todos estamos igual

sábado, 9 de febrero de 2008

Los films del nuevo milenio II



Blissfully yours, Apichatpong Weerasethakul, Tailandia, 2002

Supuestamente habría mucho contexto histórico y cultural a tener en cuenta para comprender el sentido de lo que vemos en la pantalla: dictaduras militares, difíciles condiciones de los inmigrantes birmanos en Tailandia, super-explotación y más. También el modesto presupuesto aportado por mecenas taiwaneses que hicieron posible la película, que además encontró dificultades de exhibición en su país de origen. Todo esto forma parte de la textura visual y sonora, para mí misteriosa, que despliega el cineasta tailandés de nombre imposible. Cuando en abril de 2003 vi Blissfully yours, yo no estaba al tanto de todo esto; y ni falta que hace. Fue mejor así: de este modo me fue posible entregarme con inocencia a la majestad de un cine que se ha liberado de la opresión literaria y que lo ha hecho con armas inobjetables: sonidos y color.

Con Blissfully yours el cine llega a su punto crítico, allí donde está interpelando al espectador para que abandone todas las certezas de televidente. Un cine que está encontrando su territorio propio, de una sensualidad que hace olvidar todos los lugares comunes acerca del erotismo.

Con sus películas posteriores, Tropical Malady y Sindromes and a century, Apichatpong ha terminado de afirmarse como uno de los cineastas más importantes del mundo.

OSCAR ALBERTO CUERVO

9 comentarios:

julieta eme dijo...

justo ayer estaba leyendo esta reseña sobre la peli, que está en la revista número 1. buenísimo que hayan puesto ese video. es el mejor que hay en youtube. y la música es hermosa.

besos. julieta.

julieta eme dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
julieta eme dijo...

mi propia reseña:

la película está muy buena. es muy sensual, súper erótica y muy linda. es imposible no sucumbir al clima que el director propone. desde que los dos chicos llegan a esa especie de selva suburbana, todo clama (y una también, claro) por una escena de sexo al aire libre. esa/s escena/s se veía/n venir desde hacia kilómetros, cuando la chica manejaba el auto. y juro que si faltaban, me levantaba de mi asiento y pedía que me devolvieran el dinero de la entrada. pero el director no defrauda. y lo bien que hace y que le sale.

besos. julieta.

Anónimo dijo...

Si esto fuera un reportaje, OAC, te diría que amplíes sobre la opresión literaria, y el clima de sospecha. Da que pensar. ¿Se puede vivir sin sospechar? ¿Las palabras oprimen o dejan operar?

Oscar Cuervo dijo...

Anónimo:
Ante todo: o yo estoy muy distraído o en este pasaje no dije nada acerca de un clima de sospecha; y menos aún asocié ese supuesto clima con la noción de "opresión literaria" de la que el cine se estaría liberando en mi hipotesis.

La idea de que el cine ha estado durante sus primeros cien años regido por un modelo narrativo (que la razón de ser de las películas es contar historias), que ese modelo da desde los años 90síntomas de extenuación, y que esa extenuación permite ver otras posibilidades que el cine ya tenía desde sus comienzos pero dejó prematuramente de lado... todo eso junto es lo que yo, quizá con cierta brusquedad, llamé "liberarse de la opresión literaria", y que quiero poner en discusión en este blog.

Supongo que el formato blog permite que una idea se vaya desplegando día a día, con ejemplos y numerosas digresiones. Así que espero seguir sobre la cuestión en esta serie "Cine del milenio" y en otras. Espero también encontrar objeciones que me exijan repensar el asunto. O sea: mucho mejor que si fuera un reportaje.

Ahora: sobre el clima de sospecha no sé cómo relacionarlo con el tema. En cuanto a las palabras, creo que oprimen, dejan operar, liberan, muestran, ocultan y hacen muchas otras cosas. Pero poner en entredicho el imperialismo de la literatura sobre el cine no significa abjurar de las palabras. Hay muchas palabras fuera de la literatura y también mucha realidad fuera de las palabras. Nada de lo cual configura un clima de sospecha.

meridiana dijo...

En mi opiniòn, el cine posee otros elementos, otra materialidad en la cual fundarse, distinta de la literatura y, si bien hay cruces con ella, creo que puede echar mano a otros recursos distintos de la palabra (sonido, color, tiempo de la imagen) y multiplicar asì sus posibilidades expresivas. En cada caso, el arte trabaja con la materialidad que le es propia.

Liliana.

Anónimo dijo...

Hola, Oscar. Agradecido por la respuesta. Me quedó más claro el asunto de la opresión literaria.

Hace poco "fui llevado" a ver una película que, según leí después, era un "homenaje" a Ozu. Le tuve paciencia, me aburrió igual. Casi no había acción, suspenso, ni diálogos. Pero ahora que lo pienso... me inclino a sospechar que este director no supo trabajar mejor sus materiales.

Tocando este tema se me ocurre que el cine al que aludís se inclina más a la sugestión que al relato. Y que también debe tener otras exigencias, para el público y el director.

La referencia al clima de sospecha la hice a partir de otra entrada tuya -disculpas por no aclarar-, sobre Juani.

saludos
Fred

Oscar Cuervo dijo...

Ah, Fred, ahora caigo acerca del clima de sospechas. Me refería al movimiento rock o lo que queda de él.
En cuanto a la película que viste en homenjae a Ozu, se me ocurre que puede ser Cafe Lumiere, de Hou Hsiao Hsien. Y te confieso que la tengo en mi lista para comentar en los próximos días, como otra de esas películas que signan el nuevo milenio. Por supuesto que no hay suspenso y hay pocos diálogos. Pero sí hay acción. Y sobre todo hay cine. Teneme paciencia y en días amplío.
saludos

Anónimo dijo...

Ok! Esperaré tu comentario. Es esa película, Oscar. No rechazo la película en su totalidad, sino sus últimos -digamos- 30 minutos por resultarme pesados. Por ejemplo, las escenas de cenas familiares están bien, pero se repetieron demasiado y están algo trilladas.
Saludos. Fred.