todos estamos igual

viernes, 15 de febrero de 2008

Libertad de expresión, un caso concreto: La lectora provisoria



A raíz del anuncio que ayer pusimos en nuestro sidebar acerca de la presencia de Dante Palma en el programa La otra.- radio del próximo domingo, el señor Eamonn Mcdonagh puso en su blog El nuevo Pantano el siguiente post:

«Censura
En el sidebar de su blog, Oscar Cuervo habla de varios acontecimientos que se sucedieron en el blog LLP y dice:

Como Tomás Abraham se manifestó totalmente contrario a instaurar la censura en el blog, se desató una crisis que terminó con la renuncia de Abraham.

Este uso del término censura es un ejemplo de una confusión común acerca de lo que significa la palabra. Salvando las excepciones obvias como la difamación, etc, todo el mundo tiene el derecho de decir lo que quiera. Esto no implica que alguien tenga la obligación de proveer una plataforma para que otros puedan expresarse . »

Esta es mi respuesta, que envié como comentario a ese blog y que ahora publico aquí:

«Eamonn:
El problema de la censura no es sólo semántico. Si vos convocás a la gente a comentar en tu blog, establecés reglas de juego explícitas en las que es posible expresarse (lo que no significa agravios ni difamación) y después querés impedir, dentro de ese marco, la expresión de una voz que te cuestiona, tenés que rendir cuentas ante esa misma comunidad a la que convocaste. Si las reglas de juego cambiaron porque te parece, tenés que pagar el costo simbólico de acallar ese punto de vista que querés silenciar.

Eso pasó conmigo en la lectora provisoria: yo intervine numerosas veces discrepando con Quintín. Te ruego que me cites una sola expresión mía que haya sido agraviante. Si la tuve, no tendré ningún problema en reconocerlo. Por supuesto que yo no le voy a reclamar a Quintín un derecho a réplica en términos judiciales, no lo pretendo y supongo que el derecho no me asiste. Pero sí puedo marcar con recursos leales, discursivos y respetuosos, que se me quiere acallar en el marco para el cual anteriormente se me convocó. Me parece sano que los lectores de ese blog sepan que las reglas de juego cambiaron, que se ensalza
la libertad de expresión pero hasta cierto punto, que ese punto ya no tolerable se aplica a un determinado discurso.

El respeto a la expresión libre no sólo se le reclama a los gobiernos, sino que se practica en los ámbitos de los que cada uno es responsable. Entre personas civilizadas siempre hay que dar razones. Y cuando no se las da, hay que atenerse a que eso se haga visible: "yo no te dejo expresarte porque no se me canta, porque no me gusta lo que decís, soy muy abierto pero no tanto". La libertad de expresión se regula no sólo mediante leyes, sino con ejemplos prácticos. Y ser editor de un blog es una responsabilidad social que puede ser sometida a la discusión abierta.

Pero además en el caso de Dante Palma y la lectora provisoria, lo que ocurrió ante la vista de todos los que participábamos es una discrepancia entre los editores del blog. Quintín,
además de mostrarse desquiciado por los puntos de vista de Dante Palma, le dirigió algunas expresiones ofensivas, que dieron lugar a que otros comentaristas, habilitados por uno de los editores del blog, subieran el tono de las ofensas.

Una cita de Quintín refiriéndose ofensivamente a Palma:

"Palma se propone a sí mismo como patrulla oficialista en este blog, como una mezcla de policía y alcahuete que no quiere debatir con nadie. En ese sentido, me molesta su tono, me irrita su mediocridad, me ofende su propósito."

Detrás de Quintín, un cometador que firma Boudou agregó:

"Yo ni siquiera me tomé la molestia de leer esta nota, y mandaría al Sr. Palma al carajo."

Y otro que firma Alej me hace caer a mí en la volteada:

"Sujetos como esté, bien decís vos quintin, que son policías del oficialismo sin duda deben pertenecer a las brigadas de alberto fernández y deben recibir un sueldo del Estado, es decir un sueldo que se lo pagamos entre todos. [...] En este blog ya se ha discutido la tolerancia a otro policiía oficialista como Cuervo. Creo que lo mismo deberiamso hacer con Palma. Los hombres libres estamos con vos Q y la lectora corre el riesgo de ser cooptada."



Una vez más, si vos invitás a discutir en un ámbito que abriste, tenés que asumir públicamente un ejercicio de discriminación según el cual "los que están de acuerdo con vos pueden insultar y los que discrepan con vos no". Es una cuestión no jurídica sino ética.

Cuando
renuncia Abraham a la lectora, los otros dos editores se desentienden de los motivos que para todos resultan transparentes: "no saben por qué Tomás renunció, lo, que pasa es que él era tan introvertido...". Las discrepancias acerca de la política editorial resultaban notorias (antes Abraham se había opuesto a que se mantuviera un cartel que decía "La lectora provisoria no apoya a Filmus...", no porque Abraham lo apoyara, sino porque no aceptaba encolumnarse detrás de una consigna política, siquiera negativa).

Poco después Abraham
volvió a intervenir públicamente en su carácter de editor, para hacerle saber a Quintín y al resto de los lectores, que no existía la posibilidad de impedir que yo me expresara cuando Quintín estaba sugiriendo esa posibilidad. Decía Abraham:

"o abrimos el debate o nos fijamos qué nos molesta en cada palabra que nos involucra. no podemos sostener que hay que suprimir la palabra de aquel que no está de acuerdo con la política editorial de todos o algunos de los editores.
seguiremos discutiendo, no permitiendo insultos.
no hay alternativa."


¿Estaban discutiendo
Abraham y Quintín acerca de una forma de censura? ¿Esta palabra te parece inapropiada? ¿Usamos entonces el concepto de "libertad de expresión"?

Finalmente, para todos resultaban notorios los tironeos entre los editores de La lectora provisoria respecto de los artículos de Palma. Dos días después de un
post de Quintín que echaba un manto de sospecha sobre Palma por pertenecer supuestamente a un grupo académico beneficiado por subsidios e incentivos (agravio que se extendía a todos quienes, como yo, cuestionábamos la visión polítca catastrófica que Q expresaba en sus artículos) Abraham dio por agotada su experiencia en ese blog. A las horas de renunciar, Flavia y Quintín se desentendían de los motivos de la ida de Abraham, pero en un post lleno de mala leche, decían, refiriéndose a esos motivos:

"Nunca lo sabremos, porque ya ni nos contesta los mails. Se ve que somos gente poco importante. Como decía mi viejo: “Nadie llega tarde a una entrevista con un ministro.“ Ese lujo uno no se lo da con los poderosos. Y esto, lamentablemente, creo que es parte del problema. Q y yo no existimos, vivimos en un médano. Somos una especie de parias, de eremitas. Tomás, en cambio, es el señor profesor titular de una cátedra en la universidad, doctor honoris causa, lidera desde hace unos veinte años el popular seminario filosófico de los jueves y está trabajando en política con Binner, el rabino Bergman y no sé quién más. ¿Será acaso que Tomás esta demasiado cerca del poder y las instituciones como para juntarse con dos impresentables como nosotros, dos marginales?".


En este caso, el post lo firmaba Flavia. Para no hacerse cargo del auténtico problema político que se plantea entre los propios editores del blog, de la Fuente ofende a Abraham, quien se vuelve sospechoso de corromper sus posiciones públicas buscando el favor del poder. ¿No era más honesto admitir que había una diferencia interna en el ejercicio de la libertad de expresión antes que agraviar a quien había sido compañero de ruta durante muchos meses de La lectora?

Eamonn: disculpas por haberme extendido en la referencia a hechos concretos, pero me parece que una discusión sobre censura y libertad de expresión en un medio tan nuevo como los blogs no puede darse en abstracto, sólo en consideración a la semántica del término, si no se llena ese debate con estos hechos concretos.

saludos

Oscar Cuervo»


4 comentarios:

Anónimo dijo...

No me parece que se trate de censura... o entonces hay censura en todos lados. Si yo quiero publicar en Clarín, por ejemplo, tengo que ser admitido por alguien. Quintín parece que nunca dió vía libre; sino que dejó publicar, hasta que no se bancó otras voces o contenidos. Y este hecho fue más silenciado y ocultado, que dicho.

Oscar Cuervo dijo...

Bien, no lo llamemos censura, si querés. Pero vos decís "silenciado y ocultado". Sea: de todos modos ese intento de silenciar se hizo visible, a pesar de Quintín, por la posición asumida por Abraham.

Anónimo dijo...

cuervo, cuando las personas se mienten a si mismas no hay punto de partida posible. es el caso flavia & quintin con este subject.


rizla_

Anónimo dijo...

ja cuervo, vos te creiste q abraham se fue por cuestiones politicas... q boludo q sos..