todos estamos igual

martes, 7 de abril de 2009

LA ZONA-CINE: INFORME BAFICI



por Eduardo Chinasky

La mamain et la putain,
monólogo de Alexandre (Jean-Pierre Leáud)

No puedo amar a una mujer que no me ama

¡Hay que alentar las injusticias!

Estoy a favor del aburrimiento, como esa secta de la que hablaba Borges
No tener dinero no es razón suficiente para comer mal

Siempre tomo el whisky con coca cola
Bebo y me da lo mismo

Me han deseado en el vacío...
La náusea es una enfermedad noble

Los abortadores son los nuevos Robin Hood,
han reemplazado la espada por el bisturí

Te habitúas a la mediocridad
Te quiero porque me haces reír

Las personas no me importan
La responsabilidad agrava los crímenes

Autorretrato
pelo:pelo
nariz: nariz
frente: frente
boca: boca

Rumiar apenas una palabra, una idea
No usar corpiño

Amo tu cuello
Pero me acuesto con cualquiera

Nunca he dejado de sufrir; el día que deje de sufrir, me habré convertido en otra persona

Al no venir ayer, me has permitido hablar de tu ausencia,
mientras que ayer no tenía nada que decirte.

Hablar con palabras de otros, eso es lo que yo quisiera. Eso debe ser la libertad

Yo no hago nada, dejo que el tiempo lo haga todo.

Jean Eustache (1938-1981)


EL CANT DELS OCELLS (ALBERT SERRA)

Poesía quieta. En esta película, Serra se pregunta qué es el movimiento en el cine, más allá del dogma obstaculizante del pensamiento que dice que el cine es sólo “imágenes en moviemento” (el foco sobre la fotografía en el cine con creadores como Andrej Munk, Cris Marker o Godard lo prueba). En El cant.... los tres Reyes Magos aparentemente no hacen nada, absortos en su propio devenir, en dejarse atrapar por el cielo, el desierto, las cimas de las montañas. Nada más hace falta. La imagen casi desnuda, vestida sólo con el ropaje de la contemplación pura.

Un cine sin verbos. La elección del blanco y negro es esencial; levanta la imagen desde lo cotidiano, el naturalismo, lo histórico (Serra dijo en una entrevista reciente que no le interesó la historia oficial de los reyes Magos), o lo humanístico -ya que aquí se los retrata fuera de su dimensión humana-, y la remonta hacia lo abstracto. De hecho, el desierto es el más abstracto de los paisajes. La imagen huye de lo figurativo para -a través de la sustracción de sus elementos hasta sus líneas esenciales- remontarse hacia lo metafísico. En todo momento percibimos que se nos está hablando de algo más allá de lo visible, una pregunta sin verbo sobrevuela el relato.

Cantar de juglares. Una de las claves del film es el arte medieval. Este concepto explica en parte la aparente falta de acción que se le ha criticado. Estamos tan acostumbrados al relato tradicional del cine hegemónico (“El cine actual es un país ocupado por fuerzas extranjeras”-Jean Eustache) y sus tres unidades aristotélicas perfectamente diferenciadas para anclar al espectador en la ilusión de transparencia, que el estatismo de los Reyes nos saca de nuestro lugar habitual. Y en buena hora, porque si un film nos pone activamente en un lugar determinado y luego nos hace seguir un trayecto, el camino que nos señala El cant... es el de escalar una montaña, llegar a un punto, y volver a empezar. Como Sísifos cinematográficos. El film de Serra es, entonces, un relato precervantino, donde importan más los estados espirituales (como en la crónica medieval) las que las andanzas, la gloria o desgracia de sus personajes.

Pintura Medieval. Pasando ahora a la imagen en sí, el referente más claro es también la pintura medieval. En ella, La representación de paisaje suele limitarse al fondo de las composiciones, que en muchas ocasiones se limita a un color plano (simbolizando la eternidad) o se llena con figuras de forma casi obsesiva (horror vacui), que se agolpan en el primer plano, se yuxtaponen horizontalmente o incluso verticalmente, sin buscar efectos de profundidad. No se utiliza la perspectiva geométrica hasta los periodos finales (se insinúa en el gótico -escorzos imperfectos de muebles o arquitecturas- y se culmina con su estudio matemático consciente en el renacimiento) y la perspectiva aérea está del todo ausente. Sí suele usarse la perspectiva jerárquica (representación a un mayor tamaño de la figura más importante). También es muy importante la utilización de un complejo lenguaje iconológico.

No vemos en el film a unos hombres venidos de un lugar lejano para rendir homenaje a un niño recién nacido, sino a tres íconos casi estáticos que –como nos lo revela el Ángel de la Anunciación- vienen a adorar al Hijo de Dios. No olvidemos, después de todo, que en el arte medieval sólo “se imprimía la leyenda”. Por otra parte, si nos atenemos a lo específicamente técnico, toda la película está realizada sin profundidad de campo, teniendo todos los elementos en foco. Este artilugio produce un efecto -combinado con las líneas horizontales que parten en dos el cuadro- de aplastamiento y aplanamiento, donde no existe la perspectiva (recordemos: todavía no se la inventó). No hay un personaje atrás de otro, todos suelen estar el línea y todos los elementos del plano se nos vienen encima O sea, no hay profundidad. Es muy difícil entonces ‘entrar” en el plano, debido a su escaso volumen. Estas imágenes estilizadas forman pequeños retratos de una magia inasible.

Resumiendo: un relato precervantino en lo textual (por ejemplo, la tradición de manuscritos iluminados como los Códices de "Los Comentarios al Apocalipsis de San Juan" de Beato de Liébana, o las miniaturas de Alfonso X El sabio, donde La pequeñez intrínseca del arte del manuscrito proporciona una intimidad que puede resultar tremenda), y en la imagen, una sucesión de maravillosas pinturas medievales.

Es comprensible entonces el efecto de extrañeza, de distanciamiento que produce el film. Es que estamos acostumbrados a ir al interior de la imagen, del su significado, pero El cant… nos deja afuera, para que la sobrevolemos, solamente. Repetimos, por las dudas: una película sin volumen -ni humano, ni psicológico-, ni conflicto (¿el cine necesita estas cosas?). Esta mezcla de sofisticación y primitivismo produce un objeto como un poema o un cuadro, y sólo -como si esto fuera poco- nos permite el goce estético y los estados espirituales resultantes.

Umbral. El film culmina con un plano de los Reyes en penumbras, en el que no se puede saber exactamente qué es lo que están haciendo. Si miramos bien, nos damos cuenta que sus tres figuras forman un cáliz blanco en la negrura. Y nada más. Serra abandona el cuento en el mismo límite del infinito, allí donde las palabras ya han muerto eones atrás, y también donde la imagen viene a morir al pié del silencio.


AQUELE QUERIDO MÊS DE AGOSTO (MIGUEL GOMES)

La gran película del Bafici. Los bailes de juventud. El amor. La luminosidad. Principalmente, preguntarse dónde está el cine. ¿En el guión de hierro? ¿En el superobjetivo del cine clásico? ¿En la clasificación taxonómica de los géneros?

¿En el encadenamiento salvaje de clímax tras clímax del cine mainstream? El film del portugués Gomes prefiere no responder preguntas y poner manos a la obra corriéndose de cualquier arquetipo, sólo retratando la vida misma, para luego derivar magistral e imperceptiblemente hacia el melo en una operación tan audaz como talentosa.

Aquele querido mes de agosto resume buena parte de aquello a lo que Manny Farber denominaba "Arte Termita": inmersión entomológica en una pequeña superficie sin dirección ni propósito y, sobre todo, dedicación a fijar eternamente un instante sin embellecerlo, pero olvidándose de ese logro una vez obtenido; el sentimiento de que todo puede sacrificarse, de que puede ser despedazado y recompuesto en otro orden sin sufrir deterioro.


BREATHLESS (JANG IK-JUNE)

Potente relato de gángsters con cierto aroma a Hawks, o quizá mejor a Raoul Walsh. Un film hecho con garra, viril, conducido con pulso firme por su Jank Ik-June, que es también su protagonista. Desde el plano del comienzo hasta su final, el ritmo no afloja, el film es un rock and roll que no da respiro. Curiosa (y exitosa) operación la de June: dinamita los tópicos del cine negro desde adentro (los muchachos malos terminan mal, los personajes están condenados a una fatalidad, el crimen no paga), partiendo desde un lugar conocido parar arribar a otro totalmente desconocido.


CHOCOLATE (PRYCHA PINKAW)

Demencial e hipnótica inmersión en el cine de artes marciales. Salvando las distancias, el film sufre un proceso de mutación parecido a Aquele querido mes de agosto. Empieza siendo una cosa (melodrama familiar, con enfermedades incurables y todo) para, imperceptiblemente transformarse en una cabalgata ultra-violenta, definida como una celebración del movimiento. Cachetazo feroz a cualquier clase de verosímil en el cine, Chocolate -con los recursos de patadas voladoras, piñas, y roturas de hueso varios- viene a hacer volar por los aires los lugares comunes.


JERICHOW (CHRISTIAN PETZOLD)

Pálido final para el Bafici. La película de clausura parece el reverso de Breathless: inspirada levemente en El cartero llama dos veces (en su versión más ortodoxa de Tay Garnett), pareciera que Petzold no pudiera decidirse por qué procedimiento utilizar -abrevar fielmente en el cine de género, sublevarlo desde adentro (Lynch), parodia posmoderna, crítica social y política- haciendo caer al film en un pozo narrativo y conceptual. El mal casting no es ajeno al resultado nulo de este film fallido.



BALANCE BAFICI 2009

Top ten ficción:
-Aquele querido mes de Agosto, Miguel Gomes (pronto comentaré más largamente esta maravilla)
-La neige sur le village, Martin Rit (sencillamente, un film perfecto)
-El cant dels ocells, Albert Serra (ya fue comentado más arriba)
-La maman et la putain, Jean Eustache (una película que te puede cambiar la vida)
-Hunger, Steve Mc Queen (potente relato sobre como llevar una idea hasta las últimas consecuencias)
-Breathless, Junk Ik-June (ya fue comentado en este artículo)
-Chocolate, Prycha Pinkaw (ya fue comentado anteriormente)
-Everyone else, Maren Ade (la explosión interior, mas devastadora que la exterior)
-Ton yung goong, Prycha Pankew (el robo de ¡un elefante! Dispara una sucesión de planos secuencia deslumbrantes)
-Silêncio / Ciel etèint, F.G: Ossang (poesía de imágenes sin tiempo)


Top ten documental:
-Rachel, Simone Bitton (o cómo filmar un documental cuya potencia haga fluir las lágrimas naturalmente)
-La Rossiere de Pessac, Jean Eustache (cine de horror contemporáneo)
-René, Helena Terestiková (filmar 20 años una persona tiene sus resultados)
-Three men and a fish pond, Laila Pakálnina (poética inmersión en la vida cotidiana en Letonia)
-R.R., James Benning (sólo trenes y más trenes, para discurrir sobre el mundo moderno)
-La mére, Antoine Cattin (un documental que desconcierta al espectador en cada plano)
-First comes loving, Su Friedrich (escenas de rituales de boda para diseccionar la sociedad norteamericana)
-Andrés Caicedo: unos pocos buenos amigos, Luis Ospina (cálido retrato de un Tarruella colombiano)
-Pansy Division: life in a gay rock band, Michael Carmona (intimidades de un rock mutante)
-Know your mushroorms, Ron Mann (Mann abre de par en par las puertas de la percepción…)

Las interesantes:
-Wendy and Lucy, Kelly Reichardt (no tan buena como Old Joy, pero tiene lo suyo)
-Gasolina, J. H. Cordón (interesante crónica sobre la juventud guatemalteca)
-Afterscool, Antonio Campos (un director veinteañero intenta ponerle nombre a La Bestia)
-Hooked, Adrian Sitaru (erotismo y perversión en cámara subjetiva)
-The blessing, Heidi María Faisst (no tan buena como Liv, pero conmueve)
-March, Händl Kraus (ascetismo absoluto para diagnosticar una patología social)


Las más o menos:
-Blind pigs who wants to fly, Edwin (interesante, pero recuerda experiencias mejores dentro del cine asiático)
-Derriere moi, Raffael Ouellet (apenas un esbozo del peliculón que pudo haber sido)
-Treeless mountain, So yong Kim (abuso de recursos estropean una triste y bella historia)
-Sold out!, Yeo Soon Han (parodia a Tsai y a buena parte del cine asiático, con chistes malos)


Las decepciones:
-35 Rhums, Claire Denis (cine del cálculo, cine del efecto; Ingrid Caven metida con calzador)
-Jerichow, Christian Petzold (bueno, nene ¿qué onda? ni siquiera jugás con los territorios inciertos…)


Peor película del Bafici 2009 (y perfilándose como la peor del año):
-El niño pez, Lucía Puenzo (absurda, sobre-explicativa, alegórica, traída de los pelos, pésimamente actuada)


Retrospesctivas:
-Jean Eustache (Les petites amoreuses, Du coté des robinsons, Le Pére Noel a les yeux bleus, Le cochon)
-Jean-Marie Straub/Danielle Huillet (Class Relations, Le genou d’Artemide, Antígona, Le mort d’ Empédocles, Itineraire de Jean Bricard)


Gracias a: Amanda Garma y Mesalina Bacante.

4 comentarios:

liliana dijo...

El cant des occels es "poesía quieta, cine sin verbos, arte medieval".

Una de las mejores películas del Bafici.

lentes dijo...

cuando todo esta en foco se dice que tiene mucha profundidad de campo, no poca, señores.

Chinasky dijo...

Coincido con Liliana, una de las mejores -si no la mejor- del Bafici.

Es cierto, cuando todo está en foco, es que tiene mucha profundidad de campo. Se vé que me fuí tan al medioevo, que se me chispoteó.

Anónimo dijo...

estaba esperando que alguien diga algo del niño pez!
qué bajon...me queria ir antes de que termine...pero estaba la dire y hubiese sido triste ver eso asique me la aguante...
horrible!