todos estamos igual

lunes, 7 de noviembre de 2011

Lo bajo y lo alto


por Esteban del Valle

Los que conocemos a Mariano, estamos tristes y con bronca. Porque a una situacion de inminente o aparente duelo, se suma una paradoja anunciada, en la que causalidades y casualidades se anudan caprichosamente. Mariano es no simplemete el dueño, sino el creador de un espacio singular -el Guebara Bar- que sobrevivió a las distintas épocas del microclima cultural barrial de San Telmo, que muchos de los habitantes actuales ni siquiera imaginan. En los últimos años, otros espacios similares no pudieron sobrevivir. La persecucion resulta más implacable cuando se trata de nocturnidad, esa cultura que para algunos sugiere la bajeza, y para otros resulta el momento propicio de agitarse a las alturas. 

Sin embargo, su perseverancia y dedicación hicieron que tratara por todos los medios de reformar y aggiornar su local para adaptarlo a las normativas vigentes, aún a riesgo de perder su original encanto. Pero los reglamentos que se exigen para el funcionamiento de los bares nocturnos en la mayoría de los casos, por no decir en todos, son incumplibles. Y, como suelo decir, las leyes incumplibles suelen generar perjuicios mas graves que los que se pretende evitar. 

También sabemos que ese esfuerzo de Mariano fué importante, porque en lugar de rendirse a los "gestores" por lo bajo, siempre prefirió una actud a cara descubierta, por lo alto, denunciando este estado de cosas frente a los organismos oficiales de la ciudad. Todo argentino sabe perfectamente cuánto mas fácil es callarse la boca y arreglar. Y para arreglar, es necesario callarse la boca. 

Su segunda creación, NACHA, no pudo durar ni un año. Yo estaba presente la noche en que los inspectores lo cerraron por la presencia en el local de más de 15 personas. ¿Qué haríamos menos de 15 personas en un lugar cuyo objetivo es socializar y conocer gente? NACHA tuvo que cerrar. Y Guebara estuvo a punto de cerrar varias veces, por el mismo motivo. Más de una vez Mariano confesó estar cansado de esa batalla, y fue reanimado por las amistades. Quienes ven las cosas con los ojos pragmáticos solo verán un negocio, una fuente de ingresos, nunca verán el espíritu que anima a ciertas empresas. Y cuando lo que cierra no es un negocio, sino un espacio que genera sentido, suelen encontrarse fuerzas para seguir adelante en otras fuentes. Los negocios a secas, se comportan como negocios, ya sabemos, todo se trata de papelitos rectangulares de colores.

Ahora es posible que el padre de Mariano esté sepultado bajo siete pisos de escombros. Y es posible que la negligencia que hizo desmoronar un edificio, haya tenido que ver con pragmatismos y arreglos, no precisamente de infraestructura. O al menos con la necesidad de llevar adelante un negocio inmobiliario que contempla muy poco cualquier criterio urbanístico mínimamente meditado, impactos ambientales, sociales y mucho menos culturales. 

Trece derrumbes en un año, no suceden porque de pronto los edificios empezaron a flaquear. Hay cimientos socavados y arreglos por lo bajo, desmoronamientos y, por otros lados, frentes altas. Hoy Mariano afrontó comisarías, funcionarios y camaras de televisión. En ningún momento agachó la cabeza ante la tragedia, ni se resignó a esperar lo que le digan. 

Mariano, los amigos estamos con vos, no te derrumbes.

2 comentarios:

puertacine dijo...

Madueña afirmó este martes que recibió disculpas tanto del ministro de Seguridad, Guillermo Montenegro, como de otros funcionarios por los dichos del jefe de gobierno Mauricio Macri, quien esta mañana aseguró que "por fortuna" había una sola persona desaparecida.
Fuentes del gobierno de la ciudad estimaron como "poco probable" que este martes recomiencen las tareas de demolición con la grúa ya que existe una orden judicial de abocarse a la búsqueda del hombre desaparecido.
http://www.telam.com.ar/nota/6711/

profquesada dijo...

lo que es escandalosa o coherente según se mire es la actitud de los medios hipócritas del oligopolio para con estas catástrofes anunciadas, ni una mención al gobierno de la ciudad la culpable es la gravedad o la impericia del operador de la pala, o... pero no el Niño..el irresponsable que se congratula de que solo haya un desaparecido y encima luego lo disculpan....es demasiado. Me solidarizo totalmente dese el corazón que es lo único que tengo con Madueña, más aún después de escuchar la opinión de quienes lo conocen y le quieren. Se que es poco en relación a lo que le está pasando, pero es de corazón.