sábado, 5 de septiembre de 2009

Think Dark: La falsa desobediencia



Hay que adaptarse de algún modo a eso que llamamos la realidad para poder ajustar cuentas con ella. Esta realidad tiene hoy rasgos muy identificables, porque su violencia es la de una fúnebre vitalidad que se propaga por todas partes: pérdida de antiguos valores (independientemente de cómo se los juzgue); aburguesamiento total; se compensa la aceptación del consumo con la excusa de un ostentoso anhelo democrático; se compensa el conformismo más degradado con el pretexto de una ostentosa exigencia de tolerancia. Es cierto que hay gente que sigue actuando movida por la inercia de unas necesidades civiles que se defienden desde hace unos 20 años, que lucha por una sincera inquietud democrática y en nombre de una tolerancia real. Hace 20 años, sin embargo, los significados de la palabra "obediencia" y "desobediencia" eran profundamente distintos. La palabra "obediencia" todavía provocaba aquel horrible sentimiento que arrastraba tras décadas de dictaduras militares, de clericalismo, de moralismo pequeño-burgués; mientras que la palabra "desobediencia" todavía significaba el maravilloso sentimiento que daba el rebelarse contra todo eso.

Pero todo eso no fue desplazado por una rebelión de los desobedientes sino, inesperadamente, por la primera gran revolución auténtica de la derecha capitalista. Ahora la dictadura, el clericalismo, el moralismo pequeño-burgués y el fascismo son residuos que resultan una molestia para este nuevo poder. ¿Acaso luchamos contra esos residuos? ¿Son sus normas las que tenemos que desobedecer? La característica más clara de esta revolución capitalista es su carácter destructor: su primera exigencia es desembarazarse de un universo moral que le impide la expansión.


Observemos el auge del delito en Argentina. Es un fenómeno inmenso de las nuevas condiciones de vida en nuestro país. No sólo los delincuentes tradicionales sino también la masa juvenil está formada -con excepción de pequeñas elites- por criminaloides: miles de jóvenes que aceptan con descaro y violencia los valores de la cultura del consumo a la vez que un progresismo meramente verbal.



Para todos estos jóvenes es válido el modelo del "desobediente". Nadie se considera obediente. Las palabras han invertido su significado: de acuerdo con la ideología destructora del nuevo capitalismo, el que se cree desobediente y se exhibe como tal, es en realidad obediente. El que disiente de este proceso destructor -y se considera obediente por creer en los valores que el capitalismo está destruyendo- resulta ser, por tanto, el auténtico desobediente. La destrucción es el signo dominante de este modelo de falsa desobediencia (falta de respeto, burla, desprecio por la piedad) en que consiste hoy la obediencia de siempre.



El aviso de Levis aparecido en la revista Rolling Stone es una prueba más de la consagración de la falsa desobediencia. El muchacho, investido con los emblemas de una cultura joven que en algún tiempo significó libertad, luce con la elegancia casual que atrae irresistiblemente a uno de los segmentos más rendidores del mercado. Frente a él, el policía gordo -que en definitiva custodia las propiedades del fabricante de jeans y de las productoras musicales que publican sus avisos en la misma revista- es una contrafigura ridícula e indeseable, a la que el punto de vista de la cámara dotó, de manera también casual, de una cabeza de cerdo. El muchacho vestido de oscuro lo mira con sorna y piensa (think dark). En las páginas de la Rolling Stone es difícil distinguir los avisos comerciales de las producciones periodísticas, gracias al imperio del design -una de las disciplinas más expansivas de la época. Así se suceden con casual fluidez el joven dark de Levis, los retro-punks que usan zapatillas blacfin, el modelo de MTV que se rasca las bolas y la publinota de BAFWEEK, "Cuatro días de desfiles, revuelo y altas posturas rockeras".

ADVERTENCIA: Los cuatro primeros párrafos de este post fueron escritos por Pier Paolo Pasolini en 1975. Donde dice "Argentina", Pasolini escribió "Italia". El último párrafo fue añadido por el editor de La otra y se refiere a una publicación de la revista Rolling Stone de Argentina a fines de los años 90.

4 comentarios:

Esteban dijo...

Hola, interesante la nota. En líneas generales acuerdo. Lo que no termino de tener claro es si consideras que la mercantilización masiva de la cultura rock vía medios masivos, consumo, festivales, etc. agota y representa todas las expresiones que puedan englobarse en torno al rock-culturas juveniles. En ese caso, se correría el riesgo de tomar como visibilizador de nuevas tendencias solamente a cierto ámbito que hace una elaboración y puesta en escena (espectáculo) para una elite urbana de clase media alta. Acaso el rock haya sido o no, pero lo nuevo seguramente no va a estar en la rolling stone, y, de existir, le cueste aparecer y sostenerse en su singularidad en en la saturación de sentidos prefabricados de la actualidad.
Saludos, Esteban.

Oscar Cuervo dijo...

Esteban:
yo no considero, me pregunto. En todo caso, dónde está lo nuevo, si aún eso nuevo es, sería o será rock, si hay un rock de clases obreras, suburbanas o de un lugar distinto al que identificás como elite, si ese sería inasimilable al espacio RS, si le cuesta aparecer por una cuestión artístico política o sólo por falta de difusión. O si eso nuevo que queda afuera sólo en cuestión de tiempo o a través de una buena campaña va a estar adentro y podría terminar posando en las publinotas de Estilo RS con zapatillas y remeras de marca, si eso nuevo tiene o tendrá un antídoto que le impida entrar en ese cuadro.
Por último me pregunto si el rock resulta ser tan sólo un género musical del que no hay que esperar más que del reaggeton o el foxtrot, si alguna vez fue otra cosa y si hoy sigue viviendo de ese viejo prestigio político existencial del cual sólo queda la cáscara y las casacas.
Se aceptan sugerencias, indicaciones y evidencias acerca de dónde estaría eso nuevo, nada me gustaría más que anunciarlo a los cuatro vientos.

Anónimo dijo...

No nos olvidemos que el diseño del disco de Gabo terminó resultando hermoso! Hay una estética muy bella en ese párrafo clásico de letra negra con fondo blanco.

Grata charla están desarrollando

besos

Alvy Singer

Anónimo dijo...

http://www.musicadesalon.com.ar/asesinato.html


texto dacal