todos estamos igual

miércoles, 23 de julio de 2008

Tierra del fuego


Una de las mejores intervenciones en el debate del senado de la semana pasada fue la del Senador José Martínez, del bloque del ARI disidente de Tierra del Fuego. Martínez voto por la negativa y su participación fue reflejada en los medios apenas como un número en el resultado final que desempató Cobos. Todos están hablando de si Cobos es un traidor o un héroe de la democracia, pero la participación de Martínez es, desde mi perspectiva, más relevante para pensar lo que estaba en juego y lo que queda pendiente una vez que la resolución 125 fue derogada:

– Señor presidente: el bloque del ARI de la provincia de Tierra del Fuego ha analizado este proyecto y ha buscado distintas alternativas con mucha responsabilidad, ya que se trata de un tema realmente importante, que es la discusión de la renta de los sectores de mayor acumulación de riqueza, en este caso, la renta agraria. Esto tiene que ver con otro tipo de rentas que todavía se tienen que discutir o rediscutir, por ejemplo, la renta petrolera, que ya se discutió en este Parlamento hace dos años; la renta minera y la renta financiera, que todavía no fueron discutidas. Creo que la renta pesquera también se tiene que discutir. En efecto, son temas pendientes que tiene este Congreso de la Nación y esta democracia.

Entonces, se empezó a plantear este tema en un esquema de antinomias. Se polarizó al pueblo argentino y en ese marco hemos tenido este conflicto que se ha simplificado y se ha llevado a un Boca-River o a un blanco o negro. Creo que tenemos que llegar a otra discusión, ya que esta dicotomía me parece falsa; al pueblo argentino no le hace bien que haya dos manifestaciones en un solo día. En este marco, el hecho de querer plantear este conflicto como golpista o no golpista, divisionista o no divisionista, le hace muy mal a todas las instituciones y al pueblo. El pueblo quiere otra cosa. El pueblo quiere que empecemos a discutir un país para todos.

Se está planteando la producción de alimentos de la República Argentina para 400 millones de habitantes, pero somos 40 millones. Pero resulta que en la Argentina hay chicos desnutridos y chicos que se mueren por desnutrición. Eso, realmente, es una deuda pendiente. Creemos que las retenciones son un instrumento válido y tienen que serlo. No es verdad que en este Congreso se empezaron a discutir las rentas móviles recién ahora. De hecho, hace dos años, en diciembre de 2006, la norma que después fue la Ley 26.217, que es la que sacó del marco de la ley de emergencia las retenciones para los hidrocarburos y estableció un régimen de 5 años, se discutió en ambas cámaras. Muchos que en aquel momento planteaban que las retenciones móviles por encima del 60 por ciento eran razonables para la renta de los hidrocarburos –algo con lo que estamos de acuerdo–, ahora plantean que las retenciones por encima del 33 por ciento son confiscatorias.

Esto hay que dejarlo claro porque nosotros estamos de acuerdo con las retenciones móviles, toda vez que ellas son un instrumento de discusión de la renta. Esto se tiene que discutir y profundizar porque este dictamen de mayoría tiene vicios de inconstitucionalidad que se han visto a lo largo de todas las charlas que hemos tenido. En efecto, la ratificación a través del artículo 1° de una resolución de un funcionario de segunda línea es algo que no se puede hacer, porque la Constitución lo prohíbe. ¿Por qué? Porque dice "ratifíquese". Sí podemos establecer. La palabra lógica y razonable sería "establécese", con lo cual se corregiría esta situación. Pero estas discusiones se soslayan o se quiere llevar el asunto a otro terreno.

Respecto del artículo 2° bien ha expresado la senadora Escudero que, al no haber sido ratificado por la reforma del 94 el Código Aduanero, estamos en falta. Y nosotros vamos más allá en el análisis porque el mismo artículo 2° que ahora se cuestiona —con lo que estamos de acuerdo— está inserto en la Ley 26.217, que fija las retenciones de los hidrocarburos. Y los grandes pools de abogados que tienen las multinacionales petroleras están esperando que se resuelva esto para hacer juicios cuantiosos contra el Estado argentino, por miles y miles de millones de dólares. Por no discutir estos temas, por imprimir esta cuestión de la falsa dicotomía, de este Boca-River, estamos cometiendo un grave error que va a pagar todo el pueblo argentino. Y lo podemos salvar. Una fórmula es la que dio la senadora Escudero en el sentido de modificar el artículo 2°. El senador Urquía decía que lo que aporta la provincia de Córdoba tendría que volver, en parte, a esa provincia. Si las provincias hidrocarburíferas empleáramos el mismo criterio no desarrollaríamos un modelo de país solidario. Es perfectamente razonable que, en materia de gas e hidrocarburos, las retenciones estén por encima del ciento por ciento. Si no, el gas que utilizan las fábricas para producir, o el que utilizan los vecinos en sus hogares, inclusive el gas licuado, que es carísimo para los sectores pobres, tratado con precios internacionales, sin retenciones, valdría diez o quince veces más de lo que vale. Agrego la nafta, el gasoil y los fertilizantes, que son subproductos del gas.

Nosotros, desde una provincia productora, siempre hemos acompañado este criterio y creemos que es razonable, si bien también creemos que hay que discutirlo nuevamente, en otro marco, con una visión integral.

El senador Urquía hablaba del paradigma de los biocombustibles. Falso paradigma que está debatiendo al mundo entre energía y alimentos. Nosotros, como pueblo, como sociedad, tenemos esa ventaja: podemos producir energía y podemos producir alimentos. Y ese falso paradigma, con el que se están haciendo grandes negociados en la Argentina, podemos dejarlo de lado. ¿Por qué decimos esto? Porque, hoy por hoy, nuestro país está comprando gas, señores; porque la crisis energética que no se quiere reconocer existe. Estamos comprando gas a Trinidad y Tobago. El gas licuado del que todos hablan, que viene en buque hasta Bahía Blanca se está comprando a 17 dólares el millón de BTU. Y a las provincias productoras nos están pagando 1,20 dólares el millón de BTU. ¿Saben cuánto estamos trayendo? El equivalente a 8 millones de metros cúbicos diarios. Y producto de esa ley de retenciones que pusieron a los hidrocarburos, que nos parece bárbaro —vuelvo a insistir—, la provincia de Tierra del Fuego no pudo exportar más gas a Chile, lo cual es razonable porque, si a un país le falta gas, ¿cómo va a exportar? Pero tampoco lo podemos traer. Entonces se lo compramos a Trinidad y Tobago. ¿Por qué no se transforma la economía regional de las provincias productoras y hacemos nosotros el licuado, y no Repsol que lo hace para España?. Porque sucede que ahora que España está en pleno verano y baja la producción de esa planta, se lo vende a los argentinos.

La falta de gasoil en la Argentina la están sufriendo todo el pueblo y los productores. Y desde hace mucho tiempo se está desarrollando en el mundo la destilación de gas (GTL), o sea, sacar petróleo sintético a partir del gas. A partir del gas se saca nafta y gasoil. Y en Tierra del Fuego tenemos eso, porque hay excedente; pero lo más grave del caso es que producto de las retenciones, lo que no podemos exportar a Chile, no tenemos cómo sacarlo del gasoducto. Hoy esos 8 millones de metros cúbicos que le faltan a la Argentina, podríamos exportarlos, porque hay un yacimiento en donde está la válvula cerrada equivalente a 16 millones de metros cúbicos. Eso es lo que le falta a la Argentina. Y lo podríamos hacer con la plata de GTL para que el gasoil que le falta a la Argentina también lo produzca Tierra del Fuego. Y si nos incorporaran en el incerconectado energético nacional que llega hasta Río Gallegos, también podríamos aportar kilowatios a la Argentina sin comprarle a precio internacional al Brasil. Esto es lo que tiene que ver con una discusión integral de las economías regionales.

Que se necesita de la energía para la producción de alimentos, no nos cabe la menor duda; que tiene que tener un precio, no nos cabe la menor duda; que tiene que tener un equilibrio primero para el mercado interno y para después poder hacer una política exportadora para estas dos cosas que le hace falta al mundo, no solamente por negocio, sino porque lo necesita el mundo y podemos hacerlo. En ese marco tenemos que discutir; no en un marco de un Boca-River, en el marco de una dicotomía, de una falsa dicotomía, se vota por el sí, se vota por el no, ganó el gobierno, ganó el campo. No. Estamos perdiendo todos. Si no modificamos los artículos 1° y 2°, ¿saben quiénes van a ser los únicos que van a ganar? Los grandes pools de abogados en la industria del juicio. Esos son los que van a ganar.

Mocionamos concretamente la modificación de los artículos 1° y 2°.

En cuanto a los productores, por supuesto que tienen que existir las compensaciones. Tenemos que incentivar a los pequeños productores pero no solamente para que produzcan soja —porque también pueden producir soja; no hay que demonizarla, porque, como muy bien dijeron por ahí, después se transforma en carne avícola o vacuna—; no para biodiesel, porque es el falso paradigma que nos quieren meter; sino para seguir exportando ya no nuestro subsuelo sino nuestro suelo, para la energía que necesitan los países adelantados. Nosotros tenemos que ser inteligentes, preservar nuestro subsuelo y nuestro suelo. Para eso tenemos que basarnos en los pequeños y medianos productores.

En la Cámara de Diputados se planteó concretamente que en el momento en que se modificaron las retenciones del 27 al 35 por ciento, hubo una maniobra especulativa que hizo que declararan la cosecha antes de este cambio, y resulta ser que los grandes acopiadores y exportadores compraron con una retención que hicieron, y le cobraron a los pequeños productores en alrededor de 1.200 millones de dólares que después no depositaron en el fisco. Eso se planteó en la Cámara de Diputados y no se trató. Por eso, también mocionamos, concretamente, que se cree una comisión bicameral para investigar esto. Y que ese dinero que estos señores se apropiaron, que no les corresponde, que es del fisco, sirva para ser distribuido, de forma tal de reforzar todas las compensaciones de fletes y demás que necesitan los pequeños productores. Y, por supuesto, que se puede hacer, si hay voluntad. Pero esto no se termina con la votación de hoy. Todo esto tendría que ser el comienzo de una nueva Argentina, que todo el pueblo nos está reclamando. En los actos de ayer vimos división y antagonismo; había gente muy buena de un lado y gente muy buena del otro, y había gente jodida de un lado y gente jodida del otro. ¿Uno puede interpretar acá que las entidades de la Mesa de Enlace movieron a toda esta gente? No es así. Hay más de un millón de argentinos que no están movidos por ninguna entidad, que simplemente se expresaron para que haya otra Argentina y que no son llevados por esos intereses.

Por supuesto que hay entidades con las cuales tenemos profundas diferencias. El sector nuestro de Tierra del Fuego nunca fue golpista y no vamos a estar con entidades golpistas ni haciéndoles el caldo gordo, por más que quieran pintar que en el caso de una votación en contra se está votando con ese sector. No es así, y el pueblo de la Argentina tampoco lo siente así.

Entonces, para concretar y no abusar del tiempo —aunque sé que tengo más tiempo como presidente de bloque, pero muchas veces abundar no es tan bueno—, la moción concreta consiste en modificar los artículos 1/ y 2/, y lo relacionado con la comisión investigadora para reformular las compensaciones. Si el bloque de la mayoría acepta esta moción podríamos estar acompañando el dictamen del oficialismo. En el caso de no haber modificaciones realmente esta norma no va a hacer bien a nada y, en ese caso, el bloque del ARI va a votar en contra.

Esperamos sinceramente que este voto ayude a que haya una única plaza en la Argentina; una única plaza en donde esté todo el pueblo y en donde converjamos como argentinos y le demos viabilidad a este país para nuestros hijos, para nuestros nietos y para las generaciones futuras, y podamos así aportar a combatir el gran drama mundial del hambre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Fue bueno el discurso, es lo mínimo que espero de un legislador. Lo digo sinceramente, para un discurso de tablón ya estoy yo jaja. Pero me parece bueno que le den vueltas de tuerca a los problemas, no es blanco/negro, campo/gobierno... la simplificación es infantilismo, en política (económica) al menos no lo creo ni pertinente ni aceptable.

Hoy de casualidad, por apuro viaje en taxi. Siempre me llevo sorpresas en los taxis con las opiniones de los taxistas sobre todo. Son siempre opiniones conspicuas. El mal que sufren los taxistas es el que sufre todo argentino: cree que su opinión es la única que vale, somos "letrados en...todo", opinologos profesionales de cartón, pintado.

Resulta que estaba en contra de Cristina y argumentaba embrollos que mi pequeña mente no entiende. La cesación de la cadena de pagos... otros si, el parate del país, el caos del tránsito, los malsanos piquereros...
Pero cuento esta anécdota porque me llamó muchísimo la atención: Lo que sabía de campo este muchacho!, hablaba de campo como si el viviera en el campo, me pareció fascinante, un contrasentido tremendo, en medio de una ciudad enorme, hiperedificada, cemento, gente y vehiculos desbordando de todos los rincones. Pero hablaba de producción agrícola, de cosechadoras, ciclos naturales de vacunos, costos de producción de granos... cosas fascinantes si tenemos en cuenta que se trata una realidad, no ajena al taxi, hiper ajena...contrasentidos de la crisis.
Y podríamos abrir un blog para que todo el que escucha semejantes barbaridades, todo el día, las comenten, así al fin y al cabo, terminaríamos dando cuenta de esa vieja teoría de Verón, sobre la circulación de los discursos sociales.

pd: Buzzi panelista. Martin fierro ya.
pd2: ¿porque este conflicto mostrará tantos absurdos?

Oscar Cuervo dijo...

Fede:
acabo de darme cuenta: el anónimo que comenta más arriba Muerte en Venecia es el taxista que tomaste hoy. Incorporémoslo ya al staff de La Otra, un verdadero think tank.