todos estamos igual

martes, 2 de junio de 2009

Rosetta



por Liliana Piñeiro

Si el afecto tiene movimiento, la desesperación es veloz. Y a esa velocidad corre Rosetta, la protagonista adolescente de la película que los realizadores belgas Jean Pierre y Luc Dardenne filmaron en 1999 y con la cual ganaron su primer Palma de Oro en el Festival de Cannes.

Consustanciadas cámara y protagonista, la urgencia tiñe la huída. ¿De qué se huye? De la miseria y el hambre, del horror de una madre alcohólica que desampara y cuyo peso agobia los jóvenes brazos. Ausente de la mirada primordial, Rosetta se desdobla: dibuja su identidad con la propia palabra, tratando de hacer pie. La adolescente es empujada a buscar algo: un trabajo, algún tipo de reconocimiento que la salve de la desintegración. Pero no hay adónde ir y, si lo hay, ella todavía no aprendió a descubrirlo. Hace propia la hostilidad del mundo y sólo le queda arrancar a la vida lo que esta no da. Y rápido, bien rápido.

La película logra el tono pulsátil de la necesidad: esa es su carrera. El anclaje de la relación con un otro resulta precario: no se lo deja morir, pero se desea su desaparición, y en este deseo mortífero queda comprometida la propia existencia. Sobrevivir se juega en un límite impreciso, donde cabe la traición... ¿cabrá el arrepentimiento?



Pero la condición humana no carece de horizonte y el final llega en el momento justo en el que éste se perfila. Rosetta detiene sus ojos desesperados en otra mirada: algo se aquieta, por fin, y la cámara se apaga para sostener ese momento.

6 comentarios:

Mariana T dijo...

Liliana:
Para mí todas las criaturas dardenianas son tan frágiles que se defienden en su propia dureza.
Y todas buscan desesperadamente algo que les dé la paz, la redención. Al menos en las películas que yo he visto y que más me conmovieron hasta el tuétano : El hijo (me toca una fibra tan íntima...), Rosetta, de algún modo El silencio de Lorna.
No me ha gustado tanto El niño pero sus personajes son tan entrañables como los demás.
Como dije en otro post, para mí una de las escenas más bellas de los Dardennes y a la vez más crudas, es cuando Rosetta mantiene un monólogo inventándose un Otro, que es ella misma. Tan imnmensa es la soledad que siente.
¿No te ha hecho acordar (salvando las distancias) a Lorna buscando las fuerzas que le faltan, hablando con su hijo?
Saludos

liliana dijo...

Es que en mi opinión, Mariana, esa distancia no se puede salvar...

La fuerza que tiene esa escena en Rosetta no está lograda en Lorna. Es probable que tenga que ver especialmente con el "timing" cinematográfico, aunque tampoco es ajena la actuación.
En "El Silencio...", creo que eso se logra en el momento en que surge la pasión entre los dos protagonistas: la redención está allí, en esa escena. Y lo que viene después carece de la misma intensidad.

saludos!

meridiana dijo...

Lili, como siempre excelentes tus reseñas, me quedo muy especialmente en :
"Pero la condición humana no carece de horizonte y el final llega en el momento justo en el que éste se perfila"

hacés hincapié en la mirada, y creo que desde la poesía o el cine, todo es atravesado por un gigantesco ojo que desespera por un contacto, la soledad que se impone como una batalla diaria y una imposibilidad que no deja de ser pregunta y en la pregunta esa redención necesaria para seguir.

un abrazo

Lilián

Mariana T dijo...

Liliana:
Con sus desniveles, los Dardennes sacan oro del barro.
Quiero decir que los seres desesperados, deesperanzados de sus obras, llegan a tener una luz en sus vidas, una fuerza moral que de algún modo los puede salvar.
He oído por ahí que son como herederos de Bresson en cuanto al tratamiento ético de sus films. La cámara subjetiva nos "pega" a los personajes, a sus movimientos, a sus incertidumbres. Casi vemos lo que les acontece a través de sus propios ojos.
Me debo "La promesa" pero por suerte para el cine y para nosotros todavía existen directores tan sensitivos de la naturaleza humana, cuando parece no haber esperanzas, como los Dardennes.
Saludos!

liliana dijo...

Mariana: sacan oro del barro, sí. Yo también me debo esa "Promesa"...cuando la vea, hablamos.


Lilián: "la soledad que se impone como una batalla diaria"...¡no dejes de ver Rosetta!

martha dijo...

Me extrañó que este film fuera más clásico que lo usual en los Dardenne.
" Lo que sí persiste es la habitual referencia de los hermanos belgas a los conflictos morales, a las practicas ilegales y al rol cada vez más intrusivo que cumple el dinero, en nuestra sociedad moderna.
Desde la primera escena ya vemos emerger en primer plano un puñado de billetes que deposita la protagonista en una entidad bancaria, lo cual remite instantáneamente a una toma similar en el inicio de EL DINERO de Robert Bresson. Este símbolose reitera en el transcurso del film lo cual es una alusión crítica al materialismo imperante en nuestros días"
Esto es de una nota mía en otro medio pues aquí ya estaba comentado. Me llamó la atención que aquí el dinero se cuenta y....cuenta.
Martha