el mar
un rojo amanecer, una fuente roja
atrapado en el mar, todo en el mar
si tan solo... si tan solo
si tan solo... si tan solo.

Yo estaba fifando poco.

Y este remix, bien de verano:

Va a seguir lloviendo, es hora de cambiar de parecer

Busco la canción del verano VI



Todo está inundado
y va a seguir lloviendo
es hora de cambiar de parecer
tomar las riendas
de la propia vida
ser un hombre entero
aunque lleve las de perder.

Todo está cerrado
cerradas las valijas
es hora de partir y no volver
de elegir un camino
y darle hasta la cima
y en medio de la rosca
delante tuyo
hacerme valer.

Declaro la guerra
al medio del fuego
allí es donde vamos
a desaparecer...

lunes, 18 de febrero de 2013

No me mires, no me escuches, haz de cuenta que no existo

La otra.-radio 18-02-2013. Un programa para descargar clickando 
allá ===> ACÁ (1ª parte)
y ahí ===> ACÁ (2ª parte)



Háblame
que no te oiga.

Quiéreme
que yo no sepa.

Cuídame
que no lo vea.

No me mires
no me escuches
haz de cuenta que no existo.

Cúrame,
que no sane.

Vierte en mi
tu indiferencia.

Cálmame
que en mí se agite
el deseo como un fuego
y me muera por besarte.

Llámame
no me respondas.

Sáciame
que no me alcance.

Déjame,
que yo me rinda
que te siga
que te ruegue
y después te dé la espalda.

Cúrame.



La presencia del cineasta José Luis García anoche en el programa sirvió para hablar de sus dos películas, Cándido López, los campos de batalla y La chica del sur. También estuvieron Alejandro Kim, historiador coreano-argentino que co-protagoniza La chica... y Gabriel Kamenieky, productor de la misma película. El notable interés de nuestra conversación radica no solamente en la gran calidad de ambas películas y la oportunidad privilegiada de charlar largamente con sus hacedores, sino en los elementos en común que estas películas empiezan a mostrar en cuanto se las piensa juntas. García filma en primera persona pero se vale de personajes que abren sendos mundos a la vez extraños y próximos. El Paraguay de Solano López es visto a través de la mirada de un pintor; Cándido López, cuya existencia histórica ocurre en una especie de limbo: entre la guerra y la pintura, entre Argentina y Paraguay. La mirada singular del pintor (en la que la cámara de García procura ponerse) es testigo de un pequeño país desmembrado por una alianza trasnacional que no pudo permitir su autonomía y lo destruyó literalmente, porque como dijo Sarmiento "la guerra del Paraguay concluye por la simple razón de que matamos a todos los paraguayos mayores de diez años". Nosotros, los argentinos, matamos.

(Abro paréntesis: ayer cuando yo tuiteaba el anuncio del programa, Palo Pandolfo me comentó: "Esa es la base de lo que llamamos República Argentina.Hay qu ir pa atrás y tomar otro camino : Belgrano, Artigas, Castelli, San Martín... En 2012 toqué en Asunción del Paragua: ellos tienen la herida abierta de la guerra atroz que Argentina Uruguay y Brasil le tiraron encima". Cierro paréntesis)

Es decir: hay una fisura constitutiva en nuestra identidad nacional y aún está abierta. Cándido López, los campos de batalla tiene la virtud de ponerla en evidencia. La película la pueden ver completa acá: 



Una operación no idéntica pero análoga hace José Luis con La chica del sur. Corea: otra nación fracturada por obra de los intereses geopolíticos de la postguerra, aún hoy uno de los lugares más calientes del planeta. Y otra vez el director no cuenta este desgarro histórico en un sobrevuelo historiográfico, sino a través del rescate de una experiencia personal, la de Lim Sukyung, la chica del sur, la flor de la reunificación que no ha de producirse. Los caminos de Lim Sukyung y José Luis se cruzaron en determinado momento de sus vidas y de la historia del siglo. De ese cruce nace la película en cuyo centro hay algo que no cierra, una conversación fallida, sostenida a través de los años y los hemisferios, entre el Norte y el Sur, en una especie de limbo que la Historia no termina dede asimilar.


Déjame,
que yo me rinda
que te siga
que te ruegue
y después te dé la espalda.

Cúrame.

domingo, 17 de febrero de 2013

Los campos de batalla

José Luis García, el director de Cándido López, los campos de batalla y La chica del sur hoy a la medianoche en La otra.-radio, La Tribu, online.

José Luis García hizo dos grandes películas que cruzan la historia sociopolítica con las vidas individuales.

En Cándido López, los campos de batalla García nos narra la infame guerra de la Triple Alianza contra Paraguay. La Argentina de Mitre y Sarmiento, los brasileros y los uruguayos coordinados por los intereses británicos se unen para destruir al Paraguay de Francisco Solano López. Solano López lideraba en Paraguay un proyecto de autonomía política y económica que perturbaba al imperio británico y a las oligarquías gobernantes en Brasil, Uruguay y Argentina. Los tres países se unieron para despedazar a Paraguay y produjeron un horrible genocidio. Sarmiento, desde la presidencia de la Nación, dijo en 1869: "La guerra del Paraguay concluye por la simple razón de que matamos a todos los paraguayos mayores de diez años". Cándido López era daguerrotipista y pintor, pero al enterarse del comienzo de la guerra se enroló como teniente del ejército argentino. Durante el tiempo libre entre combates pintó varios paisajes de campamentos militares e hizo bocetos de las batallas que después completaría. Su estilo detallista se convirtió en un documento único de ese momento histórico. Y logró una rara calidad pictórica que no fue reconocida hasta mucho después de su muerte. José Luis García en su película Cándido López, los campos de batalla sigue la ruta del pintor hacia el Paraguay en busca del punto de vista preciso de sus cuadros. Tras las huellas de López, la película descubre uno de los episodios más infames de la historia latinoamericana, cuando la Nación Argentina se puso del lado de la muerte y el saqueo.

En La Chica del sur García reconstruye su viaje a Corea del Norte en 1989, donde participó en el Festival Internacional de las Juventudes Políticas que se hizo en Pyongyang. El viaje de García fue casual: García no participaba activamente en política, pero su hermano militante no pudo viajar a último momento y le ofreció el pasaje. El encuentro ocurría en una de las zonas geopolíticas más calientes del mundo -hasta hoy lo es-, un país divido en dos: el norte comunista y el sur capitalista. Quienes participaban puede que no tuvieran conciencia de que estaban asistiendo a un fin de época: poco después caía el Muro de Berlín y comenzaba el fin de la experiencia socialista del siglo XX. José Luis García, que ya por entonces era camarógrafo, registró su viaje en VHS y guardó los cassettes durante años. En las grabaciones de García se puede ver al contingente argentino, entre quienes estaban Eduardo Aliverti, Carlos Polimeni y, curiosamente, el actual depredador de la cultura porteña, Hernán Lombardi.

Pero quien concitó la atención de todos en ese encuentro de militantes fue Lim Sukyung, una chica venida de Corea del Sur, que desafió las prohibiciones y llegó para pedir la reunificación de su país. Se hizo mundialmente famosa como "la flor de la reunificación". José Luis la conoció de manera accidental y fugaz, pero nunca se olvidó de ella. La guardó en su memoria en sus videos. En La chica del sur vemos imágenes de un momento histórico irrepetible. Y nos enteramos de qué fue de aquella chica, en una historia que llega hasta la actualidad.

Hoy José Luis García viene a La otra.-radio. Medianoche, FM La Tribu, 88.7, online.

sábado, 16 de febrero de 2013

La chica del sur

Su director, José Luis García, este domingo a medianoche en La otra.-radio, La Tribu, online.



No deja de asombrarme que la cinematografía argentina produzca cada año un puñado de películas notables, verdaderas proezas de la sensiblidad, a partir de una factura artesanal modestísima. Hoy por hoy todos están hablando de Lincoln, La noche más oscura, Argo y otros mamotretos hiper-diseñados desde un cálculo político-bélico-mercantil, en los que cada plano y cada corte responden a un agobiante desprecio por el cine, por la experiencia personal del espectador y, en definitiva, por la capacidad de perceción humana. ´

Sin ningún chauvinismo, del que me siento totalmente ajeno, me parece asombroso que en nuestro país en el término de los últimos años se hayan dado a luz milagros cinematográficos como Papirosen, Escuela Normal, El país del diablo, Tierra de los padres, todo el último Perrone (lo digo así para ahorrar caracteres), Yatasto, Criada... y ahora: La chica del sur, de José Luis García. 

Lo de artesanal no hace falta explicarlo: forma parte de la textura visual y sonora de estos films el estar hechos a mano: es como si todavía se conservara la huella de la mano humana que las modela y las termina. Lo de la modestia es más ambiguo. Porque -ahora quiero centrarme particularmente en La chica del sur y, por inevitable añadidura, también en el primer largo de García: Cándido López, los campos de batalla- hay una evidente modestia en sus modales, una especie de gesto gentil de pedir permiso que contrasta con la prepotencia del cine mainstream que se impone abusivamente incluso antes de proyectar su primer fotograma. 

Mientras esta serie de películas argentinas de las que estoy hablando, frágiles en su producción y en sus posibilidades de exhibición y promoción (comparemos una vez más los millones de caracteres destinados a colaborar, a veces involuntariamente, en el lanzamiento comercial de las películas del Oscar en el que incluso nosotros caemos), son sin embargo (o por eso mismo) de un vuelo creativo, una libertad de concepción verdaderamente envidiables. ¿Será precisamente que la falta del dinero que tienen en abundancia  los Bigelow, Affleck, Spielberg, vuelve a los Di Tella, García, Paralluelo, Solnicki, Prividera, Perrone, Herrera Córdoba creadores que gozan de una libertad insólita? No solo en relación a la imagen agobiada del cine industrial (salvo honrosas excepciones), sino también a ese material tóxico y degradante que nos entrega cada día la televisión. En estas modestas-grandiosas películas como La chica del sur, la mirada humana reencuentra su amenazada dignidad en la sociedad del espectáculo.

La chica del sur nos hace comprender, a partir de un encadenamiento de azares, mucho más de las mutaciones antropológicas de las tres últimas décadas mundiales que la lectura de unos cuantos tratados académicos. Ni hablar.Y eso que no es siquiera un exponente de cine-ensayo, sino algo mucho más interesante que voy a decir en el próximo párrafo.

La chica del sur pertenece al género de la nouvelle, esa forma de relato literario tan preciso, de una duración acotada, ni tan corto como un cuento ni tan largo como una novela, que requiere de un rigor formal muy ajustado para funcionar. La chica del sur es un relato extraordinario, organizado por una de las voces en off mejor pensadas en el cine argentino de las últimas décadas, que sabe decir "yo" sin exhibirse con vanidad, al contrario, diciendo "yo" con un pudor en el que que reside gran parte de su encanto. Es como si José Luis García dijera: "mirá, te quiero contar algo que me pasó hace unos años". Y se tomara una hora y pico para decir lo justo y después hacer silencio. Y al cabo de ese silencio propiciar una especie de iluminación, no mística, sino terriblemente íntima y a la vez colectiva.

Y siendo un extraordinario narrador, capaz de enhebrar con toda soltura la indeteminación de su camino personal en la vida con los acontecimientos históricos que cambiaron el mundo desde la imposición del paradigma neo-liberal y la caída del campo socialista, José Luis García nos sorprende con un relato conciso y emocionante. Cuenta de una chica que conoció una vez, cuando casi de carambola su hermano le cedió un pasaje para participar en el Festival Internacional de las Juventudes políticas que se hizo en Pyongyang, Corea del Norte, en 1989, año de la masacre de  estudiantes en Tian’anmen (China), que prácticamente coincidía con el encuentro de militantes, jóvenes mayormente comunistas que quizá no supieran que estaban asistiendo al estertor de ese mundo que signó al siglo 20. Film situado entonces en muy definidos límites espaciales y temporales: la frontera entre dos mundos. García ni siquiera era militante y, como dije, llegó ahí por un cierto azar. La película registra ese clima irrepetible, desde las consignas, desde el look de los militantes, incluso desde el carácter de la imagen VHS. Pero la vida sigue y quiere que sucedan más cosas, hasta llegar al día de hoy. Y la película nos llega hasta acá.

Es también curioso que ese narrador tan preciso, que nos da en La chica del sur una de las nouvlles más inspiradoras sobre el mundo contemporáneo y sobre Argentina en él, no se haya propuesto semejante misión que podría haberlo extraviado fácilmente. Concentrándose en esa anécdota que empezó en su juventud y que llega hasta su madurez, contando ese tránsito mediante la propia película (que muestra como se ha ido haciendo), La chica del sur alcanza un significado histórico universal. Curioso porque este perfecto narrador, su voz, la entonación que García sabe lograr para contarnos es pequeño episodio que vivió, el encontrar ese tono, proviene del campo de la iluminación y la cámara. En los momentos indicados su voz se calla y deja aparecer la imagen en toda su proliferación de sentidos, su indeterminación y, en definitiva, su misterio: un fuera de campo magistral. Es por eso que La chica del sur, como ya a su manera lo hacía Cándido López, nos puede dar un ejemplo exacto del relevo entre la imagen y la voz, pronunciada en primera persona por un sujeto que evidentemente no lo sabe todo acerca del hecho que vive y muestra, pero que se da cuenta de que en esa pequeña narración hay encerrado algo inmenso. En sus momentos culminantes, La chica del sur no tiene nada que envidiarle a la ficción más controlada. Al contrario: puede superar a la mayor parte de las ficciones coetañas.

Dijo María Pía López (últimamente la estuve citando mucho) algo que describe muy bien el encanto y la verdad de La chica del sur:

"Cine: La chica del sur, de José Luis García. Como hacía en Cándido López, aquí el cineasta persigue la restitución de una escena original. Hace cine en esa imposibilidad, en el fracaso de la representación y del recuerdo. La mejor escena está casi al final: la chica y el cineasta balbucean, se malentienden, se sumergen en algún hosco silencio, hablan un inglés dudoso, mientras un traductor coreano-argentino los mira vestido con una camiseta de la selección. Su cine está en la tenacidad de ese balbuceo, en la imposible escalera que trasladaba buscando el punto de vista de las pinturas de Cándido López, obsecación del que busca sin encontrar pero produce en ese fallido singular".

Solo me queda aconsejarles que no se pierdan La chica del sur, una de las mejores películas que podrían ver este año. Y que escuchen la entrevista en vivo que le haremos este domingo a  la medianoche a su director José Luis García, en La otra .-radio, FM La Tribu, 88.7, online.